El Ser Humano

Tema 5.- La pregunta por el ser humano y la Tª de la Evolución.

1.- La tradición mítica.

La pregunta por el ser humano es uno de los temas más importantes de la filosofía. De hecho, no sólo es anterior a ésta, sino que posiblemente, es anterior al propio "Homo Sapiens". Por tanto, todas las poblaciones humanas, desde los Neandertales o incluso antes, se han preguntado, de alguna forma "¿Nosotros qué somos?"

Todas las culturas (antiguas y presentes) cuentan con numerosos mitos antropológicos, con los que explican el ser humano, su origen, sus características o su papel en el universo. Suelen incluir relatos sobre dioses, héroes y fuerzas de la naturaleza. El papel de estos mitos es múltiple: permiten interpretarnos a nosotros mismos, relacionan al ser humano con los dioses y fuerzas de la naturaleza, proponen guías de acción, fomentan la identificación con la comunidad, mitigan el miedo a la muerte, etc.

Esos mitos tradicionales están llenos de sabiduría popular y contienen mucha reflexión sobre las cualidades humanas. Pero, por otro lado, están llenos de tópicos y de machismo. Esto se debe a que reflejan la sociedad que los creó.


   En la cultura occidental también contamos con estos mitos sobre el ser humano, sobre todo, heredados de nuestras dos grandes fuentes culturales: la tradición judeocristiana y el mundo grecolatino.

 - Mitos grecolatinos -> Prometeo (acerca de la creación del ser humano) y Pandora (la primera mujer)

- Judeocristianos -> Adán y Eva.

   En la actualidad, en el mundo occidental tenemos tres grandes ámbitos antropológicos: la mitología tradicional, la filosofía y la ciencia.

El antropólogo y etnólogo Lewis Henry Morgan, hizo muchos aportes sobre el estudio de la familia, y sustentó que las causas de la situación de la mujer fue el matrimonio monógamo patriarcal. Morgan propuso las diferentes etapas de evolución de la sociedad, el sistema de clasificación de parentesco, una distinción analítica entre familia y casa y una teoría antropológica más amplia que sirvieron de sustento a los trabajos hechos por Marx y Engels, quien apuntó que la sumisión del sexo femenino fue producto de la aparición de clases y la propiedad privada. 

2.- Antropologías filosóficas tradicionales.





   Los primeros filósofos en el mundo griego y a se preguntaban por el ser humano. Esas teorías son las primeras antropologías de la historia. Se denominan antropologías tradicionales porque son previas a la aparición de la Antropología Científica o Moderna (siglo XVIII en adelante).

   A diferencia de los mitos, la filosofía pretendía explicar racionalmente, y sin recurrir a fuerzas mágicas, las cualidades que definen al ser humano. Es habitual ejemplificar la pregunta por el ser humano entre los griegos con las tres famosas preguntas:

¿Quiénes somos? ¿De donde venimos? ¿A dónde vamos?

   Entre los siglos V - IV a. C. encontramos la antropología de Sócrates y de Platón --> Dualismo mente/cuerpo (la mente es la parte inmaterial y auténtica, y el cuerpo es sólo temporal)

   También en el siglo IV, Aristóteles añadió otra perspectiva al estudio del ser humano -> "animal racional". Defendió que lo que tenemos todos los humanos como objetivo de la vida es la búsqueda de la felicidad.

   Posteriormente, en la Modernidad, pensadores como Descartes intentaron encontrar el funcionamiento mecánico de la unión de la mente con el cuerpo. Thomas Hobbes propuso un concepto negativista del ser humano: "el hombre es un lobo para el hombre" (Leviathán).

3.- Las Ciencias Humanas contemporáneas.

   En la actualidad, las ciencias humanas son las encargadas de estudiarnos a nosotros mismos desde una perspectiva positivista. El estudio del ser humano se realiza de forma científica desde hace sólo algo más de cien años, desde que se fueron creando las ciencias humanas (Psicología, antropología, etc). Todas ellas se crearon o cambiaron a lo largo del siglo XIX gracias a una nueva mentalidad, el "positivismo".

