EXPLORANDO LA PASIÓN A TRAVÉS DEL BAILE
Antonia Martínez Molina. 11B
La danza me ha interesado desde muy pequeña pues he adquirido habilidades técnicas de esta a lo largo de mi vida gracias a mi familia. Desde que soy muy pequeña percibo la música como una forma de expresarse e incluso otra forma del lenguaje, en este caso la auditiva pues me permite adentrarme en la musicalidad, lo que me genera no solamente tranquilidad sino también felicidad.
La danza es un arte, es la forma en la que de muchas maneras el cuerpo se puede expresar por medio del baile; existen muchos tipos de baile de los cuales me voy a enfocar en dos muy interesantes la salsa y el baile árabe, la salsa será aquella danza conocida que he ido interpretando y aprendiendo a lo largo de mi vida, me gusta mucho, pues el ritmo de este género y su peculiaridad es muy interesante al bailarlo, mientras tanto él baile árabe en muy pocas veces lo he bailado, pues cuando era muy pequeña alcancé a tener clases muy básicas del baile árabe, de las cuales obtuve poco conocimiento, pero de todas maneras me llamaba mucho la atención por su movimiento de caderas, pues tiene una cultura única que me genera mucho interés en profundizar.
Contexto histórico
La salsa es un género musical y una forma de baile, “Aunque sus raíces son principalmente de Cuba, la salsa como baile se originó en el barrio español de Nueva York, el “Spanish Harlem”, donde se asentaba la principal colonia de latinoamericanos en la ciudad. Desde ahí comenzó a expandirse y abrirse paso en otras ciudades dentro y fuera de Estados Unidos” (El Corte Inglés, 2022). La salsa surge de la mezcla entre diferentes ritmos latinoamericanos como el chachachá, el mambo e incluso bailes africanos como la bomba y la plena. Entre sus características se encuentran los movimientos que incluyen así figuras propias. Este baile muestra potencia y una gran revolución con respecto al tiempo en la actualidad y la historia en general. En términos de baile, la salsa en definitiva se caracteriza gracias a su energía, sus movimientos de cadera y sus pasos rápidos. Puede ser un baile que se use en pareja y que además requiere de una estrecha coordinación entre los bailarines. Este estilo de baile eventualmente puede llegar a variar dependiendo de la región y las influencias culturales locales.
Por otro lado, “La danza árabe es una danza milenaria. Tiene su origen en Egipto, donde se bailaba en los templos, como parte del culto a la fertilidad humana, de la tierra y la adoración a los dioses. Con la invasión árabe se bailaba en los harenes de los sultanes y más tarde se empezó a bailar profesionalmente” (Danza Árabe – Secretaría de Desarrollo Y Relaciones Institucionales, 2024). Este también es conocido como la danza Oriental pues sus raíces vienen de las antiguas tradiciones culturales del medio oriente y el norte de África. En algunas culturas el baile árabe está relacionado desde hace mucho tiempo como una forma de preparación física para el parto en este caso en el Antiguo Egipto. Originalmente, el baile árabe se asociaba con los rituales y ceremonias en los templos, donde las bailarinas expresaban emociones y narraban historias a través de sus movimientos. A pesar de los estereotipos adquiridos por esta danza que la asociaban a menudo con la sensualidad y el exotismo, logró llegar a impactar el mundo entero.
A través de esta logré involucrarme en el pasado de lo que ahora es mi presente, con relación a todas las danzas investigadas. Esto me permitió ampliar mis conocimientos y desarrollar habilidades como la comparación, el análisis de información, entre otros.
LÁGRIMAS, NOTAS Y SECRETOS
Sofía Carolina Gutiérrez. 9B
“La música es el tipo de arte que está más cerca de las lágrimas y la memoria”
– Oscar Wilde.
Como sabemos, la música es una rama de las artes que nos acompaña a diario. Yo me he sumergido tanto en esta que me propuse crear mi propia canción. Sabía que sería un reto, sin embargo, ¿dejaría acaso que una melodía de tres minutos me ganara?
