Isabella Panzera desarrolla un concepto bastante intimista y personal sobre su percepción de la conciencia, entre lo bueno y lo malo a través de personajes fantásticos, como ángeles y demonios, que desde siempre y en múltiples culturas han representado la dicotomía del bien y el mal, para ello basó su obra en la investigación visual de referentes como: Rubens, Goya y Vincent van Gogh. Teniendo como técnica preferencial el arte digital y el dibujo en óleo pastel. En sus propias palabras describe las obras que se muestran a continuación.
Pasamos a una obra llena de ojos que observan a una chica peculiar, ella es mitad ángel mitad demonio, por ende los ojos que la observan son de estas mismas criaturas. Los del lado derecho son demonios, se ven amenazadores y critican con más intensidad, los del lado izquierdo son ángeles mirando con desaprobación a este ser.
El ojo sobre ella pertenece a una entidad más poderosa, realiza un juicio para decidir si se quedará en el cielo o infierno, no es lo suficientemente pura ni malvada como para ir a cualquiera de los dos mundos. El lado diabólico de la chica se ve despreocupado, el angelical se muestra más nerviosa e insegura.
Para acompañar la obra anterior, presento esta. Soleil, el chico mostrado aquí, se siente observado por la luna; la que lleva en sus manos es solo un trozo de lo que se le otorgó y ahora presiente que lo desperdició y la luna en el cielo lo castigará severamente.
Soleil se vuelve algo lunático con esto, por lo que empieza a llorar.
Para finalizar la exposición les presento esta obra, en donde se pueden ver unas manos monstruosas.
El espectador no lo sabe, pero son mis manos, hace ilusión a ver hacia abajo y notar que he cambiado por completo, que me convertí en uno de los demonios que tanto dibujo.
Los colores fríos de dichas extremidades simbolizan un sentimiento de temor debido a este cambio, el fondo contrastante cálido significa el poder que estos demonios tienen sobre el protagonista.