Ante la actual situación presentada en este estudio en la que se ve inmersa la Alpujarra, resulta indispensable la toma de decisiones y la acción contundente para evitar la desertificación de la zona. Así, en este apartado se presentan varias propuestas de carácter socioeconómico y medioambiental para le recuperación de la vegetación Alpujarreña, evitando que esta pueda llegar a convertirse en un desierto en el futuro. Es preciso señalar que estas medidas deberán llevarse a cabo tanto por los gobiernos de la comarca como por la población de la misma, que deberá adquirir ciertas responsabilidades para el mantenimiento de la Alpujarra.
1. Reactivación de la actividad agraria en la Alpujarra
Actualmente en la Alpujarra, las numerosas explotaciones agrícolas abandonas se encuentran en constante aumento desde el año 1951. Los cultivos de estas explotaciones agrarias tradicionales suponen una protección de la tierra ante la erosión, una protección relevante teniendo en cuenta que la precipitación de la zona, aunque poco frecuente, tiende a ser muy erosiva. Así, las zonas de explotación agraria que son abandonas pierden esta protección y terminan por desertificarse debido a la acción erosiva, pues la escorrentía acaba por arrastrar la tierra fértil hasta llegar a la roca, la cual es estéril. Por ello, para la recuperación de la vegetación alpujarreña es fundamental la recuperación de la actividad agraria de la comarca, donde la imposibilidad de utilización de maquinaria y otras tecnologías debido al relieve montañoso han provocado que, a día de hoy, el sector terciario sea la principal actividad económica de la Alpujarra.
1.1.Medidas estatales directas sobre la distribución y empleo de la tierra
En primer lugar, para la incentivación de la explotación de la tierra el gobierno de la comarca podría llevar a cabo una serie de campañas motivando a propietarios de tierras abandonadas a vender sus propiedades y a agricultores a comprar dichas éstas para llevar a cabo su explotación. Dichas campañas vendrían acompañadas de argumentos para comprar y explotar tierras en la Alpujarra surgidos de otras medidas implantadas que se comentarán posteriormente en este estudio.
En segundo lugar, en la Alpujarra también para tierras abandonadas podría adquirirlas el estado susceptibles a transformarse en explotaciones de cultivos como frutales de regadío naranjos, limoneros u olivos. Por otra parte, en toda Europa, España y especialmente en Andalucía, la inmigración o la llegada de refugiados , de diferentes lugares resulta un gran problema, acabando muchas de estas personas desempleadas en grandes campos de refugiados y permaneciendo en la pobreza. Así, partiendo de este punto, podrían repartirse estas tierras entre este colectivo desempleado como medida para tanto la rehabilitación de la Alpujarra como para la ayuda de los refugiados dándoles una oportunidad laboral en España para mejorar su calidad de vida.
Por otra parte, estos repartos de tierras y medidas deberían venir con una serie de beneficios y condiciones. Por ejemplo, la Alpujarra es una zona muy seca con escasa precipitación, ergo muy dependiente de canales y acequias. Sin embargo, muchas de estas acequias y canales de suministro hídrico se encuentran abandonados desde el siglo XX o desde la reconquista cristiana de Granada a finales del siglo XV. Por tanto, para facilitar la reactivación de la actividad agraria y hacerla mas atractiva a posibles futuros agricultores, el estado podría financiar una serie de medidas de rehabilitación de estas acequias para que el agua llegue a estos nuevos cultivos (Fig.1.) . Claro es el inconveniente en este punto de la gran cantidad de dinero que estas medidas requerirían y de la posibilidad de que estas tierras vuelvan a abandonarse. Para evitar esto, el gobierno tendría que implantar una serie de condiciones a los nuevos agricultores de la comarca a cambio de la gratuidad de la implantación de estos canales, siendo la principal de estas medidas la obligación del nuevo propietario de explotar la tierra por un periodo mínimo de tiempo que puede ser de un año, dos años, un lustro o incluso una década, así como mantener su vegetación y cuidar el terreno de acuerdo a una serie de mediadas que se comentarán posteriormente.
