La mujer en los comienzos de la FP

Copia de 2. Formación Profesional Femenina NO-DO.mp4

La mujer en los comienzos de la FP

Esta colección de videos extraídos de los noticiarios NO-DO dan muestra del accidentado camino que las mujeres han recorrido en la formación profesional.

"La Sección Femenina"

La "Sección Femenina" sometió a las mujeres, desde 1939, a la disciplina falangista. La mujer ideal debía ser madre, esposa y ama de casa. Sus enseñanzas eran: religión, formación política, convivencia social, economía doméstica, cocina, corte y confección, higiene y medicina casera, trabajos manuales, labores, lavado y planchado, formación familiar, historia, cultura postnatal y educación física.

Una parte de los centros de Formación Profesional femenina estaban a cargo de esta organización.

Las escuelas religiosas

Durante la época franquista, se abrieron escuelas de formación profesional dirigidas por monjas. Noticias del NoDo de 1961 atestiguan la inauguración de una de ellas en Cádiz.

Las especialidades que aprendían era costura para la modalidad de bordados, punto y corte y confección, y los telares, formación para las futuras amas de casa y aquellas mujeres que tenían que trabajar, pero siempre en oficios orientados a sus funciones naturales.

https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-986/1469335/

La Formación Profesional acelerada

Ya en 1971 y después de 13 años de la puesta en marcha en España de la Formación Profesional Acelerada, aparecen, por primera vez en el NO-DO las enseñanzas dirigidas a mujeres, en el centro José Solís, de Córdoba.

La novedad eran las especialidades de electromecánica, instalaciones eléctricas y pintura. Los cursos duraban dos semanas menos de lo establecido y ellas obtenían un diploma de oficiales de tercera, la acreditación profesional más baja.

https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-1506/1487334/

Los Programas de Promoción Obrera

Los llamados PPO, programas de Promoción Profesional Obrera, cuya promoción veíamos en un NO-DO de 1971, continúan mostrando una Formación Profesional con clara separación entre ramas masculinas y femeninas: enseñanzas agrícolas, técnicas, chapa y pintura, reparación de electrodomésticos…muestran únicamente alumnos; un curso de auxiliar administrativo muestra alumnado de ambos sexos, mientras que corte y confección cuenta solamente con alumnas.

Resulta llamativo que, dentro de un hotel-escuela donde se desarrollaba la formación de estos programas, las profesiones de cocinero, barman o camarero son para los hombres mientras que la de camarera de habitación es para mujeres.

La Formación profesional de 1975

La Ley de 1970 supuso un cambio que pretendía modernizar la Formación Profesional, también para las mujeres, que ya podían acceder a todos los estudios.

Sin embargo, la promoción que se hizo en 1975 de esta nueva FP mantenía los estereotipos habituales.

https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-986/1469335/

Costumbres y prejuicios sociales que hemos arrastrado

Vemos, en definitiva, que la mujer tuvo grandes dificultades para acceder a la formación profesional y al mundo del trabajo en ámbitos no fuesen los que el régimen consideraba propios de la condición femenina. La evolución social y laboral de las mujeres que muestran las imágenes del NO-DO desde el final de los años cincuenta a los setenta es ciertamente muy escasa, más allá de las modas y el color que había sustituido el blanco y negro.

Las mismas especialidades de formación profesional, reglada o de adultos, se repiten una y otra vez y a las atrevidas mujeres que seguían cursos de pintura o electrónica ¡en 1971! se las llamaba pioneras con tono paternalista. Es evidente que el NO-DO no reflejaba toda la realidad del país y que muchas mujeres se fueron abriendo camino en nuevas profesiones pero ese cambio tardó en hacerse visible y evidente en los medios de comunicación y la publicidad.

La situación no cambió de repente con la llegada de la democracia y la modernización del país. El reportaje que sirve de presentación, en 1975, a la nueva Formación Profesional, que venía a sustituir a la de la ley de 1955, procuraba ofrecer una visión de modernidad pero sus imágenes, como se puede observar en la sección correspondiente, seguían mostrando mujeres enfermeras y hombres en el taller.

Esta Formación Profesional, justamente anterior a la actual, además, no consiguió un prestigio social equivalente al del B.U.P. de entonces, que preparaba para la universidad, lo que, evidentemente, no contribuyó a que las alumnas se animasen a explorar nuevas ramas, más allá de las habituales peluquería, administrativa, etc.

Vemos con tristeza, que las costumbres o prejuicios sociales mantienen todavía su vigencia en ciertos terrenos de la Formación Profesional, mucho más que en el mundo universitario, por ejemplo.

Largo está siendo el plazo que nos está costando a la sociedad revertir estos prejuicios.