 Positivismo: estudiar las ciencias humanas con datos empíricos. Es aplicar el método científico (empírico) igual que en las ciencias físicas.

  El registro de datos empíricos obligó a replantearse los grandes tópicos y paradigmas humanos. Se  descubrió el etnocentrismo (tendencia a considerar al los europeos como prototipos de ser humano). Esto influyó en la aparición de un nuevo concepto de ser humano más diverso, más complejo y más evolutivo. También se replanteó las explicación religiosa cristiana del origen del hombre.


    - Filosofía: Perspectiva global, sentido último.

    - Psicología: Carácter, conducta, respuesta a estímulos.

    - Sociología: Comportamiento en sociedad.

    - Antropología: Evolución, culturas, habilidades.

    - Historia: Estudio de las acciones del ser humano en el tiempo, y su repercusión a nivel social.

Una de las antropólogas más relevantes, desarrolló su teoría sobre las relaciones entre hombres y mujeres, haciendo importantes aportes que sirvieron de análisis a la teoría feminista. Gran parte de su investigación denunció la injusticia que sufren las mujeres en las sociedades occidentales. Además, pudo demostrar que lo adjudicado a la mujer como «natural» era en realidad una serie de construcciones culturales.

Además de Mead, han existido y existen muchas mujeres antropólogas cuyo trabajo ha sido generalmente infravalorado, como Ruth Benedict, Alice Cunningham, Mary Douglas, Zelia Nutall y Eleanor Leacock, entre otras, siendo ‘Antropología y feminismo’ de Henrietta L. Moore la gran obra inicial de la rama feminista. 

4.- Características de las teorías tradicionales.

   En el mundo occidental, las teorías tradicionales (antes de la aparición del Evolucionismo en el s. XIX) solían ser creacionistas y fijistas. Partían de un concepto muy limitado del tiempo del Universo, resultado de las creencias religiosas, que aplicaban tanto al ser humano como a la naturaleza.

   El creacionismo es la creencia en que todo lo existente, ser humano o naturaleza, ha sido creado por Dios (o por los dioses) mediante un acto singular. Los creacionistas consideran que cada elemento de la naturaleza, cada ser vivo o cada especie, ha sido diseñado por la Mente Divina para un fin, , teniendo unas cualidades "cerradas" y preestablecidas. El Creacionismo suele ir unido al Fijismo, en el que se considera que nada de lo existente ha variado en su diseño (divino) desde el inicio de los tiempos.

 De hecho, se aceptaba la idea de que La Biblia, y más concretamente el libro del Génesis, podía servir de guía a los científicos para calcular la antigüedad de la Tierra. Contando las generaciones de humanos desde Adán y Eva, calculaban que el mundo había sido creado hacía unos 5.000 años.

   Para los creacionistas y fijistas, cada especie actual viviente, por ejemplo una jirafa, ha sido creada por Dios con todas las cualidades morfológicas que observamos ahora. Ideas como extinción, mutación de una especie, cambio climático, o deriva continental eran totalmente desconocidas e impensables.

   En las culturas más antiguas del Mediterráneo oriental, incluyendo la judía, existe un mito muy arcaico en el que se habla de que Dios, cansado de los defectos de la creación, decide aniquilar sistemáticamente a la mayoría de las especies mediante un Diluvio Universal, del que sólo algunos animales y seres humanos se salvan.

   Este mito incluye la idea de una destrucción masiva de especies, lo que concuerda perfectamente con el fenómeno conocido desde la antigüedad del problema de los huesos de animales anómalos o grotescos que aparecen cada cierto tiempo. Así que el diluvio podía explicar fenómenos más o menos contrarios a la versión establecida.

