De acuerdo a Naciones Unidas, por término medio, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 23 % menos que los hombres en el mercado de trabajo por el mismo empleo.
En los países nórdicos es donde hay una menor diferencia debido a la equiparación del permiso de paternidad con el de maternidad.
Solo en Islandia es ilegal, a partir del 1 de enero de 2018, pagar diferente a una mujer o a un hombre.
# IGUAL TRABAJO / IGUAL SALARIO
De acuerdo a Naciones Unidas, por término medio, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 23 % menos que los hombres en el mercado de trabajo por el mismo empleo o dicho de otro modo, las mujeres cobran 77 centavos por cada dólar que ganan los hombres.
Esta diferencia salarial de género se calcula a través de lo que se conoce como brecha salarial, un indicador que informa acerca de las diferencias entre el salario de un hombre y una mujer en el mercado laboral, habitualmente expresada como un porcentaje sobre el salario de los hombres.
Desde principios de este año, las trabajadoras alemanas tienen derecho a conocer la remuneración de sus compañeros masculinos que realicen el mismo trabajo que ellas, según una ley aprobada en marzo de 2017 y que entró en vigor con el cambio de año, la Ley Para el Fomento de la Transparencia en las Estructuras Salariales. Según los datos del Gobierno, las alemanas siguen cobrando un 21% menos.
El área donde se da la mayor brecha salarial es la minería, donde la diferencia de sueldos entre varones y mujeres es del 29,6%, seguido del sector eléctrico con un 25,6%, comercio con el 23,6%, servicios sociales con el 20,3%, transporte con el 19,9% y servicios financieros con el 13,4%.
La agricultura roza lo excepcional con apenas un 1,4%.
En este contexto, un dato llama la atención: las mujeres superan en salario a los hombres en donde menos se podía imaginar: la construcción. La explicación, si se piensa con detenimiento, resulta sencilla. Ellas ocupan puestos de trabajo administrativos, mientras que ellos emplean la fuerza bruta.
Ejemplo de lucha contra la brecha salarial
Desde abril de 2018, las empresas del país con más de 250 empleados deben publicar su brecha salarial y, lo más importante y novedoso, reportar las medidas a implantar para reducir la dicha desigualdad. Esta norma creada por el gobierno británico tiene el objetivo de hacer frente a una brecha salarial de género que situaron en un 18%.
De este modo, Reino Unido se suma así a otros países como Islandia o Alemania que han tomado medidas para obligar a las empresas a hacer un ejercicio de transparencia salarial.
La estadística más repetida en EE.UU. para describir la brecha salarial entre hombres y mujeres es la del 80%: es el porcentaje de sueldo que reciben las mujeres de media frente a los varones.
«Es una vergüenza. Las mujeres merecen el mismo salario para el mismo trabajo», dijo el expresidente de EE.UU. Barack Obama en uno de sus discursos sobre el estado de la Unión.
Según las estadísticas oficiales, las francesas ganan un 9% menos que los franceses, cuando trabajan en los mismos puestos, y un 25% menos en términos globales. El salario medio mensual es de 1.962 euros para las mujeres y de 2.410 euros para los hombres. Una de cada dos mujeres francesas piensa que ser mujer es un «freno» para su carrera profesional.
La brecha salarial en México es del 16,7%, ligeramente superior al 14,3% promedio de los 35 países que forman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sin embargo, tan sólo el 44,9% de las mujeres mexicanas en edad de trabajar están empleadas, representando la tercera tasa de empleo femenino más baja de la OCDE, después de Turquía (28,7%) y Grecia (41,7%). Por el contrario, el 78,5% de los hombres mexicanos están empleados, lo que representa una enorme desigualdad provocada, según el informe, por los estereotipos que aún limitan las opciones de las mujeres.
En 2017, la agencia ONU Mujeres se preguntó «¿Dónde están las mujeres de Egipto?» en una campaña en la que, mediante a varios carteles tipo «buscando a Wally» incidía sobre la escasa presencia y representación de las mujeres en el sector laboral egipcio, especialmente en ciencia, política y tecnología. Según la agencia de estadística nacional (Capmas), las mujeres son solo el 23% de la fuerza laboral en Egipto, donde la mayoría quedan relegadas a trabajos no remunerados (doméstico, agrícola) o a la precariedad.
La brecha salarial ha estado entre el 15 y el 18% durante 50 años, esto significa que una mujer sudafricana necesitaría trabajar dos meses más que un hombre para ganar su mismo salario anual. Sin embargo, la empresa Stats SA eleva este dato al 23% según un reciente estudio.
La Sección 6 de la Ley de Equidad en el Empleo de Sudáfrica se implementó hace tan solo dos años; ésta estipula que las empresas no pueden discriminar en términos de remuneración y están legalmente obligados a ofrecer igual salario por trabajo de igual valor. Según un estudio de Ipsos realizado en 2017, el sueldo promedio de un sudafricano es de R9,222.16 (unos 630 euros) mientras que el de una mujer sería R6,688.80 (unos 550 euros).
Según datos facilitados recientemente por la viceprimera ministra, Olga Golodets, las mujeres en Rusia cobran un salario que es un 26% menor que el de los hombres en trabajos equivalentes.
Golodets, que se encarga de supervisar la actividad de diversos ministerios, Sanidad, Educación y Asuntos Sociales entre otros, dirige además el Consejo Intergubernamental de Estrategia Nacional para la Mujer, cuyo plan se extiende hasta el año 2022 inclusive.
Por el mismo trabajo, la misma paga. Sin importar el sexo, la identidad de género, el grupo étnico, la orientación sexual, la nacionalidad o la religión.
Sólo Reikiavik ha cerrado la brecha salarial de género por ley: a partir del 1 de enero de este año, en Islandia es ilegal pagar menos a un hombre o a una mujer por realizar el mismo trabajo.
Entre las razones para que los países nórdicos se encuentren entre los primeros lugares de igualdad efectiva de paga entre hombres y mujeres, está en primer lugar la equiparación del permiso de paternidad con el de maternidad: Noruega, por ejemplo, da un permiso a los padres de hasta 112 días de duración, Islandia tiene 90 días de permiso y los padres suecos pueden disfrutar de hasta 70 días.
Vídeo que nos hace pensar sobre las desigualdades laborales