probióticosdedesechosdefileteadoras

Hace más de dos años que el Biólogo Mario Romero, Presidente Municipal de La Huacana, Michoacán me pidió de ver alguna solución para los desechos de las fileteadoras de tilapias en las riberas de la Presa del Infiernillo.

La problemática es de por sí grave: por aquellos días se tiraban a cielo abierto arriba de 40 toneladas de desechos de las fileteadoras con la consiguiente contaminación por moscas, malos olores y el peligro constante de alguna epidemia causada por estos desechos.

Le propuse a Mario hacer ensilados ácido lácticos -probióticos- a partir de estos desechos y hacerlo a nivel experimental en una de las muchas fileteadoras que se encuenbtran en la Presa del Infiernillo. Mario aceptó mi propuesta y de inmediato nos pusimos -con mi hija Georgina, 11 años- a preparar el inóculo de bacterias ácido lácticas en la cocina de Mónica -mi mujer- usando los instrumentos que en ella había, digo había pues la preparación del inóculo le costó la vida a la licuadora!

Pasado el lapso de reproducción de las bacterias y cuando elcaldo estuvo listo (20 kg. de bacterias ácido lácticas con bromelina, papaina y bacillus subtilis) me fuí con mi cubeta a La Huacana y de allí a Pueblo Nuevo, en el Infiernillo, a donde me dijeran que había un molino para moler los restos de las fileteadoras suministrado por la Secretaría de Pesca... ¡No era cierto!, elmolino era un molino de martillos, de cualquier manera con él molimos solamente unos cincuenta kilos de pescado -llevaba inóculo para más de 200 kilos- pues el malvado molino comenzó a hechar humo y se paró elmotor.

Con el amasijo resultante y el inóculo que llevé preparé el probiótico al que dejé en una bolsa negra de plástico (dos bolsas) a fines de que las bacterias cumplan su función.

Regresé a los 10 días, abrí la bolsa y probé elresultado... me había pasado de sal ya que la cantidad que puse era para 200/250 kg.

Volví a cerrar la bolsa y me dirigí a La Huacana para informarle junto a Pedro Rangel -mi amigo y gentil chofer cuando ando por aquellos lares- al Sr. Presidente del éxito de la prueba.

Volví al sitio treinta días después en compañía de mi fotógrafa y asistente Georgina; volví a probar el atole de restos de pescado inoculado ya hacía tiempo (seguía salado) que había tomado un mejor sabor, bouquet diría el maestro Arzak.

Esa vez preparamos un tambo de 200 litros utilizando como inóculo el contenido de la bolsa negra. Nunca más regresé aunque sigo con la idea, aunque no con los recursos, de a partir de los probióticos producidos a partir del inóculo preparado por nosotros -Georgina y el que esto escribe- instalar una fábrica de alimentos para peces, puercos y vacas en esa región maravillosa del Infiernillo.

Aquí, apachurrando laliga, una presentación en power point de la propuesta sobre probióticos apartir de desechos de fileteadoras.

Porahora no pudimos pero en cualquier momento podremos!