Estimados padres de familia, padrinos y madrinas.
Hoy les saludo en este tiempo en que celebramos la Pascua (paso) de Dios por nuestra vida, por medio de sus sacramentos.
Los papás tienen un lugar intransferible en relación al caminar de la fe con sus hijos. El papa Pablo VI decía: 'el mundo necesita más testigos que maestros'. Ustedes en relación a sus hijos, no son maestros solamente, son testimonio vivo de la fe en Dios. ¡Enhorabuena!.
Hoy en día, el padrino y la madrina han tomado un valor importante y se han tomado muy en cuenta, proponiéndolos como los “tutores” en el recorrido del necesario acompañamiento en la fe. Dios bendiga su generosidad al compartir su fe.
Les comparto esto porque el recibir los sacramentos “no es una decisión ética o de costumbres sino el encuentro con una Persona que es Cristo”.
El presente comunicado tiene como finalidad de aclarar unos puntos que considero importantes para prepararnos bien a los sacramentos.
SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN (CONFESIÓN)
Aquí existen muchas dudas, sobre todo por parte ustedes, papas y padrinos, espero poder clarificar la mayoría. Comenzamos:
· La confesión es “volver a Dios” (ser transparente ante Dios) y recibir su gracia (alegría por estar con Él).
· Se me olvidaba que ... para confesarse... se necesita... estar arrepentidos. no hay sacramento si la persona no está arrepentida, no hay confesión (no porque Dios no perdone, sino porque nosotros no “nos ponemos a modo” de que nos perdone).
· Por el sacramento de los niños los padrinos están motivados también a acercarse a Dios en la Confesión y en la Eucaristía. (Nadie puede obligar a otra persona a recibir algún sacramento, pero si motivar).
· Los papás que por diversas circunstancias están en una situación irregular (casados por la Iglesia y divorciados vueltos a casar, parejas no casadas por la Iglesia) no pueden confesarse y tampoco recibir la Hostia consagrada. Este sacramento se administra a quienes están en capacidad de recibirlo, a ustedes de manera muy particular les impulso a mantenerse unidos a Dios por otros medios como lo es la Lectura de la Palabra de Dios, la oración diaria, y fundamentalmente el examen de conciencia antes de dormir. Estos medios son de gran ayuda para ver el infinito Amor de Dios.
· El Catecismo de la Iglesia Católica en el núm. 1650, (haciendo referencia a alguien que se ha casado por la Iglesia y por el civil; y luego se divorcia y se casa nuevamente por lo civil) dice: 'Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. Por este motivo, los padrinos no pueden ser divorciados.
“TIPS” PARA CONFESARSE
Paso 1 Haz un examen de conciencia.
Reflexiona sobre los pecados que hayas cometido. Piensa en la gravedad de esos pecados. ¿Cuánto tiempo hace que me confesé por última vez? ¿Lo hice bien?
Paso 2 Arrepiéntete de los pecados que hayas cometido.
Debe de ser un arrepentimiento sincero. Recuerda que nada se escapa a la mirada misericordiosa de Dios.
Paso 3 Enmienda tus pecados.
El fin de este propósito es decidirse a no volver a cometer los mismos pecados. Debes de hacer una promesa personal de no volver a cometerlos y poder corregir en lo que has fallado.
Paso 4 Confiésate. Para confesarse bien, tu confesión debe de ser completa: debes de señalar con exactitud cada uno de los pecados mortales y solo mencionar los pecados veniales. Confiésate con humildad, siendo prudente y breve.
Paso 5 Cumple la satisfacción (penitencia) encomendada. Te ayudara a acercarte y mantenerte en Dios.
