Por Yassir Rodríguez Martínez
La memoria es una de esas categorías sobre la cual, de cierta forma, todos y todas tenemos alguna idea al respecto. La asociamos casi siempre con el pasado, es decir con el almacenamiento de información, recuerdo de eventos, objetos y sitios pretéritos valorados de forma positiva, y muy pocas veces con procesos relacionados con el presente y ni qué decir del futuro. Si bien existen muchas posibilidades de definirla, se puede partir de una forma aparentemente simple: la memoria como la práctica social de traer el pasado al presente (Ramos, 2011).
¿Cuántas veces no nos hemos descubierto recordando algo de manera espontánea? A través de un olor, una imagen, un sonido, conversación o hecho que detona en nosotros, sin buscarlo, un recuerdo específico o general. Otras veces sí que buscamos a voluntad y esfuerzo, lo cual involucra una memoria acción. Ciertamente, en ambas formas, la memoria posibilita articular el pasado y el presente, pero también proyectarnos hacia el futuro.
¿Por qué fijar la memoria del pueblo maya sobre lo acontecido durante la pandemia por COVID-19?, en principio, podríamos decir que mantener el recuerdo de la pandemia es importante para todos y cada uno de nosotros, independientemente de nuestra pertenencia étnica, religiosa, nacional y/o regional. Para todos y todas, la pandemia representó una coyuntura crítica que derivó en efectos inimaginables que marcaron a la humanidad. Ahora, ésta, no fue vivida de la misma forma por las personas que habitamos este mundo, entre ellas, el pueblo maya peninsular.
“Mun tu’ubul je’el u tsik ya’ab aanyos le je’elo’ mun tu’ubul bey le ba’alo’ob u tsikba’altal le baxo’ob uucho’ le je’ela mi’ oolel max kun meetik le historia” (“no se olvida, así pasen años es algo que no se olvidará platicar todo lo que sucedió y no sabemos quién hará esta historia”) (Eunice, noviembre 2023).
Este sitio fue generado por el recuerdo de las personas, al cual se accedió mediante la implementación de entrevistas semi-estructuradas, pero también de procesos de recuerdo generados mediante talleres participativos; particularmente éstos últimos han posibilitado que el recuerdo no se plasme únicamente mediante la letra, sino también a partir de las representaciones -en este caso dibujos generados con tinta china, dibujos e impresiones monotipo en placa de gel- que jóvenes del pueblo maya -tanto de ámbitos rurales como citadinos- hicieron respecto de sus procesos de recuerdo. El sitio así, en su generalidad, es producto de la “práctica social de traer el pasado al presente” que la población maya realizó.
Explora nuestra memoria colectiva, revive el pasado, escucha sus voces y descúbrelo a través del arte y la palabra