Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo

En el centro histórico de San Petersburgo donde las orillas del caudaloso Neva revestidas de granito divergen formando tres brazos y el río lleva sus frías aguas al mar Báltico, se yergue la fortaleza de San Pedro y San Pablo.

Es un ejemplo único de la arquitectura de fortificación rusa de principios del siglo XVIII, conjunto arquitectónico en el que se juntaron armoniosamente los elementos, al parecer incompatibles.

La severa firmeza de las obras de fortificación convive aquí con la esbeltez refinada de la admirable catedral de los apóstoles Pedro y Pablo, la aguja dorada de cuyo campanario lleva como remate la figura del ángel, símbolo y patrono de la ciudad de San Petersburgo.

En la historia de esta fortaleza desempeña un papel notable. Por ésta ciudadela, fundada en Mayo de 1703 y llamada, a la manera holandesa, Sankt Pieterburch, comienza la historia de la ciudad, futura capital del imperio Ruso.