16 NOVIEMBRE

Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es más importante que nunca en una era en la que el extremismo y el radicalismo violentos van en aumento y los conflictos se caracterizan por un menosprecio fundamental de la vida humana.

En 1996, la Asamblea General de la ONU invitó a los Estados Miembros a celebrar el Día Internacional de la Tolerancia el 16 de noviembre

Fuente: https://www.un.org/es/observances/tolerance-day 

En 1996, la ONU instauró el 16 de noviembre de cada año como la fecha para celebrar el día internacional de la tolerancia. Tolerancia es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos. La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es naturalmente diversa; solo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.

Dentro de esa variedad y riqueza del mundo debemos incluir la diversidad de sentimientos religiosos. Muchas veces caemos en la tentación de enfrentar las religiones, como si una de ellas fuera la única verdadera y todas las demás carecieran de valor. Otras veces se utilizan a las religiones como armas arrojadizas cuando las cuestiones de discrepancias tienen que ver con asuntos políticos. La religión nunca debería ser un motivo de enfrentamiento, sino de unión. Conocer los usos y las prácticas de otros credos, cómo viven otras personas ese sentimiento de trascendencia, de comunión con la divinidad, nos permite entender las similitudes entre todos nosotros. Conocer es el paso previo a entender y por tanto es la antesala del respeto. Por eso hoy vamos a conocer cómo José (religión evangélica) y Sara (religión musulmana) viven su sentimiento religioso.