   Hacia el siglo XVIII, la cantidad de estos huesos, así como las peculiaridades observadas en el estudio geológico del suelo, suponían tal cantidad de contradicciones con el Fijismo, que era evidente que el modelo mitológico tradicional era incapaz de explicar la naturaleza. Se comenzaron entonces a proponer teorías más dinámicas, como el Catastrofismo y el Evolucionismo.

5.- Evolucionismo moderno: Lamarckismo

A finales del siglo XVIII encontramos la primera teoría "evolucionista" sobre el origen de los animales, propuesta por Jean-Baptiste de Lamarck. Este naturalista francés fue el primero en proponer que las características morfológicas de cada especie no tenían un origen divino, sino  que habían ido cambiando solas con el paso del tiempo.

   El lamarckismo establecía dos mecanismos básicos por los que se producen los cambios:

 - La función hace al órgano (cada órgano se desarrolla para mejorar, como la jirafa, que a lo largo de su vida, conseguiría estirar más el cuello)

 - La transmisión de los caracteres adquiridos (las variaciones producidas en vida se transmiten a la descendencia, como el cuello estirado de la jirafa, que se transmitiría a los descendientes)

    Hoy en día sabemos que estos mecanismos son falsos. Los órganos no cambian para cumplir ninguna función (en todo caso se atrofian, pero no mejoran). Y los caracteres que se adquieren en vida no afectan a la descendencia (sería como si el hijo de un hombre cojo heredara la cojera). A pesar de eso la teoría es muy importante porque cambia de perspectiva la forma de enfocar el origen de los animales (no creacionista), y por otro porque elimina el fijismo.

   El Lamarckismo, como otras teorías evolucionistas iniciales carecían de la visión del problema del tiempo, por lo que cayeron en el error de considerar que la evolución era un proceso rápido, de unas pocas generaciones.

6.- El problema del tiempo

   Hasta mediados del siglo XIX, la ciencias naturales lastraban un enorme problema heredado de la mitología tradicional: estimaban la antigüedad de la Tierra, de la vida y del ser humano en unos pocos miles de años. Ninguna teoría, por descabellada o radical que fuera, era capaz de comprender la verdadera magnitud del problema: estaban estimando la escala de tiempo en un valor de una millonésima parte del valor real. La escala tradicional, de unos 10.000 años, es inconmensurablemente inferior al valor que se da en la actualidad de antigüedad del universo, de unos 13.500.000.000 años.

   A mediados del XIX, la incipiente Geología se encontraba con que, para explicar las cualidades terrestres, las mejores teorías sólo serían válidas si se aceptaba un modelo viejo y lento de los procesos de formación del suelo. Así que algunos naturalistas, como Charles Darwin, encuentran en las revolucionarias teorías de algunos geólogos, las piezas que necesitan para completar el puzle de la evolución.

7.- La teoría de la Evolución. Charles Darwin

Charles Darwin (s. XIX) es considerado el primer científico en defender la Teoría de la Evolución, junto con Alfred Russel Wallace. En 1859 publicó El origen de las especies, obra en la que, a través de numerosos ejemplos obtenidos a través de sus viajes, desvela los mecanismos básicos de la evolución. 

 Con 22 años se enroló en el HMS Beagle, buque científico que se dedicó a cartografiar las costas del cono sur (Sudamérica y Oceanía).   Darwin aprovechó para estudiar y recolectar miles de especies  y observar sus variaciones según su entorno (por ejemplo estudió las distintas variantes de pinzones en las Galápagos). Este material requirió su estudio durante más de veinte años para explicar las cualidades observadas. Darwin utilizó para su teoría un conjunto de piezas sacadas de otras ciencias que suponían, en su momento, ideas revolucionarias o incluso descabelladas.