La música puede llegar a describirse como patrones armónicos sonoros que brindan un mensaje hacia un receptor y, aunque creamos que esta pueda llegar a ser algo irrelevante e inútil, la realidad es que por medio de esta, millones de personas han podido encontrar un camino a la tranquilidad y descubrir un poco de belleza en la vida. El autor de una pieza descarga todos sus sentimientos y experiencias dentro del fragmento musical, liberando una lluvia de emociones y encontrando un pequeño respiro dentro de esta sofocante vida. Muestra enseñanzas e historias que denotan la naturalidad del ser humano. Los oyentes, por su parte, se identificarán con esta, sintiéndose indirectamente escuchados. De algún modo, se darán cuenta que no están solos, que por más grandes o pequeñas que sean sus alegrías siempre habrá alguien al otro lado que está pasando por lo mismo, que alguien puede aconsejarles y consolarlos.
Es por esto que al darme cuenta de la infinidad de posibilidades dentro de este ámbito, decidí enfocar mi trabajo de proyecto personal hacia la creación de mi propia pieza. Yo también quería transmitir algo bello hacia las personas que me rodeaban y dejar mi propia huella.
Al principio creí que terminaría la canción en dos o tres semanas como máximo, pues veía que artistas famosos lograban hacerlo en muy poco tiempo y supuse que podría hacer lo mismo…Estaba equivocada.
Empecé seleccionando la emoción que quería transmitir y su mensaje, algo potente y relacional. Esto fue lo más sencillo de todo el proceso, puesto que, desde el comienzo sabía que quería transmitir tristeza y crear un mundo donde el personaje principal se sintiese en desesperanza. Se vería envuelto por un amor no correspondido.
A medida que fue pasando el tiempo, intenté diseñar diferentes propuestas para la pieza. No obstante, la presión por la que pasaba no aligeraba las cosas y el tiempo se volvió mi peor enemigo. Por un momento olvidé por completo mis motivos y aspiraciones para crear la pieza. Olvidé el aprecio que tanto le tenía a este sueño musical.
Al tratar de elegir las palabras adecuadas para los lyrics, mi cerebro se encontró sumergido en un mar de palabras, inundado por la desesperación y hundido entre confusión, no lograba encontrar los caracteres adecuados para la tarea. Caí en una grave frustración.
El reloj no se iba a detener, lo tenía claro. Sabía que no podía estancarme en un mismo punto del camino. Debía avanzar. Por ende, crear la melodía fue mi siguiente paso. Reuní las diferentes melodías realizadas previamente, en búsqueda de la adecuada. Realicé múltiples investigaciones y entrevistas a expertos para adaptarla y encontrar la melodía indicada. Investigué sobre acordes, instrumentos, patrones musicales, etc, para crear un entorno sombrío y melancólico en la canción.
Con la melodía e instrumentos ya seleccionados, tomé las ideas esbozadas anteriormente para crear la letra definitiva de la canción. Estaba quedándome sin tiempo. Creé una historia de fondo para tener más claridad en la pieza general, especificando progresivamente en los detalles de la canción. Al cabo de unas horas, me encontré esperanzada de nuevo. La pieza total estaba casi lista y, aunque debía apurarme, el resultado estaba siendo de mi agrado.
Me reuní de nuevo con los expertos, mostrándoles mis avances y marcando los detalles finales. Cada segundo era crucial, pero también, con cada segundo estaba más cerca de llegar al éxito. Grabé la pieza. Arreglé la canción. Se sumaron los instrumentos. Al oírlo todo junto, de mis ojos brotaron lágrimas de nuevo, esta vez de alegría. No podía creer lo que había hecho. Noté cómo mi trabajo había dado sus frutos, cómo mis decepciones fueron necesarias para construir el camino adecuado. Noté cómo cada acorde, cada sonido, cada nota, representaba exactamente lo que yo quería expresar.
Este trabajo me dejó un millón de recuerdos y una montaña rusa de emociones. Pero principalmente, una clara enseñanza: todo pasa por algo y no podemos forzar nada para llegar al éxito. Probablemente, habrá lágrimas en el proceso pero no hay que dejar que estas nublen nuestra vista. Hay que perseverar y aceptar los retos como vienen, todo es parte de un proceso de aprendizaje.
Sofía Carolina presentando su proyecto personal en el 2023.
Ana Sofía Macea Gutiérrez. 7º
En un mar oscuro y desolado, habitaba un pulpo llamado Dub. Dub, todas las noches se recostaba para admirar las pequeñas luces titilantes y brillantes en el cielo, como consuelo de su soledad. Un día, él se decidió a alcanzar una luz; empezó a entrenar sin parar para poder estirarse, tanto para llegar a ella. Intentó, e intentó y muchas veces falló, hasta que un día lo logró; Dub estiró su tentáculo, salió del agua, se fue hasta el cielo y la alcanzó, consiguió su estrella. Esta lo acompañó en sus días solitarios y lo alumbró en las noches oscuras.
