Platón

Tema elaborado para el formato de la LOMCE y Selectividad 2017 de Andalucía

Contexto Cultural y filosófico.


    Aristocles Prodos (verdadero nombre de Platón) nació en Atenas sobre el 427 a.C., en el seno de una familia aristocrática notablemente interesada por la política. Su época coincide con una de las de mayor esplendor del mundo clásico, aunque también está marcada por cierta decadencia.

   Comencemos por el contexto cultural. El siglo V a. C. es a menudo denominado el "Siglo de Oro" de la cultura ateniense. El comercio, la gestión de alianzas estratégicas y las victorias sobre los persas convirtieron a Atenas en una ciudad enormemente floreciente. Gran parte de los ingentes recursos económicos disponibles se destinaron a la cultura, que experimentó un esplendor sin comparación. Todas las artes florecen: arquitectura y escultura (Partenón, Acrópolis, etc.), el teatro, la poesía, la música y la danza, etc. La lista de genios que confluyeron en la ciudad sería interminable: Fidias, Mirón, Sófocles, Esquilo, Aristófanes, etc.

   Además las reformas políticas acometidas por Solón y por Pericles acaban conduciendo, hacia la mitad de siglo, a la democracia ateniense. El ambiente político de libertad e isonomía fue un gran revulsivo para el desarrollo de humanismo tanto en la cultura como en la filosofía. Cabe señalar que la primera mitad del siglo V a. C., tras las Guerras del Peloponeso, se caracteriza, en cambio, por cierto pesimismo.

    En cuanto al contexto filosófico, gracias al ambiente de la democracia ateniense, y de la mano del florecimiento humanístico en general, encontramos una época de enorme riqueza de pensamiento. En el último cuarto de siglo aparece la figura de los “sofistas”. Estos son sabios y pensadores venidos de otras "polis" que se dedican a impartir sus enseñanzas entre los que pueden permitírselo. Solían ser expertos en retórica y oratoria y, a menudo, sus teorías se movían entre el escepticismo (Gorgias) y el relativismo (Protágoras). Platón, en cambio, se convierte en discípulo de Sócrates, que era natural de Atenas. Éste, a diferencia de los sofistas, no cobraba por sus enseñanzas y proponía la búsqueda de verdades inmutables y valores éticos generales, por lo que, a menudo, entraba en conflicto con estos. La influencia de Sócrates en Platón es fundamental, hasta el hecho de que en su principales obras, los “Diálogos”, como este de la “República”, lo convierte en el personaje principal, donde aparece siempre discutiendo con algunos sofistas acerca de temas fundamentales como el bien, la justicia, la sabiduría, belleza, etc. 

 Sin embargo, la experiencia política de Platón viene marcada por un contexto negativo: muerte a Sócrates, caída de la democracia en manos de demagogos y embaucadores, derrota de Atenas frente a Esparta, su nefasta participación personal en la política en Siracusa, etc.

    Además de Sócrates y los sofistas, Platón entra en contacto con las principales corrientes de pensamiento de la época, gracias a que su posición económica le permitió viajar gran parte de su vida. En la ciudad de Megara entra en contacto con Euclides de Megara ( y otros filósofos), además de conocer a seguidores de Heráclito y de Parménides (decantándose definitivamente por éste último). En Egipto y la Magna Grecia conoce a los cirenáicos y a casi todos los pensadores interesantes. Una de sus influencias mayores fue el Pitagorismo, al que posiblemente se adscribió en Sicilia. Por ello podemos afirmar que su filosofía es una de las más completas e influyentes del mundo antiguo e incluso de toda la historia occidental. Precisamente, esta obra, "La República" se considera uno de los grandes hitos de este genial pensador.





Dualismo ontológico y "Mito de la Caverna"

Alegoría de la Caverna en La República:

  "[Sócrates:] Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos."

  La mayoría de los filósofos griegos habían diferenciado entre la apariencia externa y perceptible de la realidad (la "fisis") y su orden interno y unitario o esencia (como el "arché" para los milesios). Sin embargo, Platón va más allá en su dualismo ontológico: las esencias de las cosas (que él denomina ideas o formas) existen independientes de los objetos. Se encuentran en una realidad trascendental que no es accesible mediante los sentidos, sino que es púramente intelectual, por eso la denomina "Mundo Inteligible" o "mundo de las ideas" (por oposición a al realidad física que sería el "mundo sensible"). Esta teoría, de inspiración pitagórica y socrática, es un tanto radical pues, en sentido estricto, la única auténtica realidad que Platón acepta es la inteligible.


