En cada proyecto llevado a cabo en el aula se establecen unos objetivos didácticos que guían nuestra intervención educativa a la vez que son el referente inmediato de evaluación.
Todas las actividades de nuestras unidades didácticas son susceptibles de ser evaluadas, es decir, llevan implícitas las dos facetas: enseñanza-aprendizaje y evaluación, y nos aportan información acerca de los aprendizajes construidos por los/as niños/as, que es imprescindible para conectar con la siguiente actividad de forma adecuada. No obstante también diseñamos en nuestras unidades algunas actividades más específicas de evaluación para recoger con mayor precisión determinada información.
La observación directa y sistemática constituye la técnica principal del proceso de evaluación, registrando la información mediante listas de cotejo y/o escalas de valoración.
También se valoran las producciones realizadas por los alumnos/as (expresiones plásticas, dramáticas, musicales, orales, escritas...), diálogos y cuestionarios orales, así como entrevistas con la familia.
Se realiza un sondeo inicial antes de cada unidad de trabajo, para activar conocimientos previos y valorar de dónde parte cada alumno/a.
La observación es una herramienta habitual en la evaluación del progreso del alumnado. Mediante la observación diaria se irá anotando el esfuerzo en la realización de las las tareas, el respeto a las normas y el comportamiento con los compañeros/as.
También se realizan pruebas específicas, a través de las cuales se evalúa el nivel de adquisición de los conocimientos trabajados.
Igualmente, se realiza la evaluación mediante el análisis de los productos entregados como trabajo individual o de equipo. Estos trabajos pueden ser tanto escritos como presentaciones orales.
El proceso de evaluación se podrán realizar a través de la autoevaluación, la coevaluación y/o la heteroevaluación, según las necesidades de cada momento.
Entre los instrumentos de evaluación más comunes destacamos: Pruebas objetivas, exámenes, test, cuestionarios, pruebas de atención. Control del trabajo diario y de los deberes en casa, con registro de fechas de entrega. Rubricas, listas de cotejo, escalas de valoración, dianas de evaluación. Portafolios de cada alumno/a. Instrumentos digitales de evaluación (kahoot, quizizz, google form...)