La última tarea de este proyecto consistirá en la elaboración de una narración en primera persona en la que tendréis que asumir la identidad bien de un poeta que se ha propuesto en el proyecto durante su exilio o bien la identidad de una persona que ha vivido otro tipo de exilio. Podréis elegir entre cualquiera de los exilios que vamos a tratar durante el proyecto: el exilio de los refugiados, los exiliados dentro del marco de la fuga de cerebros o un exiliado durante la crisis española de los años 60.
Si habéis vivido o conocido el testimonio de un exiliado, como, por ejemplo, un abuelo que emigró a Alemania, un amigo inmigrante, etc., también podéis contar su historia.
La historia que cada uno de vosotros elabore será publicada en los blogs personales. La historia contará con cuatro entradas diferentes, que deben tener una extensión de mínimo 300-350 palabras, y que tratarán los siguientes puntos:
¿Crees que serás capaz de sentirte como uno de ellos?
Aquí tenéis algunas ideas que podéis usar para comenzar vuestra historia (opcional y orientativo):
“22 de enero de 1939: es mi último día en Barcelona y de los últimos días en suelo español. Tengo que llevar a mi anciana madre conmigo fuera del país porque aquí no estamos seguros ninguno de los dos. Estamos muy cansados: no sé si conseguiremos llegar a Francia”.
“Después de treinta y ocho años vuelvo a España. Franco ha muerto, y ahora, dos años después, puedo volver tranquilo a mi patria. Recuerdo el día de mi partida…”.
"[...] Las utopías nacen solamente dentro de aquellas culturas donde se encuentra claramente diseñada una edad feliz que desapareció [...].
Estando yo en La Habana, fuera de mi patria, como me hallo en este momento, ¿entiendo cuál es la utopía de España? ¿Cuál fue, o cuál será, su edad feliz que desapareció, o que todavía no ha llegado? ¿En qué tiempo estará inmersa España en estos momentos?".
“[…] Adiós al fin, tierra como tu gente fría,
donde un error me trajo y otro error me lleva.
Gracias por todo y nada. No volveré a pisarte.
Hace catorce años que tuve que irme de España y creo que nunca volveré. Mi primer destino fue Gran Bretaña, donde trabajé como profesor en universidades de prestigio. Luego marché a Estados Unidos. Hoy me encuentro cansado de la cultura anglosajona y echo de menos mi propia lengua. En el primer viaje que hice a México sentí que pronto sería mi nuevo hogar".
“Hace un mes que ha estallado esta lucha fraticida. Sé que estoy en peligro. Me han ofrecido el exilio en varias ocasiones pero estoy decidido a no abandonar ni España ni mis ideales, por eso permanezco. Sé que estoy en peligro porque Luis ha venido hoy a decirme que me esconda en su casa, que me están buscando para llevarme. Ahora pienso cómo hubiera sido mi vida si hubiera aceptado aquel exilio en América”.
" ¡Si derribas el muro
qué gozo en todas partes!
¡Qué lazo de palabras
se sentirá en la tierra!
Y todo será nuevo,
como recién nacido...
Si derribas el muro
de todas las mentiras
¡Qué júbilo de amor
abierto sobre el mundo!
¡Qué horizontes sin nubes
en la curva del cielo!"
(Primer exilio).
“Con dos carreras, dos másteres y un doctorado me encuentro haciendo la maleta para irme a trabajar a Alemania. ¿Por qué, si estoy tan formado, si he hecho todo lo que tenía que hacer? Las únicas ofertas de trabajo que me proponen en España son de camarero (sin desprestigiar este oficio). En Alemania se abren otros horizontes laborales que en España no parecen más que un sueño. Tendré que dejarlo todo atrás para poder seguir adelante”.
“Me duele tener que dejar mi tierra por una guerra que me trae sin cuidado. Me duele dejar mi casa, mi hogar, mis amigos, mi vida en un país que está siendo destruido. No sé cuándo volveré a ver a mi familia, o si la volveré a ver. Me siento desamparado porque, a pesar de mi trágica situación, no me quieren recibir en ningún otro país. ¿Qué puedo hacer?”.
“Todos los días veo llorar a papá y a mamá. Cuando les pregunto me dicen que no les pasa nada, que está todo bien, pero yo sé que es mentira. No sé qué es lo que pasa exactamente, pero todos los demás papás también lloran. Lloran también mis amigos porque no saben dónde están sus padres o sus hermanos. Yo sé que pasa algo, porque mis padres me han dicho que esta noche, cuando dejen de sonar los ruidos y las ambulancias y los gritos, nos vamos a ir a hacer un viaje en barco”.