    Dado que esto es difícil de aceptar, para explicarlo a un profano, Platón recurre a la conocida "Alegoría de la Caverna", que encontramos en la "República". En esta metáfora se propone que imaginemos un grupo de personas que se encuentran en el interior de una caverna, encadenados e inmovilizados, mirando las sombras que se proyectan en la pared. Estos "presos" han nacido así y la única realidad que han percibido son esas sombras, por lo que, al verlas, creen estar viendo los auténticos objetos. Si alguno consiguiera liberarse, y contemplar lo que está realmente ocurriendo quedaría sorprendido no lo creería. Y si saliera al exterior, a al luz del Sol, y viera realmente los objetos (con su luz, sus colores, etc.) quedaría desbordado. Pero cuando se acostumbrara  ya no querría volver al interior de la caverna, y ni siquiera, podría hacer comprender a sus antiguos compañeros esa auténtica realidad.  

   Esta metáfora representa visualmente conceptos intelectuales: por ejemplo, las sombras son las opiniones del mundo sensible, y el Sol, que da la luz, representa la idea de Bien, que da el conocimiento. Por otro lado, también la alegoría sirve para explicar la ignorancia en la que vivimos habitualmente, ya que el mundo que percibimos es como esas sombras en la pared. 

Para comprender el texto hay que aplicar una doble conversión:

 

VISUAL --> COGNITIVO   --> MUNDO COTIDIANO (EDUCACIÓN)

Sombras --> ignorancia  --> opiniones

 Prisioneros --> limitados  --> todos los seres humanos 

 Luz -->  conocimiento --> verdadera sabiduría 

 Sol --> conocimiento máximo  --> Idea de Bien 

 Cadenas --> limitaciones  --> cuerpo, materia 

 liberar cadenas --> liberar ignorancia  --> educación 

ACTUALIDAD DE LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA

 En el cine existen dos referencias básicas que se inspiran en el mito de la caverna: "El show de Truman" y "Matrix".

"El show de Truman" narra la vida de una persona que no sabe que se encuentra en un programa de televisión, tipo Gran Hermano. Su vida está siendo grabada y controlada desde su nacimiento, pero él no lo sabe. La ciudad donde vive es un inmenso plató. Incluso sus amigos y familiares son simples actores. [[Análisis filosófico]]

 En "Matrix" la humanidad ha sido esclavizada por las máquinas, que "cultivan" los humanos para extraerles energía. Para mejorar el proceso, les inducen mediante electrodos un sueño muy real, en el que creen desarrollar una vida normal. Cada ser humano cree que duerme, ríe, acude a su trabajo, etc., pero en realidad está inmovilizado en una especie de útero artificial.

Dualismo antropológico y tipos de alma.

    No es en La República, sino en el Fedón donde Platón expone sus principales teorías antropológicas o sobre el alma. Hay que señalar que al hablar de alma no nos referimos a un concepto religioso, sino intelectual. Platón se refiere al alma como sinónimo de entendimiento, razón o intelecto, y es la característica propiamente humana.

     La teoría antropológica platónica tiene una inspiración claramente pitagórica, y su punto de partida es el dualismo: el ser humano tiene dos realidades, el cuerpo (la parte física, material, imperfecta y corrompible), y el alma o intelecto, que es una idea y, como tal, es inmaterial, inmortal y perfecta. Por eso Platón acepta el concepto pitagórico de transmigración: el alma, tras la muerte, se encarna en otro cuerpo. En sentido estricto, el alma (como idea) es la auténtica realidad del ser humano, por lo que debe gobernar el cuerpo, que le es ajeno y es temporal, aunque éste, a veces, le imponga sus limitaciones. Por eso dice el que el alma se encuentra "prisionera del cuerpo".

    Esta teoría tiene sus implicaciones gnoseológicas: al ser el alma una idea, ha estado en contacto con estas (pertenece al mundo de las ideas), y por ello está en contacto con la verdad y el conocimiento; sin embargo al "caer" al cuerpo, con sus limitaciones, "olvida" la autentica realidad, de modo que para aprender y elevarse, debe recordar ("anamnesis"), accediendo de nuevo a las ideas.

    Sin embargo, el alma no es sólo de naturaleza puramente racional. Para explicar la complejidad del comportamiento humano, Platón divide el alma en tres tipos o tendencias, que ejemplificó en el Fedro mediante un mito sobre cómo un auriga (el alma racional) conotrola un carro tirado por 2 caballos, uno noble, dócil y fuerte (alma irascible) y otro rebelde, perturbador, insurrecto,... (alma concupiscible).



