Los personajes

1. Leed el siguiente artículo sobre la creación de personajes:


Crear un personaje que funcione, capaz de protagonizar una historia potente, no es fácil. Es un proceso que muchos llevamos a cabo sobre la marcha, otros tan sólo lo ejecutamos en nuestra cabeza y, otros, no sabemos por dónde empezar.

Existen muchos recursos y consejos que nos pueden ayudar a desarrollarlos a un nivel conceptual. Pero, empezaremos por lo concreto, explicándo qué es una ficha de personaje y para qué sirve.

La ficha

Una ficha de personaje es un documento con apartados pautados que nos ayudará a definir todos aquellos aspectos que forman un personaje y a construirlo en su conjunto. Es una herramienta común en todas las vertientes de la narrativa: tanto para crear novelas, como series de televisión, como guiones de cine, videojuegos... Existen mil manuales sobre esta disciplina que nos ofrecen mil modelos diferentes sobre cómo elaboralas. Todos tienen una característica en común: una estructura de ítem y concreción de esa ítem. De hecho, se parte de una propuesta de puntos a desarrollar para, si el personaje lo necesita, añadir o reducirlos en función de su importancia dentro de la novela. No dedicaremos el mismo esfuerzo y nivel de detalle con un protagonista que con un secundario. O sí. Eso depende de nosotros y de la complejidad de nuestra obra.

Al final, una ficha de personaje sirve para exprimir al máximo a nuestro personaje, hacerle todas las preguntas posibles para unificar su conceptualización, pensar detalles que los enriquezcan y tener una guía por si nos perdemos escribiendo. También, pensar elementos de su vida nos puede ayudar a, por ejemplo, decidir cómo los mostramos en la historia, qué contamos y qué sugerimos… Es una herramienta que conlleva tiempo, pero es muy útil y puede ayudarnos a vencer a la hoja en blanco.

Para elaborar este perfil, hemos escogido los elementos que hemos considerado más interesantes de las diferentes fichas que Silvia Adela Kohan propone en su libro Dar vida al personaje, manual que recomendamos altamente. A esos puntos le hemos añadido el concepto de relación. ¿Por qué? Es sencillo. Todos nos comunicamos de maneras diferentes con los diferentes aspectos de nuestra vida: nuestra infancia, el amor, el sexo... con cada uno de esos aspectos establecemos una relación basada en nuestro carácter y nuestra experiencia. Definir esas relaciones de nuestros personajes, es decir, explicar como se relacionan con el mundo, nos ayudará a explicarlos mejor en nuestras obras.

Insistimos en que existen muchos modelos y que a cada uno de nosotros nos puede ir mejor uno u otro según elos puntos en los que hacen hincapié. Así que nunca está de más investigar otros ejemplos.

Las partes de la ficha

  • Autor del personaje: ¿Qué persona real se lo ha inventado?

  • Nombre y publicación en la que aparece (libro, cómic, serie, videojuego):

  • Edad y lugar de nacimiento:

  • Adjetivo/s definitorio/s:

  • Relación con la infancia: ¿cómo fue su infancia? ¿Cómo ha influenciado en su vida? ¿Qué relación tenía con familiares, amigos, padres…?

  • Relación con la adolescencia: ¿Qué relación tuvo con el despertar de su sexualidad? ¿Y con su cuerpo? ¿Vivió el paso a la vida adulta de una manera saludable? ¿Optó por una actitud rebelde? ¿Represora?

  • Relación con su família: ¿Se lleva bien? ¿Se siente aceptado/a?

  • Relación con los espacios: ¿Qué relación tiene con el lugar en el que vive actualmente? ¿Cuál es su lugar soñado? ¿Ha encontrado su espacio en la vida? ¿Su lugar de nacimiento afecta a su vida?

  • Relación con su cuerpo: ¿Se siente atractivo/a? ¿Tiene complejos corporales? ¿Se cuida y es deportista? ¿No le interesa para nada su físico? ¿Cómo viste? ¿Usa la vestimenta para lucir, aparentar? ¿Ni piensa en esas cosas…? ¿Fuma? ¿Se droga?

  • Relación con su profesión: ¿Escogió su profesión? ¿Se la brindó las circunstancias? ¿Es feliz trabajando en lo que trabaja?

  • Relación con lo material: Para él o ella: ¿es importante el dinero? ¿Gana suficiente? ¿Es capaz de hacer cualquier cosa por dinero u odia a la gente materialista? ¿Es superficial? ¿Tiende a acumular cosa (ropa, objetos, etc…) o vive con lo mínimo?

  • Relación con la moral: ¿Es correcto? ¿Tiene claros los limites de la moral?