Ilustración por: Ana Sofía Macea Gutiérrez. 7º
EL ÚLTIMO VALS DEL CABALLERO
Gabriela García Adarme. 9B
El 22 de junio de 1994 quedará grabado en la memoria de los amantes del fútbol colombiano como uno de los días más oscuros de la historia del deporte en Colombia. En el Estadio Rose Bowl de Los Ángeles, Estados Unidos, se desencadenó una serie de eventos que llevarían a la trágica muerte de un ícono, Andrés Escobar, un defensor colombiano cuyo legado perdura en el corazón de su nación.
El ambiente en el estadio era tenso, con hinchas colombianos y estadounidenses llenando las gradas para presenciar el enfrentamiento entre las dos selecciones. El partido había comenzado y, en el minuto 13, con el marcador en un inquietante empate 0-0, la tragedia comenzó a gestarse en el césped del Rose Bowl. El atacante estadounidense, John Harkes, como un rayo fugaz, se desplazó por el flanco izquierdo y entregó un pase a su compañero Earnie Stewart, que avanzaba por el lado derecho del campo. Andrés Escobar, el destacado defensor de la selección colombiana, se lanzó al suelo en una danza desesperada por interceptar el balón. Pero el destino, caprichoso e indiferente, tenía otros planes. La pelota, en lugar de encontrarse con el pie de Escobar, besó la punta de su guayo y se desvió sin piedad hacia la portería que defendía Oscar Córdoba. Fue un autogol que, como una puñalada en el corazón de los aficionados colombianos, anunció una desgracia que nadie pudo prever.
El Mundial de 1994 había sido un torneo repleto de esperanzas y expectativas para Colombia. La selección nacional, liderada por el carismático entrenador Francisco Maturana y contando con una constelación de talentos, se consideraba un serio contendiente para el título. Sin embargo, la ilusión se había desvanecido gradualmente a medida que el equipo enfrentaba dificultades en el torneo. Una derrota inicial ante Rumania y un empate frente a Suiza habían sembrado dudas y ansiedades en la afición colombiana.
Juan Carlos García, un espectador privilegiado en aquel estadio, recuerda aquel fatídico momento como un golpe al alma. "Sentí mucho desaliento en ese momento". "Veníamos de una derrota dolorosa ante Rumania, y este partido era nuestra oportunidad de redimirnos. Pero cuando llegó el autogol, una sombra de desesperanza nos envolvió a todos". La frustración se apoderó del ambiente, y el arquero colombiano, Oscar Córdoba, expresó su impotencia golpeando el suelo con su puño, como si quisiera golpear los fantasmas que habían desatado esa desgracia. Era un gol en propia puerta que sentenciaba el destino del partido y de Colombia en la Copa Mundial.
Sin embargo, la tragedia no terminó allí. En el minuto 52 del partido, Estados Unidos anotó su segundo gol, aumentando la ventaja a 2-0. Las esperanzas de una remontada se desvanecían rápidamente. A pesar del gol de Colombia en los últimos minutos, el partido terminó 2-1, lo que significó la eliminación de Colombia del mundial. La decepción y la tristeza se apoderaron de los seguidores colombianos que habían soñado con ver a su selección avanzar en el torneo e incluso verla ganar la copa.
Pero lo peor estaba por venir. Diez días después, un golpe aún más devastador sacudiría a Colombia: el 2 de julio de 1994, mientras aún se encontraba en Estados Unidos, Juan Carlos García recibió la impactante noticia de que Andrés Escobar había sido asesinado en Colombia. Algunos amigos le comentaron que había sido asesinado debido al autogol que marcó en el partido contra Estados Unidos. La noticia conmocionó a Juan Carlos y a todo el país.
