Teniendo en cuenta que uno de los fines de las instituciones educativas es la socialización, y por tanto, los conflictos y las diferencias entre las personas forman parte de nuestras relaciones sociales seguimos en la línea de apostar por proyectos como el Alumno Acompañante.
Consideramos que como integrantes del sistema educativo desde el ”IES Santiago Apóstol” queremos hacer frente a los problemas de convivencia y buscar alternativas para la resolución de conflictos a través de nuestro Programa de Alumnos Acompañantes que nos permita una mejor socialización y una convivencia más satisfactoria para toda la Comunidad Educativa, integrando la propia inteligencia emocional.
El conflicto es un hecho inherente a la interacción humana, porque la diferencia de opiniones, deseos e intereses son inevitables entre las personas. Es por eso por lo que a través de este proyecto no intentamos evitar los conflictos, sino la violencia que generan. De ahí, que nuestros propios conflictos queramos convertirlos en elemento positivo que permita la evolución y transformación de las relaciones entre las partes hacia un mayor acercamiento. Para conseguir esto, intentamos dotar a nuestros alumnos y a los participantes del Programa de ciertas habilidades y técnicas para la resolución de conflictos que, a largo plazo, pueden ser tan primordiales como aprender cualquier materia del Currículum, ya sea Historia, Matemáticas u otra.
La LOMLOE, contempla entre sus principios: “La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación”. Y entre sus fines: “La educación en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios democráticos de convivencia, así como en la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos”.
Estos principios han sido recogidos también en el Decreto 3/2018, de 12 de enero, en el que se crea el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar y se establecen cuatro objetivos estratégicos que se deben contemplar y el objetivo n.o 3 está dedicado a promover la equidad, la cohesión social y la ciudadanía activa.
En este sentido, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, modificada por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa, establece en su artículo 1, párrafos b), c), k) y l), como principios del sistema educativo español: la equidad, que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación, la inclusión educativa, la igualdad de derechos y oportunidades que ayuden a superar cualquier discriminación y la accesibilidad universal a la educación, y que actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que se deriven de cualquier tipo de discapacidad; la transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación; la educación para la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos, así como para la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y en especial en el del acoso escolar; y el desarrollo, en la escuela, de los valores que fomenten la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, así como la prevención de la violencia de género.
La construcción activa de un clima de convivencia escolar adecuado es una responsabilidad asumida y compartida por toda la comunidad educativa. Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad es el de la erradicación del acoso escolar. Lograr este objetivo exige que las autoridades educativas, los docentes, las familias, los alumnos y toda la sociedad en su conjunto asumamos este fenómeno como propio y adoptemos una serie de medidas y acciones no sólo correctivas, sino también preventivas. De ahí que los centros debamos elaborar un plan de convivencia que se incorporara a la programación general anual y que recoja todas las actividades que se programen con el fin de fomentar un buen clima de convivencia dentro del centro escolar, por lo que ha surgido la necesidad de nuestro Proyecto de Alumno acompañante con tales fines y así, poder establecer los derechos y deberes del alumnado para la mejora de la convivencia a través de la mediación como estrategia para la resolución conciliada de conflictos. Por todo ello, consideramos necesario abordar la convivencia aplicando una serie de proyectos como el que se describe a continuación.