Del Economismo clásico (Adam Smith, David Ricardo y, especialmente, Thomas Malthus) tomó la idea de la "lucha por la supervivencia" y su resultado, la "supervivencia de los más aptos". Aceptó las ideas de Agustin Candolle (seguidor de Lamarck y de Linneo que había propuesto una "guerra de plantas"). Discutió sus ideas con Charles Lyell (padre de la Geología, pero de corte uniformista), con Joseph Dalton Hooker (el mayor biólogo y botánico en recopilación de especies de la época), con Richard Owen (anatomista pionero en el estudio de fósiles), y con John Herschel, (padre de la astronomía contemporánea) quien instó a Darwin a resolver la pregunta de cómo podrían aparecer nuevas especies. También se relacionó con Alfred Russel Wallace quien, de manera independiente, había llegado a las mismas conclusiones de Darwin.

 En "El Origen de las Especies" Darwin expone unos mecanismos de la evolución muy distintos de los de Lamarck pues se atrevió a explorar la posibilidad del "tiempo geológico" o "astronómico", no el tiempo humano. Los mecanismos básicos de la teoría serían:

 Esta teoría consiguió explicar porqué existe tanta diversidad de especies, porqué estas están adaptadas a su entorno y qué son los fósiles de especies extintas. Lo único que Darwin no  pudo resolver es de dónde salen esas variaciones entre individuos (mutaciones), pues no dispuso del conocimiento de la genética que existe en la actualidad.

   El libro de Darwin levantó mucha polémica en su tiempo. La sociedad aceptaba totalmente el creacionismo y el evolucionismo, así que esta teoría, en la que se "eliminaba" a Dios fue muy difícil de encajar. Lo curioso es que también fue rechazada por la comunidad científica, pues suponía un cambio de paradigma muy radical. A menudo se compara con el Giro Copernicano.

8.- La Revolución Científica de la Evolución

 La Teoría de la Evolución de Darwin o Darwinismo supuso una auténtica revolución científica en la conservadora mentalidad del siglo XIX. En primer lugar tuvo que enfrentar el rechazo del Cristianismo y las instituciones religiosas. La jerarquía religiosa no sólo no estaba acostumbrada a no tener un papel preponderante en la descripción del mundo, sino que además en este caso, se proponía rechazar uno de los mayores dogmas del cristianismo, la Creación.

 En segundo lugar, la propia ciudadanía que, aunque habituada a leer en los periódicos acerca de los grandes inventos y conocimientos que se estaban produciendo, se sentía desconcertada ante una teoría tan descabellada. Pensaban que la teoría chocaba con el sentido común e incluso el puritanismo de la población les llevó a creer que el evolucionismo podía menoscabar las bases religiosas de la moral, de forma que se produciría una especie de "animalismo" entre la población.

 Pero, lo mas sorprendente es que, en tercer lugar, también tuvo que combatir a la ciencia oficial. Los propios científicos de la época no llegaban a discutir sus propias ideas preconcebidas de corte fijista y creacionista. Los ambientes académicos, como la Royal Society de Londres, se sentían insultados al oír que sus ideas estaban totalmente equivocadas. Científicos, profesores y divulgadores se tomaron como una cuestión personal el rechazo de la evolución.

 Finalmente, en solo unos años, el mundo científico tuvo que aceptar la teoría pues numerosos científicos empezaron a usarla para resolver problemas explicativos clásicos en sus distintos campos. De hecho, sirvió de inspiración a tantas teorías que acabó derribando el paradigma científico anterior y convirtiéndose en el nuevo paradigma evolucionista. Se convirtió en la base de casi todas las ciencias, tanto naturales como humanas.

Incluso se aplicó a la Antropología o la Sociología. Sin embargo, el Darwinismo llevado a las ciencias humanas tuvo una consecuencias terribles durante décadas hasta mediados del siglo XX. Alimentó teorías como el etnocentrismo, el supremacismo, el nazismo o la eugenesia.

9.- Implicaciones filosóficas.

 Los grandes descubrimientos científicos suelen suscitar nuevos debates filosóficos. Cada vez que la ciencia descubre algo nuevo sobre el universo o nosotros mismos, nos lleva a cuestionarnos el concepto que tenemos del mundo o de la realidad. 