La pregunta que inevitablemente surge es: ¿por qué mataron a Andrés Escobar? Juan Carlos García, basándose en la información y reportajes que ha leído sobre el evento, tiene una perspectiva clara al respecto. “No creo que Andrés haya sido asesinado únicamente debido al autogol”. García nos cuenta que, tras regresar a Colombia, Escobar decidió enfrentar la situación y no huir de la publicidad negativa. En la noche del 1 de julio, salió con amigos en Medellín y terminaron en el bar El Indio, un lugar popular entre la juventud local. Al salir del bar en las primeras horas del 2 de julio, Escobar fue abordado en el estacionamiento por un grupo de hombres y pocos minutos después se produjo un intercambio de palabras, seguido de una discusión acalorada. En ese momento crítico, Humberto Muñoz Castro, un sicario vinculado al crimen organizado, sacó un arma y disparó a Escobar seis veces, arrebatándole la vida a sus 27 años.
El juicio posterior revelaría que el asesinato fue motivado en parte por apuestas perdidas en el Mundial. Muñoz Castro sería condenado a 43 años de prisión, una sentencia que luego sería reducida 11 años, pero las repercusiones de su acto perdurarían eternamente.
Las consecuencias de la muerte de Andrés Escobar reverberaron como un eco lúgubre a lo largo de la historia de Colombia y el fútbol mundial. En primer lugar, la pérdida de un jugador talentoso y un ser humano ejemplar dejó un vacío profundo en el corazón de los aficionados del fútbol colombiano. Andrés Escobar era un ícono del deporte, una figura que inspiraba a jóvenes talentos a perseguir sus sueños en el mundo del fútbol. La noticia de que un futbolista de la selección nacional podía ser asesinado por un error en un partido de fútbol sacudió la conciencia de la sociedad colombiana y del mundo entero. Se hizo evidente que la vida de las personas, incluso de aquellos considerados héroes nacionales, estaba en peligro constante en un país afectado por la violencia y la impunidad.
El equipo de fútbol nacional de Colombia también sufrió las secuelas de la tragedia. La muerte de Andrés Escobar, un líder en el campo de juego y en el vestuario, dejó un vacío imposible de llenar. A pesar de los esfuerzos por continuar y recuperarse, el equipo se vio afectado por la sombra de la tragedia y no logró alcanzar el mismo nivel de éxito en los años posteriores.
Este trágico incidente fue más que un simple autogol en un partido de fútbol; fue un reflejo sombrío de la violencia y la falta de seguridad que prevalecían en Colombia en ese momento. La vida de un héroe nacional fue segada de manera absurda, dejando una profunda herida en la sociedad y en el deporte que amaba, una herida que nunca sanaría por completo.
EL DIENTE SIGUE DEBAJO DE LA ALMOHADA
Zara Daniela Ojeda Auzaque. 9B
Muchos solían llamarme el Ratón Perez, el pequeño animalito mágico que recoge los dientes de leche de todos los niños del mundo, a cambio de sencillos obsequios debajo de sus almohadas.
Nadie sabe exactamente cuándo ni dónde aparezco, pero todos los niños esperan con emoción mi llegada, con la esperanza de encontrar un regalo bajo su almohada al despertar. Esa ilusión, esa chispa de magia, era lo que me impulsaba para continuar con mi labor noche tras noche.
Mi trabajo era mi orgullo y mi alegría. Me encantaba ver las sonrisas en los rostros de los niños cuando encontraban mis pequeños presentes y descubrían que su diente había sido reemplazado.
Hace un tiempo, no muy largo, quizás meses, o años, vivía con mi familia, en un pequeño agujerito de la pared de un edificio; el agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no nos faltaba la comida.
Hasta que un día, de forma abrupta, oímos un estruendo, el techo se empezó a desmoronar, y, entre la polvadera, vimos unas garras encauchetadas muy, muy grandes que nos atraparon a mí y a mi familia. Esas garras provenían de un ser enmascarado, parecía un extraterrestre , de traje blanco, y grandes, oscuras gafas, ocultando su identidad para que nadie descubra el culpable de arrebatarle la ilusión a los niños que esperan con ansias un pequeño regalo debajo de su almohada.
Me llevó lejos de mi hogar, hacia un lugar desconocido y aterrador, donde predomina el frío penetrante, un aire denso con olor a químico que quema las fosas nasales, pasillos llenos de luces parpadeantes y sombras distorsionadas, miles de jaulas con animales indefensos, mesas metálicas brillantes y frías donde se apoyan esas armas afiladas y escalofriantes; un lugar donde la esperanza muere y el miedo reina.
