Cuando me pregunto lo que es ser educador, pienso mucho en mi abuela. Mi abuela fue una maestra ejemplar reconocida por muchos como la mejor maestra de cuarto grado en todo Puerto Rico. Esto debido a que se dedicaba a hacer su trabajo y lo llevaba más allá de lo que se suponía. Durante 30 años, se dedicó a enseñarle a grandes y pequeños, adaptándose a las dificultades y diferencias de cada uno. Pienso en ella y veo un reflejo de lo que quiero ser. A la vez, me siento bendecida, ya que mi abuela me educo y me hizo el ser que soy el dia de hoy.
Quisiera que, cuando mis estudiantes me vean, sientan que soy una persona de confianza y de amor. Quisiera que mis estudiantes me vean como un líder cooperativo que pueda ayudarlos sin ninguna excusa, que pueden contar conmigo cuando lo necesiten, y sobretodo, que construyan la habilidad de ser ellos mismos.
Quisiera lograr esto con varias cosas que quiero aplicar a mi salon de clases, como por ejemplo, los juegos teatrales. Hay muchos, pero uno en especifico ayuda un mas a lo que quiero; juegos de improvisación. Estos juegos hacen que la creatividad y confianza de un estudiante crezca, así da pasos seguros y firmes a lo que dicen y actúan.
Mis metas como educadora mayormente son establecer una buena relación estudiante/maestro y lograr que mis estudiantes tengan metas alcanzables que puedan cometer en algún momento de sus vidas. Quiero despertarles interés en lo desconocido y abundar en lo conocido. Quisiera que mis estudiantes llegasen a mi salon de clases y sientan que es un ambiente de respeto y educacion creativa.
Un ser educador es un ser de confianza. Un ser de luz cálida que invita a sus estudiantes a ser mucho más de lo que son en su salón de clases, los invita a prepararse para la vida de maneras distintas para poder lograr lo que deseen en sus vidas. Un ser educador demuestra respeto hacia sus estudiantes y hacia sus compañeros. Una persona que entiende diversidad y se adapta a ella, una persona amable, sencilla, llena de amor y motivacion. El ser educador lleva a conocer a sus estudiantes y adaptarse a ellos como si fuesen sus propios hijos. El ser educador es llevar conocimiento más allá de lo que dice que tenemos que enseñar en nuestra clase, sino también, enseñar lo que hay en nuestro corazón.