En nuestro centro educativo, el Colegio Malvar, están comprometidos con la sostenibilidad y el cuidado del planeta. Por eso, nuestro proyecto se basa en la creación de compost mediante los desechos orgánicos que producen los alumnos del centro durante sus comidas. Estos se separan del resto de residuos y se recogen en bolsas especiales para su uso en compostaje.
Una vez implementado, este proceso contribuye a reducir la huella de carbono en nuestro entorno (el centro), al minimizar las emisiones de metano y aumentar la capacidad del suelo para capturar y almacenar carbono. Además, disminuye la dependencia de fertilizantes químicos, cuya producción genera gases de efecto invernadero, promoviendo así una economía sostenible y circular.
Para el desarrollo de nuestro compost, hemos designado diferentes áreas dentro del centro para implementar el proyecto. En este caso, hemos elegido zonas de jardín, ya que utilizarlas para el compostaje ofrece múltiples beneficios: mejora la calidad del suelo, enriquece las plantas con nutrientes naturales, reduce los residuos orgánicos, fomenta la sostenibilidad ambiental y contribuye al ahorro en fertilizantes, creando un espacio más saludable y ecológico. Además, estas áreas, que anteriormente no tenían un uso definido, ahora se convertirán en un recurso valioso para reducir nuestra huella de carbono. Este proyecto también contará con la participación activa de los alumnos, quienes aprenderán sobre sostenibilidad y contribuirán al cuidado del medio ambiente a través de esta iniciativa.
En esta imagen se puede observar el compost realizado por los alumnos de 3º de la ESO del colegio Malvar como parte de la asignatura de Biología. Este proyecto no solo les permitió aplicar de manera práctica los conceptos aprendidos en clase sobre reciclaje y sostenibilidad, sino que también los ayudó a entender la importancia del cuidado del medio ambiente, el ciclo de la materia orgánica y cómo reducir los residuos. A través de esta experiencia, los estudiantes desarrollaron habilidades como el trabajo en equipo, la responsabilidad ambiental y el compromiso con prácticas sostenibles que pueden aplicar en su vida diaria.
Nuestro proyecto de compostaje está directamente vinculado con el ODS 13, "Acción por el Clima", y con la reducción de la huella de carbono. Al convertir los residuos orgánicos en compost, evitamos que estos materiales generen metano en los vertederos, un gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático.
El uso de compost como fertilizante natural no solo mejora la calidad del suelo, sino que también reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos, los cuales requieren energía para su producción y liberan carbono al ambiente. Así, al practicar el compostaje, no solo contribuimos a la salud del ecosistema, sino que también reducimos nuestra huella de carbono, demostrando que las acciones a nivel local tienen un impacto directo en la lucha contra el cambio climático. Este proyecto es un ejemplo de cómo, a través de pequeños esfuerzos, podemos hacer una gran diferencia en la protección de nuestro planeta.
GESTIÓN RESIDUOS: En ocasiones, la cantidad de residuos orgánicos generados puede ser mayor de lo esperado, dificultando el compostaje eficiente. Además, si no se separan adecuadamente los materiales, corremos el riesgo de incluir elementos no compostables, como plásticos o metales, lo que afecta el proceso.
SOLUCIÓN: Para ello, es esencial implementar un sistema claro de recolección y clasificación de los residuos orgánicos, involucrando a los estudiantes en todo el proceso. Utilizar contenedores diferenciados para residuos orgánicos, reciclables y no reciclables facilitará la correcta disposición de los materiales compostables.
MANTENIMIENTO: El compostaje requiere un gran control del material, gestionando factores como la oxigenación y la humedad, para evitar malos olores, la aparición de plagas o una descomposición incompleta.
SOLUCIÓN: Es fundamental enseñar a los estudiantes cómo remover el compost de manera regular, mantener la humedad adecuada y asegurarse de que los materiales estén bien triturados. Para que todos se involucren, se puede crear un horario de trabajo y asignar tareas específicas, de forma que cada uno participe activamente en su cuidado y mantenimiento.
FALTA DE SEGUIMIENTO: Si no se lleva a cabo un seguimiento regular del proyecto o no se asignan responsabilidades claras, el compostaje podría no mantenerse correctamente, lo que afectaría su eficacia y los resultados esperados.
SOLUCIÓN: Con el fin de evitar este problema, es fundamental establecer un calendario y un sistema de monitoreo que involucre a los estudiantes en la supervisión del compost, asegurándose de que se mantengan las condiciones óptimas para un buen proceso de compostaje. Los estudiantes pueden realizar informes periódicos sobre el progreso del compost, los cuales podrán ser considerados como parte de su evaluación en la asignatura de biología, lo que les permitirá asumir una mayor responsabilidad y compromiso con el proyecto.
Utilizando un medidor de carbono, una herramienta que nos permite medir la concentración de carbono en el aire en unidades de partes por millón (ppm), llevaremos a cabo un estudio en varias áreas de nuestro centro. Esta herramienta nos ayudará a evaluar el impacto de las emisiones de carbono y su relación con el medio ambiente. Empezaremos midiendo los niveles de carbono en las aulas, luego en otras zonas del centro y, finalmente, en el área donde hemos implementado el compostaje. Este análisis nos permitirá comprobar cómo la práctica del compost contribuye a reducir nuestra huella de carbono. Además, los resultados nos brindarán una visión más clara de cómo pequeñas acciones, como el compostaje, pueden tener un impacto positivo en la sostenibilidad de nuestro entorno y en la lucha contra el cambio climático.