Me encerraron en una pequeña jaula, donde el aire era escaso y la oscuridad abrumadora. De repente estaba atrapado en un ciclo de sufrimiento y desesperación. Los días se convirtieron en una sucesión interminable de pruebas dolorosas y experimentos crueles.
La suerte de mi madre no es diferente a la mía, a ella la sometieron a quemaduras con productos químicos, en cambio, mi padre fue mutilado de tres de sus extremidades. El dolor y la agonía se convirtieron en compañeros constantes, y el sufrimiento se volvió parte de mi día a día.
Entonces descubrí que conseguí otro trabajo; me llevaron a un laboratorio para trabajar para los humanos y sus caprichos culposos, porque claro, quién no querría comprar ese labial rojo, o morado, o naranja, es que ¡hay de todos los colores! Ahora mi cuerpo es mi medio de trabajo; solo tengo dos orejas, dos ojos y cuatro paticas en las que testear, cuando a ellos no les sirva más, no se molestarán en despedirme, tan solo me dejarán morir. Ese es mi destino, pero nosotros los ratones estamos felices de trabajar para los humanos porque ellos son superiores.
En medio de tanta desesperación y sufrimiento hice dos amigos.
Boris, un conejo que, al igual que yo, está en cautiverio.
– Sueño con saltar libre por los campos de lavanda y comer lechuga – dijo Boris.
Él está encerrado en una caja diminuta, apenas puede respirar, la mitad de su piel está quemada, ah, y tiene un ojo colgando, él me dice que quisiera morir ya, pero todavía le queda el otro ojo, todavía le sirve para poder testear otro producto de belleza, creo que después de eso, lo dejarán agonizar por semanas, y después morirá, pero bueno, cómo él dice: “gajes del oficio”.
Bruno, el mono, es mi otro amigo,
–Oye, ¿me puedes compartir de tu agua?, tengo mucha sed – dijo Bruno.
Desde mi celda veo como sufre, y también he visto que esos extraterrestres le quitan el agua a propósito para obligarlo a que coopere con los experimentos. Hace poco, él se portó bien y se dejó cegar de un ojo y quemar su piel; como recompensa le dieron 5 gotitas de agua, tenía mucha sed.
Pero bueno, me convertí en un probador, mi madre, mi padre, mis hijos, mis nietos y todas las generaciones que sigan nacerán únicamente para experimentar y testear nuevos y nuevos productos cosméticos. La tradición de ir casa por casa recogiendo los dientes de leche de todos los niños del mundo llegaría a su fin.
Ahora tengo quemaduras por todo el cuerpo, estoy ciego de un ojo y las heridas solo me duelen cuando respiro, nada más.
Ilustración por: Ana Sofía Macea Gutiérrez, 7º
EL ORIGEN DE LA FELICIDAD
María Paula Lozano Escobar. 6º
En el principio del universo los humanos eran dirigidos por pequeños seres verdes que tenían el cuerpo de un humano, excepto por una cola larga que salía de su espalda. Ellos vivían en el cuerpo de los humanos, algunos en la cabeza, otros en los brazos, otros en sus manos, algunos en sus pies y otros en las piernas. Se encargaban de lo que hacía el ser humano que, para ese entonces, lo único que hacían era comer, beber y dormir. No existía la felicidad, solo había tristeza y soledad.
Un día cualquiera, Triko, uno de los seres verdes, se cansó de la sensación de la nada, y decidió salir al mundo real, que para ellos eran los humanos, ya que vivían dentro de ellos. Triko trabajaba en la cabeza y por el túnel prohibido se escapó. El golpe de la caída lo dejó inconsciente, pero antes de golpearse sintió algo diferente en él. El borde de sus labios se elevó instintivamente y empezó a salir de su boca un sonido repetitivo, como un “ja” constante e incontrolable. Cuando despertó, se encontró en un lugar inexplorado, vacío y tranquilo, nadie lo conocía.
Empezó a explorar, halló otros seres diferentes a él, algunos caminaban en sus cuatro extremidades, otros no tocaban el suelo, algunos eran del tamaño de un caramelo, mientras algunos eran gigantes y otros, solo eran una brisa en el lugar. Comenzó a correr y a jugar con ellos, como nunca lo había hecho, y volvió la sensación del rostro sonriendo y el “ja” incontrolable. Pero algo nuevo surgió. Sentía algo en su cuerpo, como un cosquilleo recorriéndolo.
