En primer lugar, debemos de ser conscientes que a lo largo de la historia no todas las culturas han consumido bebidas lácteas de origen animal. Por ejemplo, culturas como la asiática o la balcánica consumían bebidas vegetales extraídas de cereales, frutos secos, legumbres o arroz. Sin embargo, en nuestra cultura, el consumo de bebidas lácteas de origen animal es uno de los pilares fundamentales de nuestra dieta alimentaria, especialmente desde las décadas posteriores a la Guerra Civil.