Primera Comunión
-ad usum privatum parrochialis-
-ad usum privatum parrochialis-
CANTO DE ENTRADA
SALUDO
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
La Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
Todos: Y con tú espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
(En silencio cada quien reconoce sus faltas y se deja tocar por el cariño de Dios, que nos perdona siempre.)
Defensor de los pobres: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Refugio de los débiles: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Esperanza de los pecadores: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, bondadoso, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 10, 16-17
Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 77
R. El Señor es mi Dios y mí salvador (2)
El Señor es mi Dios
con el estoy seguro y nada temo
es mi protección y mi fuerza R.
Den gracias a Dios invoquen hoy su nombre
y que cada nación cuente sus hazañas su poder R.
Alaben al Señor anuncien sus proezas
habitantes de Sión griten jubilosos su amor R.
CANTO: ALELUYA
Aleluya (4) ...Aleluya
Aleluya a su victoria, Aleluya se proclama, en toda la tierra.
Aleluya (4) ...Aleluya ...Amén
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Esquema de lecturas CORPUS CHRISTI
Esquema de lecturas Dom. XIX T. Ord.
HOMILÍA
Con Renovación de las promesas bautismales
ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos a Dios nuestro Padre, por mediación de su Hijo, Jesucristo, para que conserve en su Espíritu a cuantos acudimos a Él.
A cada petición respondemos “Escúchanos Padre”.
+ Te pedimos por el Papa Francisco para que nos siga conduciendo por el buen camino, enseñándonos la alegría que proviene del Evangelio. Oremos.
Todos: Escúchanos Padre.
+ Te pedimos por las catequistas, y sacerdotes que conocemos y los de nuestra comunidad, para que continúen con su hermosa labor de educarnos en la fe y por la gran importancia que tiene su labor en nuestra formación cristiana. Oremos.
Todos: Escúchanos Padre.
+ Te pedimos por todos los que hoy hemos escuchado la Palabra de Dios y comulgaremos al participar plenamente en esta Eucaristía, para que vivamos siempre en su Amor. Oremos.
Todos: Escúchanos Padre.
+ Te pedimos por nuestros papás y padrinos para que tengan buena salud física y espiritual. Oremos.
Todos: Escúchanos Padre.
+ Te pedimos por los pobres para que encuentren en nosotros ayuda y compañía. Oremos.
Todos: Escúchanos Padre.
Escucha Padre bueno, nuestras plegarias y derrama tu amor sobre todos los hombres. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
PROCESIÓN Y PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Oren, hermanas y hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
PREFACIO
El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Todos: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Todos: Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio de la eterna alianza, se ofreció primero a ti como víctima salvadora, y nos mandó que lo ofreciéramos como memorial suyo.
Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos fortalecidos; y cuando bebemos su sangre, derramada por nosotros, quedamos limpios de nuestros pecados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo, ...
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
CC Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,
tomó pan, y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
«Tomen y coman todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por ustedes».
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
«Tomen y beban todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por muchos
para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía«.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Todos: Anunciamos tu muerte, proclamarnos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo
un solo cuerpo y un solo espíritu.
C1 Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos, por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
C2 Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco,
a nuestro obispo Rogelio,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Ayuda a tus hijos,
que por vez primera invitas en este día
a participar del pan de vida y del cáliz de salvación,
en la mesa de tu familia;
concédeles crecer siempre en tu amistad
y en la comunión con tu Iglesia.
A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
PADRE NUESTRO
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
EMBOLISMO
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Todos: Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
El Diacono desde el ambón dice:
Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
El celebrante da la paz, en la forma habitual o según la costumbre del lugar.
FRACCIÓN DEL PAN, CONMIXTION Y CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Mientras la Asamblea canta el Cordero de Dios,
el que preside con las manos juntas y en secreto dice:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.
El que preside hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Todos: . Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El que preside a comulgar dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Cuando el sacerdote ha comulgado el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
CANTO: DE COMUNIÓN
El sacerdote se acerca a los que van a comulgar. Muestra el pan consagrado a cada uno, sosteniéndolo un poco elevado, y le dice:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén.
Y comulga.
Si se considera oportuno, se puede dejar un breve espacio de silencio sagrado o entonar un salmo o algún cántico de alabanza.
Oración de San Ignacio de Loyola
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
BENDICIÓN
El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
Todos: Amén.
La Alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz.
Todos: Demos gracias a Dios
CANTO DE SALIDA