Rosario Livatino

Rosario Angelo Livatino

es un justo porque


"Juez valiente, pacificador.

Con compromiso y sentido del deber

luchó contra la corrupción eligiendo el camino del Bien"


Rosario Angelo Livatino fue magistrado italiano, un juez valiente que luchó enérgicamente contra la mafia y consagró su vida a la justicia. Livatino nació en Canicattì, el 3 octubre de 1952, de su padre Vincenzo, licenciado en derecho y jubilado de la oficina de impuestos municipales, y de su madre Rosalìa Corbo. Saro, como vino cariñosamente llamado por su familia, de niño amaba pasar las tardes jugando a las cartas con los abuelos. A pesar de su habilidad y talento, a Rosario no le gustaba presumir, pero siempre estaba disponible para ayudar a todos y escuchar las opiniones de los demás. En la escuela lo apodaron “Centunanno” por su carácter reflexivo como un anciano sabio. Después de asistir al liceo clàsico de 1966 a 1971, Rosario se graduó en derecho en la Universidad de Palermo el 9 de julio de 1975 a la edad de 22 años con matrícula de honor.También obtuvo una segunda licenciatura en ciencias políticas. Desde muy joven ingresó al mundo laboral ganando el concurso para subdirector en la oficina del Registro de Agrigento, donde permaneció del 1 de diciembre de 1977 al 17 de julio de 1978. Participó con éxito en la oposición para la judicatura y, después de aprobarlo, trabajó en Caltanissetta como magistrado udítor y luego se trasladó al Tribunal de Agrigento. Durante una década, del 29 de septiembre de 1979 al 20 de agosto de 1989, trabajó como fiscal adjunto de la República, y se ocupó de las más delicados investigaciones antimafia de delincuencia común y de la investigación conocida como “Tangentopoli siciliana”. Rosario Livatino trabajó en el Tribunal de Agrigento como juez asociado. En 1988 Saro se comprometió con una chica de un pueblo de Agrigento, pero la historia de amor duró sólo un año. Después, Rosario conoció a otras dos chicas, Vincenzina y Dina, pero nunca se creó un vínculo afectivo duradero porque, como le confió a un sacerdote, dijo que no quería dejar viuda y unos hijos huérfanos. Rosario Livatino fue víctima de una emboscada de la mafia, ocurrido en la mañana de 21 de septiembre de 1990 a lo largo de la SS 640 Agrigento-Caltanissetta, en Contrada San Benedetto, mientras que sin escolta y con su coche, se dirigía al Tribunal. Al auto del juez se acercaron un coche y una motocicleta. A bordo del coche estaban Gaetano Puzzangaro y Giovanni Avarello, en la moto estaban Domenico Pace y Paolo Amico. El juez fue asesinado por varios disparos, después de haber pronunciado sus últimas palabras a sus verdugos: “Qué os he hecho, picciotti''. Gracias al testigo ocular Piero Ivano Nava, fueron identificados los integrantes del comando homicida y los instigadores de la Stidda, que fueron condenados a cadena perpetua. Tras el asesinato del juez Livatino, se instituyeron el D.I.A. (Departamento de Investigación Antimafia) y el D.N.A. (Departamento Nacional Antimafia). Livatino es venerado como beato y mártir por la Iglesia Católica. En Sicilia aún resuenan las palabras de los obispos, en el mensaje escrito para la beatificación, que definen “Livatino uno de nosotros, criado en una familia de nuestra comunidad y en una de nuestras ciudades, donde aspiró el olor de la dignidad y donde aprendió el sentido del deber, el valor de la honestidad y la audacia de la responsabilidad”. El Papa Francisco recordó al juez Livatino como “un ejemplo para todos los que trabajan en el campo del derecho”.

Riferimento bibliografico: “Non chiamatelo ragazzino” di Marco Pappalardo, con illustrazioni di Roberto Lauciello, Edizioni Paoline 2021.

Classe 3A I.C. "A. De Gasperi" - Scuola secondaria di primo grado - Marsala

Traduzione a cura della classe 4i – Polo Statale di istruzione secondaria superiore “Piersanti Mattarella” – Castellammare del Golfo (TP)



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