Día 8
UN TRISTE DÍA DE DESPEDIDA
¡Todo lo bueno tiene su fin! Y el día de vuelta finalmente ha llegado. Nos hemos despedido con mucha tristeza de nuestros compañeros y profesores bien temprano, a las ocho y cuarto, para coger el autobús que nos lleve de camino a Roma. No faltaban las lágrimas, los abrazos y los "hasta la vista" tanto entre los chicos como entre los mayores. Y no es para menos, la experiencia ha sido irrepetible para muchos de nosotros y nos guardamos un buen baúl de recuerdos para toda nuestra vida. El viaje desde Roseto no tuvo novedad salvo la inmensa mole del gran Sasso, que dominaba la silueta de los Apeninos, y ya en el aeropuerto nos dirigimos al avión sin más tardanza, con algún que otro pequeño contratiempo en el control de seguridad (alguien metió demasiadas piedras en su mochila). Embarcamos en el avión a las 14.15, rumbo de nuevo a España, y despidiéndonos de tierras italianas con un "hasta luego", porque siempre habrá una penúltima vez, y nunca una última. Ciao!!