    Según esta teoría (la primera teoría psicológica de occidente), gracias a estas 3 virtudes se controla el cuerpo, y a la vez el alma racional controla las otras 2. Igualmente, según impere en mayor o menor medida cada una de las tendencias, encontraríamos distintos tipos de persona, por lo que una  forma de gobierno ideal debe ordenarse en estas tres clases: gobernantes (sabios), guardianes menores o auxiliares (los individuos con fortaleza) y productores (aquellos en los que imperan las pasiones). 

Gnoseología: Conocimiento e ideas.


    La intención de la Alegoría de la Caverna es tanto ontológica como gnoseológica. Pretende ejemplificar como es posible la existencia de un mundo superior, pero, sobre todo, por qué nos cuesta tanto conocerlo.

Según Platón las almas pertenecieron al ámbito de las ideas donde estuvieron en contacto con éstas (en mayor o menor medida, de ahí que haya una jerarquía de almas: las almas más virtuosas fueron las que estuvieron más en contacto con las ideas superiores de virtud, justicia, ...). En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo para purificarse de una forma temporal; a través de la información de los sentidos que el cuerpo le suministra de la realidad física, burda imitación del de las ideas, el alma “recuerda” estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.

    Platón rechaza el escepticismo y el relativismo de los sofistas. Considera que sus teorías no son más que opiniones erróneas basadas en el desconocimiento de las ideas. Para él, no sólo no son sabios, sino que son necios al rechazar la búsqueda de verdades universales. El problema del conocimiento consiste en hacia dónde se mira: hacia los objetos materiales, que son particulares, cambiantes, aparentes y caóticos; o hacia las ideas que son inmutables, lógicas, ordenadas y veraces. La verdadera ciencia (episteme) versa sobre conceptos universales e inmutables (las ideas). Los que estudian el mundo sensible sólo acceden a una multiplicidad de opiniones. Para ascender intelectualmente, las matemáticas juegan un papel fundamental, ya que, a través de lo sensible, son capaces de despertar un conocimiento inteligible. De ahí que Platón exigiera a sus alumnos de la Academia ser unos buenos matemáticos. Esta ascensión intelectual requiere de un gran esfuerzo, por eso Platón es el primer pensador que propuso la creación de un sistema institucional de educación (paideia) que, tras muchos años de "dirigir la mirada" hacia, primero las matemáticas, y luego las ideas, permitiera al ser humano alcanzar lo más elevado: el conocimiento del Bien.

Ética y Política: El Estado utópico.

    La República es una obra escrita con una finalidad ética y política. Además corresponde con la época más dogmática de Platón, cuando éste, continuando las ideas de su maestro, Sócrates, busca encontrar unos valores esenciales para el ser humano, como el Bien o la Justicia. En esta obra se encontramos la mayoría de sus tesis fundamentales. Por un lado el conocimiento, en sentido estricto, sólo corresponde con las ideas, y las más destacada, el Bien, es la única a la que debe aspirar el verdadero sabio. Por otro lado, aceptando el intelectualismo moral de Sócrates, el conocimiento del Bien implica necesariamente su acción. Como conclusión, si queremos disponer de una sociedad o Estado bueno y justo con sus ciudadanos, el gobernante debería ser un sabio, de forma que conozca y haga el verdadero bien para sus ciudadanos.

    Al igual que su maestro, Platón pretende hacer frente al relativismo moral que manifestaban los sofistas. Patón afirma que la justicia sí puede ser definida pues existe por sí misma al ser una idea más. Para Platón la justicia consiste en que cada elemento ocupe su lugar en armonía. A nivel individual, el individuo debe buscar la armonía perfecta entre de las 3 almas, es decir, cuando cada una desarrolla las virtudes que le son propias:

Cuando esto ocurre, se llega a la felicidad a través de la virtud.

    Esta teoría antropológica, tiene su correspondencia política, es decir, lo que funciona a nivel individual, funciona a nivel social. Los fundamentos del pensamiento político de Platón aparecen reflejados en un modelo de sociedad utópica en su diálogo la República. Sus 2 principios básicos son los siguientes:

- Los guardianes del Estado o gobernantes, identificados con el alma racional.

- Los guardianes auxiliares encargados de la defensa del Estado, correspondientes al alma irascible.

- Los productores, en relación con el alma concupiscible.

- los productores tendrán que tener templanza o moderación

- los guardianes auxiliares, fortaleza.

