La metodología Reggio Emilia es iniciada por Loris Malaguzzi y se basa en la creencia de que
los niños y niñas tienen capacidades y potencialidades y que construyen su propio
conocimiento en relación con su entorno. El cuidado del entorno, la distribución del espacio en
el aula y los materiales son muy importantes.
«El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de
pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien formas de escuchar, de sorprender, de
amar, cien alegrías para cantar y entender».