En Cuaresma, se nos invita a estar con Jesús, a acompañarle en todas las secuencias de su sufrimiento y muerte en la cruz, a solidarizarnos con Él. A actualizar su Pasión.
Pero, ¿cómo podemos acompañarlo y solidarizarnos con Él? Sólo es posible si conocemos y aceptamos nuestras cruces, dolores y sufrimientos personales y los vemos como necesarios en nuestro camino para conseguir un mundo mejor.
Lo que vivamos en este tiempo, ya lo vivió Él antes y por tanto, podremos dar respuesta a su Amor.