4.2 La Responsabilidad social de las instituciones y organizaciones
La responsabilidad social de las instituciones, organizaciones y empresas es un estándar de comportamiento y una forma de autorregulación que tienen que llevar a cabo para garantizar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.
En general, el término se refiere sobre todo a comportamientos que son llevados a cabo de manera espontánea por las empresas. Es decir, todas aquellas acciones que sean requeridas por la ley no formarían parte de los comportamientos de responsabilidad social.
En general, las acciones llevadas a cabo por una empresa, organización o institución debido a la responsabilidad social no suelen generar beneficios de manera inmediata a la compañía. Por el contrario, están pensadas para generar un beneficio social o ambiental a largo plazo.
Hay muchos tipos de acciones que una compañía puede llevar a cabo para cumplir con su responsabilidad social. Algunas de las más comunes son utilizar materiales reciclados y energías renovables, fomentar la igualdad en los puestos de trabajo o crear programas de integración para darle una oportunidad a los más desfavorecidos.
Historia de la responsabilidad social.
Desde la década de los 60, cada vez más empresas, organizaciones es instituciones se han interesado en la idea de la responsabilidad social. A pesar de que en un principio el capitalismo promueve tan sólo el beneficio propio, un número creciente de empresarios ha decidido aportar su grano de arena a la sociedad. En ocasiones, incluso si hacerlo significa perder algunos beneficios.
Debido a varios problemas sociales y ambientales ocurridos en las últimas décadas del siglo XX, especialmente los relacionados con el cambio climático, las compañías empezaron a preocuparse más por el impacto que tenían en el mundo.
En 1991, Carrol inició un estudio sobre los tipos de responsabilidades que las empresas tienen con la sociedad en la que se encuentra. Básicamente, definió cuatro tipos:
- Responsabilidad económica, es decir, el deber de generar un beneficio produciendo bienes de interés para el público.
- Responsabilidad legal, o la necesidad de seguir las normas y leyes de la comunidad en que se encuentren.
- Responsabilidad ética, esto es, el deber de llevar a cabo acciones éticamente correctas como el cuidado del entorno y la contribución al bienestar de sus empleados.
- Responsabilidad filantrópica, es decir, la necesidad de contribuir a la sociedad en general de forma desinteresada.
En general, se considera que las responsabilidades sociales de las compañías pertenecen a los dos últimos tipos. Estas responsabilidades pueden ser cubiertas, sobre todo, en tres áreas: mediante programas de reducción de impacto ambiental, con programas de educación y sociales, y pagando justamente a los empleados en función de sus recursos.
Ejemplos de responsabilidad social.
Aunque el ejemplo más claro de acciones que van acordes a la responsabilidad social de las empresas, organizaciones o instituciones son las que están destinadas a proteger el medio natural, no son las únicas. Las compañías pueden (y deben) llevar a cabo otro tipo de programas que les permitan cumplir con sus responsabilidades éticas y filantrópicas.
En diferentes zonas del mundo, la responsabilidad social puede tomar formas muy diferentes. Por ejemplo, mientras que en China puede significar la creación de productos seguros y de buena calidad, en Alemania significa puestos de trabajo seguros y estables.
A continuación veremos algunos ejemplos de maneras en las que una empresa puede cumplir con su responsabilidad social en cualquiera de las tres áreas.
Impacto medioambiental.
Ésta es, posiblemente, la primera idea que se nos viene a la mente cuando pensamos en la responsabilidad social de las empresas. Debido al avance de los problemas ecológicos en las últimas décadas (como la destrucción de la capa de ozono o el calentamiento global), las compañías han desarrollado gran cantidad de mecanismos para ser más responsables a nivel ambiental.
Por ejemplo, Google es conocido por invertir en energías renovables y utilizar materiales reciclados en sus oficinas. De esta forma, se aseguran de no estar dañando el medio ambiente con sus acciones.
Comercio justo.
Muy relacionadas con las anteriores están las políticas de comercio justo. Una compañía que se preocupe por el comercio justo debe asegurarse de usar materiales obtenidos de forma legal y ética para fabricar sus productos.
Este tipo de responsabilidad social surge sobre todo debido al empleo de mano de obra barata procedente de países en vías de desarrollo. Sin embargo, también pueden estar provocadas por el uso de materiales obtenidos de forma poco sostenible o dañina para el medio ambiente.
Un buen ejemplo de empresas preocupadas por el comercio justo son Starbucks (que tan sólo utiliza café recogido en plantaciones que no perjudiquen el medio ambiente) y Fairphone, una compañía holandesa que fabrica teléfonos móviles exclusivamente con materiales reciclados.
Desarrollo de los trabajadores.
Debido a la rapidez con la que cambian los puestos de trabajo hoy en día, muchas empresas están empezando a preocuparse por la formación continua de sus empleados.
En este tipo de compañías, un trabajador puede realizar cursos de forma gratuita, para poner al día sus conocimientos y seguir pudiendo competir en el mercado laboral.
Un ejemplo de empresa especialmente preocupada por el desarrollo de sus trabajadores es Telefónica. Todos sus empleados tienen acceso a una plataforma virtual interna, desde la que pueden acceder a distintos cursos y formaciones.
Igualdad en los puestos de trabajo.
Con la preocupación cada vez mayor por la igualdad social y laboral de todas las personas, las empresas han tenido que ponerse al día en este sentido en las últimas décadas.
Para evitar la discriminación entre personas de diferente sexo, raza, orientación sexual o religión, se han llevado a cabo gran cantidad de políticas de discriminación positiva y acciones afirmativas.
Tipos de responsabilidad social en este ámbito serían, por ejemplo, asegurar que hubiese el mismo número de hombres y mujeres en una empresa, o que sus salarios fuesen iguales en el mismo puesto de trabajo.
Donaciones y acciones sociales.
La última forma en la que una empresa puede cumplir con su responsabilidad social es mediante la inversión de parte de sus ganancias en programas sociales y de ayuda.
Por ejemplo, en la creación y mantenimiento de una ONG, o donando un porcentaje de sus ingresos a la caridad.
Una de las compañías que más dinero donan a ONGs es Microsoft; tan sólo en el año 2015, esta empresa contribuyó con más de 135 millones de dólares.