- los gobernantes, prudencia.

Las causas de que dichos grupos sociales han de atender a su función y virtud específicas son:

- una simple razón de carácter práctico: si cada uno se dedica a aquello para lo que ha sido preparado obtendremos mejores resultados.

- una razón de carácter teórico: solo existirá la armonía cuando las funciones estén bien determinadas.


    Por consiguiente, la justicia social consiste en la realización de las funciones propias de cada grupo y que cada grupo social sea consecuente con la virtud que le es propia.

Dado que la prudencia proviene del conocimiento se pueden obtener 2 conclusiones:

En cuanto a una posible finalidad del Estado, para Platón esta consiste en educar a los ciudadanos en la justicia y la virtud, con lo que conseguirán la felicidad.

Así, diseña un sistema educativo en el que distingue 2 etapas:


    Plantea la igualdad absoluta entre hombres y mujeres para acceder a cualquier posición social. Afirma además que la clase de los gobernantes y de los guardianes auxiliares no podían tener propiedad privada ni familia, para evitar que el egoísmo y la ambición los convirtiera en tiranos.


    Platón, unos años más tarde, renuncia a una parte de estos planteamientos utópicos en diálogos como Las Leyes o Político. Así afirma que es muy difícil obtener sabios de esta forma (por sorteo) y, por consiguiente, es muy difícil encontrar quién gobierne las polis; de ahí deduce la necesidad de mantener las leyes. No obstante, mantuvo siempre la afirmación de que debe ser la razón la que gobierne y que el único medio que nos puede llevar a la justicia, y por tanto la felicidad, es la educación.

Valoración de la actualidad

    Para valorar la actualidad de Platón habría que comenzar señalando que estamos frente a uno de los pensadores más influyentes de la historia. No podríamos abarcar toda la importancia que Platón ha tenido para nuestro mundo actual. Podríamos constatar su huella dividiéndola en tres ámbitos: la Filosofía, la cultura occidental y la Ciencia. En primer lugar, la filosofía platónica plantea las grandes cuestiones del ser humano: realiadad, conocimiento, relaciones mente-cuerpo, etc. Por eso estas cuestiones están aún hoy abiertas y siguen siendo interesantes para la Filosofía del siglo XXI. Incluso algunos estudiosos actuales sostienen que toda la filosofía posterior, hasta nuestros días, sigue continuando y expandiendo las ideas que ya propuso Platón.

    En segundo lugar, podemos afirmar que nuestra cultura occidental es claramente platónica. Seguimos aceptando un concepto dualista de ser humano y del mundo, y seguimos interesados por la búsqueda de valores universales como la Justicia o el Bien. Incluso podríamos afirmar que parte de los grandes logros humanistas a los que se ha llegado en Europa, como la educación universal o los ideales políticos democráticos tienen una clara inspiración platónica.

    En tercer lugar, podemos rastrear las huellas de Platón en la Ciencia occidental. Este tipo de conocimiento está muy inspirado por los ideales platónicos de comprensión de la auténtica realidad: ideal de verdad, racionalismo, superación de las apariencias, verdades inmutables y universales, matematización del conocimiento, etc.

Comparación con autores contemporáneos


Comparación entre Platón y Nietzsche (Blog 2º Bachillerato apuntes) 

Comparación entre Platón y Nietzsche

(por suspendereschungo)

    Podemos comparar la filosofía platónica con la de F. Nietzsche, autor genial de finales del XIX. Se suele considerar que Nietzsche es totalmente opuesto a Platón. Fue muy crítico con él y con su maestro Sócrates, a los que acusaba de haber invertido los valores autenticamente humanos. Mientras que Platón desarrolló un concepto antropológico dualista, en el que el alma era idealizada y el cuerpo menospreciado, Nietzsche, en cambio, no acepta más realidad humana que la de la vida misma (Vitalismo). Por ello rechaza, primero, que se puedan separar mente y cuerpo, y segundo, la predominancia de lo intelectual sobre lo biológico. Al contrario, Nietzsche propone que el ser humano auténtico es vital y creativo, mientras que el ideal científico o racional nos hace mediocres.

    En paralelo, Nietzsche rechaza la moral platónica, inspiradora de la cristiana, que nos pretende presentar lo bueno de la vida como pecado (ha invertido los valores humanos). Su ideal de superhombre sería cercano al artista pero opuesto a el ideal de sabio de Platón. El superhombre dotaría a su acción de sentido, y no se vería reprimido por el pecado o la culpa. 