Con el paso del tiempo, todas esta medidas resultarían rentables para el estado, pues ellas implicarían una reducción del paro al ofrecer nuevos puestos de trabajo en la explotación de la tierra y una nueva fuente de impuestos procedentes de la propiedad de la tierra de los nuevos agricultores. Además, todo ello implicaría un impulso a la actividad económica en la Alpujarra, pues la reactivación de su agricultura no supondría un sustituto de su actividad turística sino un añadido, así como una reducción del actual éxodo rural en la Alpujarra. Sin embargo, la rentabilidad de esta actividad para los propios agricultores deberá lograrse mediante una serie de medidas que se comentarán seguidamente en este estudio.
(Fig.1.) Actualmente, son principalmente los agricultores de la zona quienes trabajan en la rWecuperación de las antiguas acequias alpujarreñas. En esta imagen dos regantes trabajan en la recuperación de una acequia nazarí. El País (Acequias de Al-Ándalus para regar la España vaciada) Artículo del 6 de enero de 2022
1.2. Medidas estatales indirectas sobre la distribución y empleo de la tierra
Entre las medidas indirectas en esta temática se encuentran sobre todo medidas de carácter legislativo, pues pese a las campañas propuestas anteriormente resulta probable que muchas de las tierras abandonadas terminen por no venderse. Así, para motivar esta venta o al menos mantener la vegetación en la zona, el estado podría obligar bajo pena de sanción al mantenimiento de las tierras alpujarreñas, obligando a sus propietarios a reparar y mantener los balates y bancales de su propiedad y a cultivar o mantener con un mínimo de vegetación un determinado porcentaje de su tierra.
De esta forma, el abandono total de la tierra quedaría penado por ley, motivando a los dueños de aquellas parcelas abandonadas a venderlas a agricultores interesados en su explotación o a cuidar de ellas. Así, se contribuye a la reducción de la erosión y la desertificación en la Alpujarra.
1.3. Creación de un mercado de agricultura ecológica para la propulsión de la agricultura Alpujarreña
El carácter montañoso de la Alpujarra evita el uso de maquinaria en la zona, siendo esta una de las principales causas por las que sus tierras permanecen sin explotar. Sin embargo, hoy en día este inconveniente puede ser utilizado como una ventaja en la agricultura en la región, pues existe una gran cantidad de consumidores dispuestos a pagar por productos procedentes de una agricultura completamente ecológica y tradicional. Por tanto, para hacer rentables los productos de la Alpujarra, podrían eliminarse el uso de productos como abonos químicos o plaguicidas que además contribuyen a la contaminación y desertificación del paisaje, vendiendo más adelante la producción agraria a un precio más caro por proceder de una agricultura completamente ecológica y tradicional.
Por otra parte, para evitar la contaminación por el transporte y promover aún más la economía alpujarreña, la mayor parte de estos productos podrían destinarse a restaurantes locales, cada vez más comunes debido al auge del turismo y el sector terciario en la zona. Así, estos restaurantes podrían hacer publicidad de su comida procedente de alimentos completamente ecológicos, locales y respetuosos con el medio ambiente, lo cual podría incluirse en las campañas publicitarias alpujarreñas para motivar el turismo, tratando de atraer así un turismo gastronómico a la comarca a la vez que se contribuye a incentivar su actividad agraria. Así, a partir de esta colaboración entre sectores podría beneficiarse a ambos, motivando además el progreso de la actividad agraria con todas las medidas comentadas anteriormente la creación de cooperativas para nuevos productos como zumos, orientados también al comercio exterior.
2. Medidas de carácter medioambiental
La incentivación de la actividad agraria resulta una forma eficiente de evitar tanto la desertificación como las como las crisis tanto económicas como demográficas alpujarreñas. Sin embargo, en la Alpujarra existen muchos espacios naturales protegidos (Fig.2.) y espacios no susceptibles a transformarse en explotaciones agrícolas, por lo que también conviene llevar a cabo ciertas acciones directas para la reducción de la desertificación en la Alpujarra.
