"No tenemos muchos de los mejores alimentos, es realmente difícil comprar frutas, verduras y productos frescos todo el tiempo. Simplemente no se puede. Por lo tanto, prácticamente todo está procesado. Pero sobrevivimos."
Entrevistado anónimo de "The Curated Food System" de Lauri Andress.
Dos voluntarios en un banco de alimentos ayudan a acomodar frutas y otros alimentos en un evento de distribución de alimentos. Los Angeles Times
La inseguridad alimentaria es un problema sistemático que se refiere a el acceso limitado o nulo a alimentos adecuados. Esto incluye experiencias como preocuparse por quedarse sin alimentos, no poder pagar una comida equilibrada, comer menos o saltarse comidas, entre otros. Es un término general que abarca todas las barreras que las personas pueden enfrentar para acceder a alimentos nutritivos. Un tipo más específico de inseguridad alimentaria son los desiertos alimentarios, que se refieren a áreas geográficas específicas donde los individuos tienen acceso limitado a alimentos nutritivos y asequibles. Estas áreas se caracterizan por la falta de supermercados o tiendas de abarrotes ubicadas a distancias convenientes, lo que provoca una proliferación de restaurantes de comida rápida, licorerías y tiendas de conveniencia. Esto obliga a las personas a depender de estos lugares que ofrecen alimentos altamente procesados, densos en calorías y bajos en nutrientes.
El área del sur de Los Ángeles es una comunidad con acceso extremadamente limitado a alimentos frescos.
El acceso a los alimentos se ve profundamente afectado por las complejas conexiones entre factores económicos y sociales. Los desiertos alimentarios se desarrollan en áreas con altas tasas de desempleo, bajos ingresos y opciones limitadas de transporte. Debido al tratamiento histórico de los grupos minoritarios, los desiertos alimentarios tienden a afectar a las comunidades de color de manera más significativa, especialmente en vecindarios Afroamericanos y Latines. Incluso se ha utilizado el término "Apartheid Alimentario" para describir este fenómeno, con el fin de llamar la atención hacia las injusticias y disparidades que experimentan las comunidades de bajos ingresos y de color, haciendo eco de la segregación racial en Sudáfrica en la segunda mitad del siglo XX. Esto pone el foco en los sistemas estructurales de opresión que históricamente han afectado a estas comunidades y continúan haciéndolo. También enfatiza cómo décadas de políticas discriminatorias intencionales, así como sistemas históricos, sociales y económicos, han creado esta falta de acceso a los alimentos, y no se debe solo a la ubicación geográfica. Los intereses económicos de los supermercados y tiendas de abarrotes son un ejemplo de esto. Estas empresas son menos probables a invertir y tener tiendas en vecindarios de bajos ingresos, ya que se considera que generan menores ganancias y requieren altos costos de seguridad. Además, las personas que no tienen un automóvil o una bicicleta, o no tienen acceso a transporte público confiable, tienen más probabilidades de experimentar inseguridad alimentaria. Las áreas suburbanas y rurales a menudo tienen menos opciones de transporte público, mientras que las tiendas de abarrotes están ubicadas más lejos. En las áreas urbanas, el viaje de un individuo a la tienda de abarrotes podría requerir tomar varios autobuses o trenes.
Todo lo anterior es extremadamente preocupante considerando que California contribuye con casi la mitad de la producción agrícola nacional. Sin embargo, según la Asociación de Bancos de Alimentos de California, 1 de cada 5 californianos actualmente enfrenta inseguridad alimentaria, lo que equivale a 8.8 millones de personas. California también tiene una de las demografías más diversas del país, con un 40% de su población siendo Latines y casi un 30% identificándose como inmigrantes. Además, alrededor del 30% de la población del estado se consideró pobre o cerca de la pobreza en 2023, lo que significa que una cantidad significativa de personas que experimentan inseguridad alimentaria son personas de color. La inseguridad alimentaria no solo afecta la salud física de una persona —ya que son más propensos a experimentar hambre, desnutrición, y desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas y obesidad— sino también su bienestar general. Se ha relacionado con una baja asistencia y rendimiento escolar, una disminución en la productividad laboral y problemas mentales o de comportamiento.
Los Angeles, CA / USA - 03.13.2020: Estantes vacíos en una tienda de abarrotes en Los Ángeles. Crédito de la imagen: BrittanyNY / Shutterstock
La inseguridad alimentaria amplifica la desigualdad social y perpetúa ciclos de pobreza y disparidades en la salud, dificultando que las personas afectadas rompan estos ciclos y persigan una mejor calidad de vida. Debemos dejar clara esta narrativa para poder cambiarlo.