  • Relación con el lenguaje: ¿Cómo se expresa? ¿Su lenguaje lo relaciona directamente con su origen o clase social? ¿Habla rápido o lento? ¿Usa un lenguaje culto o llano? ¿Es un gran comunicador/a o nadie lo entiende? ¿Se expresa con subordinadas, frases cortas, conceptos concretos…?

  • Relación con la sociedad: ¿Le preocupa la política y la sociedad? ¿Qué tipo de pensamientos tiene en relación a los temas tabú?

  • Relación con el ocio: ¿Qué hobbies tiene? ¿Le gusta llenar su tiempo libre? ¿Le gustan los hobbies en grupo? ¿Solitarios? Si lee, ¿lee mucho? ¿Qué autores? Si ve series… ¿Qué series ve? ¿Le gusta el cine, los deportes o coleccionar sellos? ¿Por qué?

  • Relación con los sueños/objetivos/deseos: ¿Quién quiere ser? ¿A qué aspira? ¿Tiene objetivos? ¿Los cumple? ¿Está perdido/a? ¿Qué sueños quiere cumplir? ¿Es optimista con ellos? ¿Es un visionario/a o un iluminado/a? ¿Vive cumpliéndolos o suspirando por ellos?)

Enlace a la fuente original.

1. Ejercicio individual:

Piensa en tu libro, cómic, serie, película o videojuego favorito. Seguro que hay un personaje que te encanta y del que conoces un montón de detalles. Copia los ítems de la lista anterior en tu documento individual y responde a las preguntas respecto a tu personaje favorito. Pon en color azul las cosas que sepas con total seguridad y en color verde las cosas que intuyes o puedes inferir de su comportamiento e inquietudes:

2. Leed el artículo de Yolanda González Mesa sobre cómo crear una ficha de personaje.

Cómo crear una ficha completa de tus personajes

Yolanda González Mesa - 10 junio 2009

Si hay algo que me da pánico como escritora, es crear personajes planos y/o estereotipados. No es que piense que la trama no es importante, o que sea secundaria frente a la construcción de personajes, pero creo que un mal personaje puede matar una buena historia y viceversa.

Así que cuando imagino un personaje, me gusta perfilarlo a fondo, recopilando toda la información que se me ocurre sobre él, aunque normalmente no aparecen en la historia más del 30% de esos datos. De este modo intento aportarle más profundidad y una mayor riqueza de matices, y consigo también mantenerme fiel al personaje, ya que aunque este evolucione o cambie a lo largo de la historia (especialmente si es el protagonista), esta evolución debe venir dada por la trama y ser coherente.

Y es que a los personajes, como a las personas reales, no sólo los definen sus actos o sus palabras, sino su pasado, sus relaciones, sus anhelos, etc.

La ficha, o “biblia de los personajes” como se llama en el mundo audiovisual, que yo utilizo consta de lo siguiente:

1. Tratamiento.

Lo primero que defino es si ese personaje es protagonista o secundario, aunque esto puede variar a lo largo del proceso de escritura, si pienso que un personaje secundario es más interesante, o puede aportar más a la historia que el protagonista inicial.

2. Descripción general.

Es una descripción breve, con los datos más relevantes del personaje en relación a la historia. Ejemplo: un hidalgo de cierta edad con una desmedida afición por los libros de caballería que pierde la razón y se cree un caballero andante.

3. Descripción física.

El físico puede condicionar a un personaje, igual que puede condicionar a una persona real. Por ejemplo: si el Quijote, en vez de ser un hombre enjuto, hubiera tenido el físico orondo y bajito de Sancho Panza, su historia hubiera tenido más comicidad y menos patetismo.

4. Biografía.

El presente y el futuro de un personaje es casi siempre el producto de su pasado, para bien o para mal.

5. Aficiones y gustos.

También se puede saber mucho de alguien (persona o personaje) por lo que le gusta o le divierte.

6. Lo que no le gusta.

Lo mismo se puede decir de las cosas que odia o le disgustan.

7. Adjetivos que le definen.

Es un listado con todos los atributos del personaje. Permite tener una visión rápida de cómo es, y añadir características que no entran en las otras categorías de la ficha.

8. Relación con los demás personajes.

Este apartado se puede resolver con un esquema en el que queden claras las relaciones que unen a los personajes.

9. Función del personaje.

Un personaje puede actuar como narrador, detonante o catalizador de la historia, como elemento cómico que alivie los momentos de tensión, etc.

10. Reacción del público ante el personaje.

¿Caerá bien o mal al lector o a la audiencia? ¿Se sentirán identificados con él? ¿Les provocará lástima, rechazo, indiferencia?

2. Ejercicio individual:

Ahora es el momento de empezar a crear. Sigue los ítems de la primera lista o las categorías del artículo de Yolanda González Mesa y define, de la forma más pormenorizada posible, tu personaje principal. Cuando termines puedes empezar a crear a su antagonista o a los personajes secundarios.