 La aceptación de la evolución, tanto a finales del XIX como en la actualidad, fomenta la discusión de numerosos problemas filosóficos. El primer gran debate se produce en tanto que la evolución elimina toda prioridad del ser humano. El Materialismo con el que se percibe al ser humano hace que este no sólo no requiera ningún tipo de explicación transcendental o divina, sino que se puede considerar un animal más. En segundo lugar, si situamos la existencia del Homo Sapiens en una escala (o incluso nuestro género Homo), no resulta más que una mota del polvo en un a historia de 13.500 millones de años. Esto nos lleva a la aceptación de que "el universo no gira en torno a nosotros".

  En tercer lugar, la evolución nos lleva a plantearnos la relación entre la genética (o los factores físicos) frente al comportamiento, el libre albedrío o la cultura. En el paradigma evolucionista, todas estas cuestiones "no biólógicas", dejan de serlo para convertirse en mero resultado mecánico de una lenta selección. Por ejemplo, desde hace unos años en la Psicología se está produciendo una revolución en tanto que, comportamientos antes asociados al libre albedrío, actualmente se asocian con genes. Existe entre los grandes investigadores y las empresas farmaceúticas una "caza del gen": buscan genes responsables de las cualidades que antes creíamos que eran exclusivamente humanas. De esta forma, la libertad de elección, la conducta o la personalidad podrían estar determinadas desde nuestro nacimiento. Por otro lado, la Química también se ha demostrado ser muy influyente en la personalidad o los estados de ánimo. Así que, ¿dónde está la esencia del "yo"?

10.- Los problemas filosóficos de la teoría

 Aceptar la evolución no supuso eliminar ni superar el debate filosófico, ni siquiera entre los científicos convencionales. Siguen existiendo numeroso interrogantes científicos y filosóficos que se presentan a la mente de los investigadores. En algunos casos son cuestiones abiertas, o desconocidas aún, o que no terminan de covencer a algunos. Como son muy numerosas,  las podemos resumir en dos grandes bloques:

 - El problema del Tiempo. A pesar que que la Geología nos permite establecer una antigüedad enorme de la Tierra y de la vida, siguen existiendo lagunas en el proceso. Algunos cambios evolutivos son tan complejos e implican tantos pequeños cambios, que muchos científicos y pensadores observan que esto sólo es posible si hay algunos "saltos" en la evolución. Es como si a pesar de tanto tiempo, para algunos cambios sigue siendo poco tiempo. Por ejemplo: la evolución del ojo en los animales (un órgano extremadamente comlejo) se produjo en épocas muy tempranas.

- El problema del Azar. Según la teoría, todas las mutaciones se deben al azar (eso sí, según benefician o perjudican, provocan mayor supervivencia y transmisión). Algunos cambios son tan complejos, o requieren la conjunción de tantas mutaciones, que parece insuficiente explicarlos por el mero azar. Tanta casualidad no puede ser casualidad. Por ejemplo: la evolución del oído a partir de la mandíbula inferior de los vertebrados.

 Esos debates científicos y filosóficos sirven en la actualidad para que los creyentes atribuyan "la mano de Dios" en el proceso, dirigiéndolo, acelerándolo o provocando mutaciones. Así, para un creyente, la evolución y la fe son perfectamente compatibles. De hecho, desde hace décadas, la Iglesia no se opone ni discute la teoría.

  Sin embargo, estas cuestiones despiertan el recelo entre algunas personas y los lleva a rechazar la evolución. Igual que otros movimientos "anti-..." no siempre son simples ignorantes o fanáticos religiosos. Los antievolución esgrimen contraejemplos que demostrarían que la evolución no ha ocurrido. La mayoría de estos ejemplos que ellos usan están mal interpretados o contienen errores.

Problema ético: la ética científica (debate en torno a la vida humana)

Filogénesis, hominización y humanización.

13 Los dólmenes de El Celemín

Pinturas y dólmenes del Neolítico

Tholos de Peñarroya I