Reflexión final

Antes de empezar a cursar el Programa del Diploma pensaba que CAS era un curso muy interesante y no podía esperar a participar en él. Desde el principio esperaba adquirir nuevas habilidades a lo largo del programa, pero nunca hubiera podido llegar a creer lo mucho que la clase me enseñó y cuánto me cambió como persona. Incluso hoy me es difícil creer que quién soy hoy se debe en gran parte a una clase, pero es verdad. Gracias a las experiencias que tuve a lo largo de mi ejecución de CAS logré reducir y en ocasiones deshacerme de debilidades personales como el pánico escénico, mi miedo a lo desconocido, y mi dificultad al convivir con personas nuevas. Aprendí también sobre la importancia del trabajo en equipo y sus ventajas. Adicionalmente, con CAS pude poner en práctica y perfeccionar fortalezas de mi carácter, como el ser organizada y mi deseo de ayudar. Finalmente, lo mejor de todo el programa es que, al llevar a cabo mis actividades de la clase, no sólo cambié y mejoré yo, también pude ayudar a mi comunidad al participar y comprometerme en actividades de importancia local y en ocasiones global.

Cursar el Programa del Diploma de IB fue una experiencia inolvidable y que me enseñó mucho, pero mi parte favorita fue, sin duda, el programa de CAS. Considero que es la herramienta perfecta para darle a los estudiantes de IB una mentalidad global y un deseo de ayudar. Personalmente, puedo decir que CAS cambió mi vida; el programa es responsable por formar una gran parte de mi carácter actual y de guiarme en el camino que voy a tomar en mi futuro empezando en unos cuantos meses, cuando comience a estudiar Ingeniería Ambiental, una decisión que tomé como consecuencia a una experiencia de CAS.