Después de la aventura que tuvo Triko, decidió volver a su hogar: la cabeza. Cuando llegó, nada había cambiado en sus compañeros, todos hacían su trabajo y nadie sonreía. Él pensó que todos deberían experimentar ese sentimiento al menos una vez en su vida, ese cosquilleo, ese “ja” irresistible y su rostro cambiando de expresión.
Cuando fue la hora de dormir su compañero Rwai solo miraba al techo y respiraba, mientras que Triko seguía pensando en su día, veía a su compañero y vio que simplemente no sentía nada, no pensaba, no hacía nada. Le contó su aventura a Rwai, quien no decía nada, solo lo miraba fijamente a los ojos, pero Triko vio como un pequeño destello se iluminó en los ojos de su amigo, como si algo quisiera salir pero no sabía cómo.
Al otro día, Triko llevó a Rwai al tobogán y por primera vez lo vio sonreír y reír… el destello de sus ojos volvió a brillar, Rwai le prometió cuidar ese destello, ese sentimiento, la sensación de ese algo.
Ese día los dos amigos disfrutaron hasta el anochecer en su lugar secreto y al volver decidieron liberar esos destellos en los demás. Cada día llevaron a alguien nuevo y ese brillo iluminó su mundo, todos seguían trabajando pero con una sonrisa, riéndose, tan solo hablar era diferente, todos eran felices, incluso se veía reflejado en los humanos. Era evidente que si sus habitantes estaban alegres, los humanos reían a carcajadas y a pesar de tener algunos momentos de tristeza, el brillo, el destello de cada uno, había salido e iluminaba la vida de todos.
Había luz en el mundo gracias a Triko, el héroe. Él se convirtió en el guardián y el dios de la felicidad, el sentimiento, el brillo de cada ser vivo; y era el tesoro más grande de su raza y debería serlo para todos. A veces Triko se cansa y se queda dormido y la tristeza regresa, todo vuelve a apagarse, pero Triko siempre lucha por alejarla, a veces se tarda más en ahuyentarla, pero siempre vuelve la felicidad a iluminar su mundo y el nuestro.
Vida entre naranjas y despedidas
Natalia LLoreda. 9A
Cuando el naranja rebosaba del árbol,
el destino posaba en mis dos manos
un positivo en la prueba de embarazo.
Estremeció los pelos de mi brazo,
mi corazón lleno de profundo rechazo.
Apenas tenía diecinueve años.
Poco deseaba un bebé a mi lado,
sin embargo, arrebatarte la vida no era la solución
Decidida, intenté buscar un proceso de adopción.
En mi cuerpo recorrieron fríos aires de tristeza.
No pude ni siquiera empezar la investigación,
por primera vez tuve la certeza:
Tu presencia en mi vida, traería unión.
Copos de nieve por doquier,
y celebración de Navidad en familia
Eran mi señal para anunciar tu vida.
Decidí decirlo, con la valentía que auxilia.
Las palabras salieron llenas de alegría,
pero mi familia y sus miradas llenas de ironía,
me pisotearon, humillaron y lastimaron.
Sabía que con ellos, ya no era bienvenida.
Con dolor afronté la situación.
Noche buena de frustración,
comprendí que en esta vida, solo éramos tú y yo.
Las flores llegaron junto a la primavera.
Cinco meses desde que te vi por primera vez,
tu corazón latía, yo lo sentía.
Mientras, toda la familia olvidó nuestra existencia.
En mi corazón solo ardían llamas de resistencia,
todas las noches extenuada trabajaba como mesera.
Quería darte la vida que tú desearas,
quería darte el tiempo que merecías,
quería que te sintieras amada.
El calor del verano me abrasaba,
mis manos acariciaban una vida.
En mi vientre sentía tu futura llegada.
Poco tiempo para el esperado día.
Compré, lo que iba a ser tu primera pinta:
tus primeros vestidos y faldas.
Pude imaginarme toda una vida contigo.
El tan esperado día hizo su aparición.
La sala resonaba con risas y alegría.
En mis brazos estabas, cuando el doctor hizo una intervención
Poco sabía que era la última vez que te vería
Nunca imaginé una felicidad tan corta…
Minutos a tu lado, y tu sonrisa que conforta.
El doctor entró con tragedia en su cara.
Una chispa apagada. Un cielo que nos separa.
Una vez más, el naranja llena el paisaje,
pero el sentimiento es diferente.
