Esto no es lo que imaginaba. 

Pensaba que sería distinto, que no me sentiría así. Sin embargo, la sensación no es del todo desagradable. 

¿Me tengo que sentir aliviada? ¿Tranquila? ¿Atemorizada? No lo sé. 

En realidad no tengo ni idea. Mi madre siempre me dijo que tenía que ser fuerte, y eso intenté. 

No rendirme. 

No perderme a mí misma, ya he perdido suficiente. 

¿Y si os digo que sigo enamorada de él? ¿Es malo? Es raro. 

Me ilusioné mucho cuando me dijo que quería quedar conmigo. Me sentía querida por primera vez. Me subí a su coche pensando que íbamos a ese restaurante del que me había hablado: - será súper romántico - eso decía. 

Estaba saliendo todo demasiado bien, demasiado perfecto para ser verdad. 

¿Acaso existen los momentos perfectos? 

Cuando me di cuenta de que no íbamos donde decía ir, mi cara cambió. Algo dentro de mí me decía que algo malo iba a pasar. Ignorando ese pensamiento, seguí con la ilusión de una niña de 14 años, era lo que era. Una niña de 14 años subida en el coche de un tío de 19 del que llevaba enamorada 2 años. 

Mi ilusión se fue al traste cuando aparcó, todo estaba en la penumbra, la única luz que había era la de una farola que apenas iluminaba, para darme cuenta de que estaba en un párquing sin salida y sin ayuda alguna. Salió del coche y me sacó con violencia. 

Las cosas que me hizo aquella noche son imperdonables. Cómo después de hacerme todo eso, me dejó tirada, desnuda en la carretera

Cómo se subió al coche sin ningún tipo de remordimiento, y se fue.

¿Cómo salí de esa? No salí. 

Días después de que me encontraran, me suicidé.

No hay nadie. No hay nada. Solo yo. Y no he vuelto a ser la misma desde ese día. 

¿Dejarás que siga pasando? ¿Seguirás normalizándolo? 

Claro, porque yo solo soy una más…

Ella podría ser tu hija. Ella podrías ser tú.

JANA CORTÉS CARRERAS 3r ESO (2023)

Imagen de Sasin Tipchai en Pixabay