Este movimiento nace en el año 2017 cuando una actriz importante denuncia el acoso recibido por parte de un director cinematográfico.
Millones de mujeres se unen a este movimiento a través de las redes sociales denunciando haber sido acosadas por sus superiores.
Mujeres con diferentes trabajos y diversas nacionalidades.
Este movimiento recibe el nombre de balancetonporc (delata a tu cerdo) en Francia, Masaktach, (No seré silenciada), en Marruecos o liebre de arroz en China.
#Me Too
El movimiento #MeToo (Yo también) no comenzó en 2017. Sus orígenes se remontan a 2006, cuando Tarana Burke, una activista social afroamericana, decidió crear una campaña bajo este nombre como una forma de apoyo a quienes habían experimentado cualquier forma de violencia sexual.
Doce años después, un escándalo de acoso sexual sin precedentes hizo tambalear a Hollywood: el productor Harvey Weinstein, fundador de The Weinstein Company, una de las mayores compañías fílmicas, fue acusado de acoso y abuso sexual por varias actrices en un artículo publicado por 'The New York Times' en octubre de 2017. Según este medio, la situación era un secreto a voces desde hacía décadas, algo de lo que pocos se atrevían a hablar o a denunciar públicamente.
Cada vez que una mujer cuenta que fue abusada, le siguen los relatos de muchas más. El efecto en cadena del caso Weinstein.
Mujeres del primer mundo, del tercero, del desarrollado, del que está en vías de, han contado en inglés, castellano, francés, cómo fueron víctimas de abusos por parte de jefes, compañeros, profesores, parejas. La abrumadora viralización del #MeToo, “YoTambién, #balancetonporc (delata a tu cerdo) confirma lo que ya se sabe: que no se trata de un par de locos sueltos o un puñado de varones pervertidos. Es una cuestión cultural.
La reverberación mundial del movimiento #MeToo, cuyo objetivo es denunciar los abusos de poder y las vejaciones sexuales contra las mujeres, ha llegado a
Marruecos. Se llama #Masaktach, 'No seré silenciada', y pretende "dar voz a las mujeres víctimas de la violencia sexual después de que hayan sido ignoradas, silenciadas e incluso atacadas por denunciar", según ha declarado Zineb Belmkaddem, una las organizadoras del movimiento.
Marruecos despierta ante el acoso a las mujeres
Las redes sociales impulsan la lucha contra la pasividad de la sociedad y el Gobierno frente a la violencia de género.
El tribunal administrativo de Haidian, en el noroeste de Pekín, maneja estos días una demanda que puede resultar fundamental en la lucha del #MeToo chino -o “liebre de arroz” (米兔 “mi tu”) como también se le conoce en mandarín- contra el acoso sexual. Será la primera vista en que se confronten un supuesto acosador y su acusadora. Pero en este caso -indicativo de las dificultades que encuentra aquí el movimiento por la igualdad de género-, quien tiene que defenderse es ella.