Ya no hay nervios, hay homenaje
Toco tu dulce cuerpo, una última vez
Pero se siente esa falta de calor,
Tu piel, fría como un pez.
Mientras tu alma deja el mundo,
mis lágrimas me consumen.
El llanto se volvió profundo
No me queda más que esta triste despedida,
y decirte a la distancia:
“Nos vemos en otro mundo, mi vida”.
Historia de un amor
(Trilogía poética)
María del Mar González Hernández. 7º
Te veo y se me detiene el tiempo.
¿Qué es esto que estoy sintiendo?
Tu imagen está grabada en mi mente.
¿Es esto lo que llaman Amor?
Este amor me ha enseñado cómo volar sin alas.
Me hago ilusiones y no tengo con qué formarlas.
¿Así se siente el amor?
5pm, espero tu llamada
5:30, ring, ring, en el teléfono. ¿Serás tú?
Al escucharte, mi mente se despeja.
¿Qué haré si no te tengo?
Nos llenamos de detalles.
No importa qué, desde que sea con amor.
Día y noche pienso en ti
¿Estarás pensando en mí?
Me abrazas y se siente como una melodía,
que recorre el alma mía.
Las mariposas revolotean por mi vientre,
una sensación que mi corazón no comprende.
Mi primer pensamiento de la mañana está en ti,
no es la excepción a la hora de dormir .
Siempre tú, habitando en mí.
No quiero a nadie más.
Te quiero a ti, mi vida.
Sólo tú robas cada latido de mi corazón,
sólo tú das a mi mirada, esta gran ilusión.
Llamadas hasta las tres de la mañana.
citas cada fin de semana.
Es tan ideal que parece irreal,
pero es natural.
Lo que más temía pasó.
¿Lo nuestro hasta aquí llegó?
Lo que teníamos era especial.
¿Este es realmente el final?
Dicen que donde hubo fuego, cenizas quedan,
y que esas mariposas perduran.
Pero, por el bien tuyo y mío.
mariposas y cenizas, que la brisa las destruya.
Solo la vida sabe si nos volveremos a cruzar,
Si esas cenizas vuelvan a brillar.
Mi mente grita que te olvide,
mas mi corazón me lo impide.
Fácil fue enamorarme.
Difícil será ignorarte.
Tiempo y destino dirán,
si nos volveremos a encontrar.
El orígen de las olas del mar
María José González Giraldo. 6º
Olana salía de su casa como cualquier otro día, camino a su trabajo. Sí, una niña trabajando. Su familia no tenía muchos recursos y era la única forma de poder sobrevivir. Trabajaba vendiendo artesanías, puesto que ella era experta buscando conchas en la playa y construyendo las más bellas joyas, además disfrutaba mucho hacerlo. Se sentaba en la arena y fabricaba sus accesorios mientras veía las hermosas playas de Cancún. Siempre que salía utilizaba ropa vieja y sucia que le tapaba todo el cuerpo, sus papás le tenían más que prohibido mostrar su pelo, ya que tenían miedo que le hicieran algo a causa de ello.
Olana era una niña muy especial, desde que nació tenía el pelo rubio con un par de mechones azules y unos ojos también azules tan profundos como el océano. Una piel brillante como los rayos del sol y unas pecas tan perfectas como chips de chocolate. Un día sus papás la mandaron a hacer el mercado del mes, aprovechando que habían conseguido suficiente dinero para comprar la comida. Olana sin ningún problema fue a comprar todo y cuando iba de regreso a su casa, un fuerte viento la golpeó, destapando su hermoso cabello. Todas las personas a su alrededor la voltearon a mirar y quedaron asombrados de ver a una niña tan especial. Olana solo pensaba en lo que le iban a decir sus papás, por eso salió corriendo de ahí, llegó a casa, dejó el mercado con su mamá y se echó a llorar desesperada.
Transcurridos un par de minutos inició un temblor y Olana cegada por la tristeza no se dió cuenta. Su mamá le gritó muy preocupada y por fin entendió lo que estaba pasando. El temblor cada vez se intensificaba más, convirtiéndose en terremoto y su mamá lo primero que pensó fue en llevar comida en caso de emergencia, por lo que rápidamente la cogió y salieron todos de la casa.