EL DÍA DE LA RECEPCIÓN DE LOS SACRAMENTOS
Actualmente se imponen modos de celebrar socialmente: trajes, banquetes, fotografías, asistencia masiva a la Iglesia. Tengo que reconocer, con algo de tristeza y no en pocos casos, que los sacramentos (confirmación y primera comunión) se han visto “sólo” como costumbre y como acto social. Existe una “gran presión social” para que todos los niños y niñas hagan la Primera Comunión, pero sólo para que “tengan todo en regla”. Hoy yo quiero recordarles que lo que pasará ese día es algo grandísimo que rebasa cualquier costumbre o acto social, porque “Todo Dios” estará en alguien a quien ustedes aman. Disfruten este regalo que sólo procede de Dios. Todo gira en torno a ello.
Recomendaciones prácticas.
· Ese día papás y padrinos utilicen su mejor gala (espiritualmente, me refiero a un alma limpia y sincera ante Dios y los demás), ah y si pueden un ropa de acuerdo a la ocasión (eviten aquello que no se puede utilizar dentro del Templo). No se excluye a nadie a la Misa, sólo al chicle y al sonido del celular.
· Los niños, su alma esté limpia, tendremos una gran visita: Dios mismo. Él es quien nos mantiene limpios, de allí el color blanco, que utilizarán ese día. (atención, lo importante no es el vestido, traje o túnica, lo importante es el significado del color blanco).
· La Misa no es una acción de los hombres, sino de Dios. Ningún ser humano puede, por sus simples fuerzas hacer la Misa. Hay en ella mucho más de lo que veo, de lo que toco, de lo que siento. Ante cualquier cosa les invito a ponerse “en sintonía” para escuchar, ver y sentir la presencia de Dios.
· En base a la experiencia de situaciones anteriores, les recomiendo a los fotógrafos ser cordiales entre ustedes, cada uno tendrá el momento para la mejor toma, si así Dios lo desea. No dudo ni de la providencia de Dios, ni de la profesionalidad de ustedes.
· Mientras se hace la fila para comulgar, eviten platicar, pues la idea es prepararnos a recibir a Jesús Eucaristía. Cuando el sacerdote diga: El Cuerpo de Cristo. se responde: Amén, antes de recibir la Hostia consagrada, luego ir a su lugar y realizar una oración en la intimidad del corazón, Dios y tú, solamente. (dale gracias, pídele, alábalo, confía).
Al final de la Misa, será un buen gesto de fe, agradecer a quienes han colaborado en la educación de la fe, con sus aciertos y limitantes, pero en plena confianza en Dios. Quienes ejercieron la catequesis merecen un lugar muy especial en la vida de sus hijos, porque lo que compartieron no fue un conocimiento, sino la vida de la fe. (así recuerdo yo a mis catequistas, de hecho vi la alegría de una de ellas, al verme convertido en sacerdote) Las personas que fueron catequistas de sus hijos, se alegrarán al verles hacer un bien en la sociedad.
Es muy bueno preparar una fiesta para el día de la Confirmación y la Primera Comunión. Que la fiesta sea bonita pero sencilla. No es necesario hacer grandes gastos. Siempre, pero especialmente en ese día, hemos de tener en cuenta a los más pobres que nosotros. No caigamos en el consumismo. El excesivo lujo en la comida y en los trajes, los regalos muy caros, los gastos desorbitados… van en contra de lo que la Eucaristía representa, que es el sacramento del amor y del compartir. Una cosa es hacer fiesta, y otra muy distinta el excesivo lujo y complicación que desvía y distrae de lo más importante del acontecimiento que se celebra: recibir a Jesús en nuestras vidas.
Como gesto de caridad, solidaridad y cercanía a los más desfavorecidos, les sugiero que les confíen algún dinero a sus hijos o ahijados y con ello, les expliquen que es para compartir con los demás, así como Dios ha compartido con nosotros, y que los niños puedan compartirlo con algunos pobres y/o necesitados. (esto está relacionado con lo que antiguamente se conocía como “bolo”)
Pidiendo a Dios su bendición sobre ustedes y esta comunidad que servimos, les tendré presentes en la misa del día de hoy.
En comunión de oraciones.
Víctor Isaí Herrera Vázquez
sacerdote