mercedes navarro

UN POCO SOBRE MÍ

Empecé mi andadura en la enseñanza del italiano como lengua extranjera allá por el 2003, en un conservatorio. De ahí salté a la escuela oficial de idiomas (primero en Madrid y luego ya en Pamplona) y desde entonces no he dejado de formarme y de intentar aprovechar al máximo todas las oportunidades que he tenido, tanto haciendo cursos de lengua en Italia como estancias profesionales. Considero fundamental la motivación en las clases de lengua, y que el profesorado intente ponerse al día sobre nuevas tendencias en lo que a enseñanza de idiomas se refiere. En este sentido, programas como Erasmus+ te permiten conocer realidades educativas muy variadas y sobre todo enriquecerte no sólo a nivel profesional sino también a nivel personal.

ITALIAN LANGUAGE AND CULTURE FOR TEACHERS AND LEARNERS

Elegí un curso de lengua italiana “convencional” porque todos los demás cursos que se ofrecían en la escuela de Florencia Europass que formaba parte del programa Erasmus+ eran en inglés. Pensé que podría servir para hacer observación en el aula y ver cómo se trabaja en contextos educativos donde el alumnado es multilingue y cambia prácticamente cada semana o cada mes.

En la descripción del curso parecía que las clases iban a ser innovadoras, que se iban a utilizar nuevas tecnologías en el aula o que íbamos a tratar diferentes aspectos de la lengua y de la cultura italiana. Tengo que decir que me parecieron clases bastante clásicas en cuanto a enfoque y presentación de materiales. Aunque los grupos eran muy reducidos y los estudiantes tenían buen nivel de lengua y mostraban mucho interés, creo que los contenidos eran bastante tradicionales y poco motivadores.

Tuve también oportunidad de asistir a un taller de una tarde titulado Tecnologie per la didattica delle lingue, que sí que fue muy enriquecedor y donde se vieron herramientas digitales que yo desconocía.

Aún así, intenté aprovechar al máximo la inmersión lingüística y el intercambio de experiencias entre compañeras.



MI EXPERIENCIA EN FLORENCIA

Todos los programas de formación en el extranjero son una oportunidad para acercarte más aún no sólo a la lengua objeto de estudio sino también a su cultura. A mí siempre me gusta usar una expresión italiana en estos casos, que es: Unire l'utile al dilettevole.

Porque cuando uno viaja al extranjero con la intención de cargar en la mochila experiencias profesionales, acaba cargando muchas más cosas a nivel personal.

Y Firenze es una ciudad que da para mucho. Es como un museo al aire libre, no acabas nunca de sorprenderte de una belleza tan extrema e infinita.

Tuve también la suerte de realizar algún paseo guiado por la ciudad organizado por la escuela, que completó sin lugar a dudas el curso.