Terminado el temblor, todo lo que estaba a su alrededor había quedado destrozado, ni siquiera su casa había quedado en pie. El papá de Olana muy ansioso tomó la decisión de utilizar su último recurso, su bote. Ella no quería, pero no había más opción, sencillamente era la única forma de vivir en un lugar que no fuera en la calle, por lo que sin pensarlo dos veces la familia se subió al bote. Afortunadamente el bote era bastante bueno, por no decir que el mejor, ya que había sido la única herencia que había recibido el padre de Olana por parte de su madre, quien tenía bastante dinero. Su papá había estado guardando el bote por un buen tiempo esperando a encontrar la situación perfecta, y ya había llegado. Después de subirse, navegaron un par de horas mientras buscaban tierra firme para encontrar un hogar.
Desafortunadamente no habían encontrado nada útil, así que, se quedaron a dormir en la mitad del océano. Aproximadamente a las 2 de la mañana Olana se despertó a causa de varios ruidos extraños que había percibido fuera del bote, por lo que salió de la “habitación” donde dormían todos y se asomó por la parte frontal del bote, buscando una respuesta al sonido que había escuchado y vió como una extraña luz se acercaba a ella. La luz salió del agua y Olana se dió cuenta que el ruido y la luz provenían de una mantarraya que se empezó a comunicar con ella y milagrosamente Olana le empezó a entender. La raya le dijo que había un ser extraño llamado Destrus. Él era el Dios de los desastres naturales y estaba a punto de destruir el mundo entero porque no le gustaba que hubieran otras especies diferentes a él, y le dijo que ella era la única persona que podría enfrentarlo, ya que era muy hábil y detallista gracias a lo que hacía, además era capáz de entender a todas las especies y por eso tenía esas características tan diferentes a los demás. Olana quedó sorprendida por lo que había escuchado, pero no entendía cómo se suponía que lo iba a enfrentar, así que le preguntó que cómo iba a hacer eso y la raya le dio las indicaciones para llegar a la isla donde vivía Destrus.
La sorprendida niña se acostó de nuevo a dormir y temprano en la mañana le comentó a su padre que creía saber dónde podía haber tierra firme, ocultando sus reales intenciones de ir hacia allá. Él no estaba muy seguro, mas no perdía nada con intentarlo, se dirigió hacia la supuesta isla y después de navegar unos días, la encontraron. Todos estaban muy felices de lo que habían encontrado, sin embargo, Olana estaba algo nerviosa por lo que posiblemente iba a enfrentar.
Su padre detuvo el bote, todos se bajaron y se instalaron para habitar la isla por lo menos tres semanas. Durante la segunda semana, Olana tuvo la necesidad de ir en búsqueda de Destrus, puesto que sabía que tenía que hacer algo lo más pronto posible. Se preparó y se puso a caminar por la isla pensando en dónde podría estar. Unos minutos después se acordó del gran volcán que había en la isla y se acercó a éste. Cuando llegó a la punta, una gran persona de roca salió de adentro y empezó a pelear. Era Destrus, Olana trató de solucionar todo hablando, pero Destrus no cedió. Ella cada vez se asustaba más y en un momento de desesperación profunda logró iniciar una fuerte lluvia, los rayos caían y Destrus cada vez se alteraba más, casi al punto de empezar a recurrir a la violencia. Olana le empezó a decir que dañar el mundo no era la forma de solucionar las cosas. Además si él destruía todo, se quedaría solo y la soledad es de las peores cosas que pueden haber. Pero a Destrus no le importaba la soledad, él guardaba un gran rencor en su corazón después de que la persona que más amó, lo abandonó. Así que, no quiso solucionar las cosas y prefirió seguir destruyendo todo. La lluvia que era el conjunto de las súplicas de todos los afectados por sus acciones se aumentó, creó un rayo que electrocutó a Destrus y al caer al agua movió todo el océano provocando lo que conocemos como olas del mar. El nombre se dió gracias a las tres primeras letras del nombre OLAna, quien fue la que salvó al mundo de una posible destrucción total.
infografías
Las estudiantes de grado séptimo (7º) como sumativa en la asignatura de Lengua y Literatura - Español, prepararon unas infografías cuyo propósito fuera reseñar algunas de las novelas que las estudiantes leyeron en sus tiempos libres.
Ilustración hecha por: Mariana Macea Gutiérrez, 7º.
Ilustración hecha por: Ana Sofía Macea Gutiérrez, 7º.