En primer lugar, diferentes especies de coníferas como pinos y cipreses, fueron plantados en la Alpujarra en las últimas décadas, suponiendo esto un problema debido a que resulta un impedimento para el crecimiento de la flora autóctona y la proliferación de plagas de procesionarias que se alojan en los pinos y amenazan con su veneno tanto a la fauna silvestre como a las personas. Así, resulta preciso la creación de fondos de recuperación que se encarguen de sustituir esta vegetación de coníferas por vegetación autóctona para recuperar el bosque mediterráneo y sustentar la tierra en zonas donde la vegetación haya desaparecido completamente. El pinar al plantarlo tan junto crea sombra e impide que se cree vegetación debajo, por lo que en dichas iniciativas deberán ser reemplazados por especies autóctonas de la zona. Además, pueden repararse los caminos y hacer de este nuevo paisaje una zona de interés turístico para actividades como senderismo. Por otra parte, resultaría también conveniente que estos fondos se destinasen a la rehabilitación de bancales y balates estratégicos para la evasión de la desertificación de la Alpujarra; así como a la eliminación de malas hierbas secas para evitar futuros incendios que eliminen el progreso realizado. En esta última labor deberían también implicarse los propietarios de tierras en la comarca, de tal manera que estos se vean obligados a retirar las malas hierbas secas de sus tierras y cuidas sus bancales y balates bajo amenaza de sanción. Debido al esfuerzo que esto implica, podrían concedérseles ayudas a los propietarios con la condición de que además ayuden a la reforestación de la zona. Estas ayudas deberían ser solicitadas por los mismo propietarios. En conclusión, legislar para que los propietarios tengan que encargarse más del mantenimiento de sus tierras, imponiendo sanciones en caso contrario. Ya que hay acequias, habrá que regar el terreno para evitar la desertificación y el riesgo de incendios, con amenaza de sanción.
Las zonas agrarias que no puedan ser recuperadas, mediante las acciones sugeridas en los apartados anteriores, debería promoverse el que quede restaurada su cubierta vegetal autóctona,, se podrá promover ayudas para conseguirlo, informando a los propietarios de que no ser así sus tierras quedarán totalmente inservibles en el futuro, y se podría proporcionar ayudas para que no supongan coste para los propietarios, a cambio podrían firmar contratos de no poder ser eliminada la vegetación en un tiempo, a no ser que en el futuro fuera necesaria a la adopción de nuevas medidas necesarias para el desarrollo de la comarca
(Fig.2.) En estas imágenes pueden apreciarse las zonas protegidas de Andalucía en morado (Junta de Andalucía, (Áreas protegidas de la REMPA) 2022) y la zona de la comarca de la Alpujarra (Wikipedia.org), pudiendo apreciarse cómo la mayor parte de la comarca está protegida. Aunque muchas de estas tierras pueden explotarse y poblarse, algunas están protegidas frente a la actividad humana.
3. Promoción de cursos para desempleados y ciclos formativos que fomenten las actuaciones anteriores.
Sería importante formar a la población desempleada y población juvenil en profesiones enfocadas a poder cubrir la necesidades de nuestra propuestas como:
Cursos y/o ciclos formativos sobre técnicas agrícolas sobre cultivo ecológico donde añadan a los conocimientos en cultivo tradicional técnicas actuales en cultivo ecológico.
Curso o ciclos formativos en viverismo para facilitar en la zona la obtención de plantas para favorecer la restauración de cubierta vegetal, para la zona.
Cursos para obtención de productos obtenidos en la zona para restauración o venta en mercados tradicionales.
Ciclos formativos de monitores para realizar excursiones de senderismo, rutas a caballo bicicleta de montaña.
«La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos»
(proverbio iberoamericano)