Un poco más...

número 84

Leer, la mejor opción para un buen verano

María Pérez

Nos encontramos en pleno auge de las pantallas. Estemos donde estemos tenemos el móvil con nosotros, las tablets u ordenadores como herramientas de trabajo, y la tecnología cómo el medio más destacado en la enseñanza.

Hace varias semanas, salió la noticia de la decisión de Suecia respecto a la tecnología como instrumento de aprendizaje y lectura. Se ha determinado a partir de la observación y resultados académicos que, en edades temparanas, se encuentran alumnos más rezagados a raíz de la constante exposición a las pantallas. Varios profesionales están de acuerdo en que los alumnos aprenden menos, su mente es mayormente limitada así como, su comprensión lectora.

Como docente, he visto dicho problema reflejado en alumnos de primaria. Tienen deberes que consisten en rellenar formularios y, a partir de los mismos, estudiarlos para realizar un examen.

A raíz de este hecho lanzo varias preguntas, ¿y la curiosidad? ¿y la investigación? Está claro que, a medida que acorten el temario, el alumno va a realizar mucho menos, se limita a estudiar las preguntas y respuestas de un test y no indaga en el tema.

Desde el nacimiento es importante exponer a los niños a la lectura, de tal manera que la audición se desarrolle mejor, así como también comprender el significado de las palabras y los ritmos y sonidos del lenguaje. A través de los libros, los niños desarrollan habilidades lingüísticas y expanden su vocabulario, además de cultivar la imaginación, primordial para su desarrollo.

Aparte del lenguaje, ¿qué más beneficios tiene la lectura? Tenemos en mente la imagen de cuando éramos pequeños y nuestros padres nos leían un cuento antes de dormir. Esta acción también tiene un gran significado. En primer lugar, fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos y se establece un hábito de lectura que permitirá al niño adquirirlo, si se continúa trabajando.

Una gran compañera una vez me recomendó una técnica para “enganchar” a mis alumnos de Primaria a la lectura. Me dijo; “simplemente, lee tú el libro con entonación y poniendo énfasis”. Realicé este pequeño experimento y desperté en mis alumnos la curiosidad. Querían seguir leyendo y saber qué ocurriría después. Por lo que, podríamos decir que, en segundo lugar, beneficia a los niños a desarrollar interés por aprender sobre diferentes temas. Lo que también proporcionará en ellos un pensamiento crítico, el cual es tan importante en los tiempos que corren.

La lectura aporta la adquisición de conocimientos y la comprensión de lo que se lee. Esto deriva en un mayor rendimiento académico y una mayor destreza en la expresión oral y escrita. Sobre todo, es una ventana hacia el mundo para conocerlo y poder analizarlo desde ese punto crítico mencionado, lo que permite evolucionar como persona y construir una identidad propia.

De cara a esta época del año nos encontraremos con bastante tiempo libre, que es necesario gestionarlo bien. Es por eso mismo, que en este artículo quiero hacer hincapié en la importancia de establecer la rutina de la lectura, que permita crear un hábito perdurable en el tiempo. Es recomendable que se integre en la vida cotidiana familiar para permitir un espacio en el que poder disfrutar de la lectura y de sus grandes beneficios. Algunos consejos que se establecen son: establecer un horario, que sea factible para llevarlo a cabo de manera constante y divertido, que se convierta en una actividad significativa y de disfrute.

Por último, se debe tener en cuenta, la importancia de la reflexión del libro. A través de preguntas, o simplemente comentándolo, podremos permitir un momento de comprensión profunda de la lectura.

Como en cada artículo, os dejo una imagen con un resumen de los libros que recomiendo para los jóvenes. Encontraréis para distintas edades.

¡Feliz verano, familias!