    En el plano ontológico, Platón se caracteriza por su dualismo, contra el que Nietzsche arremete ya que desprecia la vida terrenal. La realidad platónica se basa en la existencia de dos mundos, uno verdadero, que se conoce por la razón y que ofrece el conocimiento objetivo; y un mundo aparente, que se conoce por los sentidos, ofreciendo un conocimiento subjetivo, cambiante. Ahora bien, esta realidad, que Platón calificaba de aparente y engañosa, es para Nietzsche la única realidad existente. El mundo verdadero de Platón no es para él más que una invención de la razón, fruto de la decadencia del hombre. Nietzsche critica la invención de otro mundo porque es una muestra de desprecio hacia este, colocando la finalidad en la otra vida.

   En el plano epistemológico, Platón también distingue un dualismo. Hay dos formas de conocimiento que se corresponden con los dos mundos existentes. En Platón, razón y sentidos se enfrentan siempre con la victoria de la razón. Para él, sólo a través de la razón es posible conocer. Los sentidos solo nos muestran una realidad aparente, cambiante, sujeta a error. En Nietzsche, por el contrario, son los sentidos los que nos muestran la verdad, a la que llega cada uno desde su perspectiva correspondiente, es la voluntad de poder de cada sujeto. Por lo tanto, no hay ningún motivo para otorgar un papel más importante a la razón en el conocimiento.

    Por último, debemos señalar que, pese a las enormes diferencias entre ambos pensadores, estando separados por veinticuatro siglos, también podemos encontrar algunas similitudes, especialmente en cuanto a los intereses manifestados. Ambos critican tanto la realidad que les rodea como al resto de filósofos (a los que consideran mediocres o embaucadores). Además coinciden en proponer un ideal de ser humano (aunque muy distinto en cada caso). También comparten el intentar establecer la posibilidad de un vida auténtica o superior a la mundana (eso sí, de nuevo, difiriendo totalmente en cuál es esa vida).

Comparación Platón-Ortega

(por EmidelPotro)

   Vamos a comparar la filosofía de Platón con la de Ortega y Gasset, autor español de la primera mitad del siglo XX.

   En lo que respecta a las ideas, Platón presupone que estas son ajenas al sujeto, puesto que tales ideas no se encuentran en la mente del sujeto, sino en otro mundo: en el mundo se las ideas. De este modo, pretende Platón garantizar la posibilidad de un conocimiento fiable, puesto que el objeto de conocimiento (a saber las ideas) es inmutable y eterno. Contrario a Platón, Ortega no puede aceptar esta visión idealizada y objetivista que defiende que existe una realidad y que el sujeto tiene acceso a ella. Así pues, para Ortega las ideas son pensamiento, es decir, son una construcción del sujeto en la que interviene ineludiblemente su vida, sus experiencias, sus circunstancias. Según supone Platón el mundo es dual, es decir, existen dos tipos de realidades una sensible y otra racional, aunque la originaria y real sea la realidad racional o inteligible. Frente a esta dualidad ontológica, el filósofo español supone que el mundo no es ni sensible ni racional, es ambas cosas a la vez, el mundo es la vida, la vida que se desarrolla como quehacer o proyecto, la vida que es temporal y se da en un espacio determinado. Para Ortega como para Nietzsche solo hay un mundo con pluralidad de puntos de vista y la perspectiva depende de una realidad radical que es la vida. El conocimiento puede ser sensible o inteligible, siendo este último el conocimiento universal, objetivo y verdadero: un conocimiento lógico-matemático. Este axioma que defiende Platón, no será aceptado por Ortega, para quien si existe un mundo con múltiples puntos de vista y perspectivas vitales, tendrá que aceptar así mismo que el conocimiento es parcial, pero cierto, aunque el individuo no pueda acceder a toda la realidad. El conocimiento en Ortega depende de su doctrina sobre el perspectivismo.

Sólo nos queda exponer la relación entre el cuerpo y el alma tanto en Platón como en Ortega. En Platón existe cierto dualismo, siendo el alma el origen de todo conocimiento y toda vida. Sin embargo, en Ortega la vida es el origen de todo, incluso el conocimiento y esta vida supone la unión del cuerpo y el alma en un todo indivisible. Sin cuerpo no hay posibilidad de vida ni de razonamiento y la razón no puede ser lógica e independiente de las circunstancias vitales. 

(Fragmento oficial para la Prueba de Acceso Universitario en Andalucía).

Libro Completo: "LA REPÚBLICA"

Examen Resuelto (emildelpotro)

 Examen Septiembre 2014 - Platón