EN ALMERÍA, UN AMERICANO NO ES UN CAFÉ

Si vives o visitas Almería no puedes dejar de saborear un Americano.

No, no me digas que lo conoces porque el Americano al que me refiero no es una manera de preparar el café y menos aún es un ciudadano de América del Norte.


Voy a rebelarte de qué se trata, pero con la condición de que no dejes de probarlo. 

El Americano almeriense es una bebida distinta, un cóctel único por su composición, su sabor y su historia… y agreguemos también que por el sitio donde lo podemos saborear: el Quiosco Amalia.

Estoy creando algo más de suspenso… antes de hablarte de la curiosa historia de este combinado o de su composición, te contaré sobre el místico lugar donde se le puede paladear, tanto de pie junto al quiosco o sentados alrededor de una mesa en la plaza Manuel Pérez García, descansando del imperdible paseo que te lleva a descubrir Puerta Purchena y los entrañables edificios que la rodean.

El quiosco Amalia es uno de los lugares tradicionales de Almería, paso obligado si queremos ir desde la ya 

nombrada Puerta Purchena a la Calle de las Tiendas y desde allí visitar, entre muchos otros agradables lugares de hostelería, la famosa Casa Puga, pero será algo que quede para otra invitación a callejear por esta hermosa ciudad del sureste español.

El quiosco Amalia fue fundado en 1889, y se ha convertido en una verdadera institución, ya largamente centenaria, de la ciudad.

Y ahora contemos la leyenda cuyo comienzo tiene como fecha la época de oro de Almería como plató de cine al aire libre, cuando el Spaghetti Western, un subgénero del western estadounidense comenzó a explotar la similitud del Desierto de Tabernas con los paisajes del oeste americano y a beneficiarse de las tres mil trescientos cinco horas al año de luz solar en la provincia, lo que fue un aliciente para los directores cinematográficos entre los que encontramos a Sergio

Leone quién legó al séptimo arte películas inolvidable y hoy actuales como Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio o, El bueno, el feo y el malo por nombrar sólo un director y tres de las más de trescientas cincuenta películas rodadas en éste, único semi desierto europeo.

Y en esta parte de la historia, y conste que no soy yo la que quiero dejarte con la duda respecto a quién fué, comienza a trabarse la escritura porque… sabemos dónde, sabemos que fue en la década de los 70 del siglo pasado pero… no conocemos el nombre…


¿Pudo ser Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Peter O’Toole, Anthony Quinn, Charlton Heston o?…. ¡vaya!, son tantos los actores internacionales que paseaban por las calles que hoy te estoy invitando a recorrer y que se acercaban, después de las jornadas de rodaje,   a este quiosco  que no puedes dejar de visitar, que 

deberemos desistir de descubrir un nombre, y entonces tendremos que quedarnos solamente con el gentilicio e imaginar cuál de todos aquellos grandes del celuloide, que si conocemos por la leyenda que se alojaba algunas veces en el cercano Hotel la Perla, o en otras ocasiones en el desaparecido Hotel Simón de la calle Zaragoza, era el que se acercaba al quiosco para pedir una bebida que él sugirió preparar, legándole así su nacionalidad.


Ya estás deseando saber que es en realidad el Americano para los almerienses… pero sigo con el misterio, perdona pero es sólo para decirte que hasta hace unos años era una bebida que se servía caliente, bueno es poco decir... calentísima,  ideal para el invierno pero que no importaba disfrutar también en nuestro tórrido verano, sin embargo hoy lo podemos pedir caliente o frío, ideal este último para el verano aunque el Americano caliente no ha sido destronado en ningún mes del año. 

Nos está quedando en el tintero un último misterio… encontrar el licor con el que se le prepara y que no es tarea sencilla  si nos alejamos del quiosco Amalia. La receta no es un secreto y si te interesa puedes encontrarla con facilidad, pero sería quitarle encanto a saborearlo en el único lugar donde se puede disfrutarlo en Almería o en España.

No esperes una tonalidad oscura como si fuera el sustituto de un café; lo primero que te sorprenderá de esta bebida es su color rosado y después será su sabor suave y dulce que deja escapar el toque proveniente del alcohol.

El Americano se preparaba con leche caliente (actualmente también fría) y licor de crema de cola a lo cual se habrá ya agregado azúcar y piel de limón y terminado, un poco de canela como decoración.

Hasta puede ser que cuando pruebes uno te sepa a poco, pero recuerda sobre la crema de cola que ésta tiene casi treinta grados.

Ahora sí,  puedo asegurarte que no te arrepentirás de la experiencia y regresarás.


                                ® Graciela Adriana Vera Cotto




Listado de películas filmadas en la provincia en: 

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pel%C3%ADculas_rodadas_en_Almer%C3%ADa




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