Recuadros temáticos. El endeudamiento público

A vueltas con la Deuda Pública

Estamos asistiendo a un proceso imparable de ascenso de la Deuda Pública a los primeros puestos dentro del virtual Hit Parade de temas económicos más debatidos y con más repercusión en los medios de comunicación. En los últimos años venía siendo un tema casi olvidado para los países de la OCDE. ¿Por qué la Deuda Pública se ha puesto de moda? Es evidente que, por encima de la crisis de las finanzas públicas derivada de la Gran Recesión (2007), la grave perturbación de la economía mundial en 2020 por la pandemia del coronavirus ha disparado los niveles de Deuda Pública en todos los países.

En este apartado se exponen algunas precisiones para tener una visión de conjunto sobre la situación de la Deuda, con especial referencia al caso español. Estas notas pueden ser consideradas a modo deGuía sobre la Deuda Pública para no perderse

Un tratamiento más completo en nuestra EconoGUÍA: El endeudamiento público y los mercados de deuda

1.- Algunas precisiones iniciales sobre confusiones comunes

    • Hay que evitar confusiones habituales entre la Deuda Pública (el total de deudas del Sector Público, tanto frente a los prestamistas internos como externos) y la Deuda Externa (el total de deudas de un país frente al resto del mundo, tanto si es deuda pública ó del Estado como si es deuda privada)

    • También es fundamental distinguir claramente entre la Deuda Pública y el Déficit Público, aunque estén muy relacionados y una dependa del otro. Por tanto,

    • Hay que tener en cuenta que la Deuda es una variable-fondo ó variable-stock por lo que dependerá de los “flujos” de saldo fiscal (déficit o superávit anual) de los que se alimente. Si se produce un déficit presupuestario ó fiscal (flujo) y se recurre a financiarlo mediante deuda pública la cuantía de su stock se elevará. En consecuencia, la deuda existente en un momento dado dependerá de los déficits incurridos en los períodos precedentes, es decir, es un fondo que se alimenta de los flujos anuales.

    • Sin embargo los intereses que hay que pagar por la deuda dependen no del déficit de ese año sino de la cantidad de deuda existente hoy que se ha ido originando en el pasado, es decir, dependen de los déficits de años anteriores.

2.- ¿Por qué crecen hoy los déficits fiscales?

Con ocasión de la crisis que se origina en 2007, los déficits públicos de las economías europeas, en principio bien controlados hasta ese momento por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), comienzan a alcanzar niveles sin precedentes. Posteriormente vuelven a mostrar niveles más contenidos hasta llegar a la gran crisis del coronavirus en 2020 que obliga a mantener congelada la economía mediante un endeudamiento sin precedentes.

¿Por qué crecen los déficits fiscales?

Hay claramente 2 causas que se refuerzan mutuamente ante un ciclo recesivo para hacer que las cifras de déficit se disparen:

1. FUNCIONAMIENTO DE LOS “ESTABILIZADORES AUTOMÁTICOS”

Aquí las autoridades económicas no tienen que tomar medidas especiales: sólo tienen que ser permisivas y tratar de no entorpecer el funcionamiento de los llamados “estabilizadores automáticos” de la economía que tienen un doble efecto en favor de la suavización de la recesión:

    • Por el lado de los ingresos: ante la menor renta nacional se producen automáticamente unos menores ingresos fiscales tanto de las empresas, que disminuyen su tributación por la disminución de sus beneficios, como de los consumidores a quienes la recesión les hace reducir su renta disponible (en parte por el aumento del paro) y su gasto en la compra de bienes y servicios con lo que disminuye también la recaudación pública por la tributación directa y también por la indirecta.

    • Por el lado de los gastos, ya que toda la batería de gastos de protección social disponible en las economías de bienestar adquiere una velocidad acelerada (un buen ejemplo es la prestación por desempleo) cuando, hasta ese momento, funcionaba a velocidad de crucero.

De todas formas, ambos casos ayudan a una suavización de la caída de la renta disponible de la economía que, sin estos mecanismos, sufriría una contracción aún mayor.

En resumen, sin hacer nada, el déficit aumenta de forma significativa por la entrada en acción de los estabilizadores automáticos.

2. ACTUACIÓN BELIGERANTE DE LAS AUTORIDADES ECONÓMICAS,

que se afanan en aplicar políticas de reactivación de la demanda mediante el aumento del gasto, en aplicación de políticas anticíclicas, con el consiguiente aumento del déficit fiscal. Es lo que han aplicado todos los gobiernos con ahínco en los años 2008 y 2009, incluyendo el gobierno de EE.UU, siguiendo las recomendaciones keynesianas formuladas en su día, y es lo que están haciendo en 2020 todos los gobiernos ante la paralización provocada por la pandemia del coronavirus.

3.- Datos de déficit y deuda

Pro memoria:

Composición del “SECTOR PÚBLICO” en España:

  • Administración Central

  • Organismos Autónomos de la Administración Central

  • Seguridad Social

  • Comunidades Autónomas

  • Corporaciones Locales (Ayuntamientos)

Límites establecidos por el PEC (Plan de Estabilidad y Crecimiento) europeo:
  • Déficit: 3 % del PIB

  • Deuda Pública: 60 % del PIB

FUENTE de los gráficos: Boletín estadístico del Banco de España
DATOS DE DEFICIT Y DEUDA: Cuadro del Banco de España aquí
DATOS detallados sobre Deuda Pública. Estadísticas mensuales del Tesoro
DATOS comparativos países UE. Eurostat

4.- ¿Cómo puede financiarse el déficit?

Hay varias opciones:

1. Actuar por el lado del gasto, recortando el gasto público y reduciendo así el déficit fiscal. En el presente contexto esta opción es problemática porque precisamente partíamos del objetivo contrario: aumentar el gasto para conseguir el sostenimiento de la demanda. Una reducción brusca del gasto conlleva efectos indeseados sobre la actividad... por lo que la reducción deberia tener un ritmo muy medido.

2. Actuar por el lado de los ingresos aumentando los impuestos. La subida de impuestos es algo a lo que son alérgicos los políticos y, además, iría en contra del sostenimiento de la demanda ya que conlleva una pérdida de renta disponible y su consecuente efecto negativo sobre la demanda que justamente se quiere apoyar.

3. Creando dinero, mediante la expansión monetaria que se produce al recurrir al Banco Central (la llamada "monetización del déficit"). Es una posición “de facto” que conduce a una situación inflacionista de desastrosas consecuencias para la economía. Ha sido muy común, incluso en Europa, hasta su taxativa prohibición por las autoridades monetarias europeas ante la llegada del euro. En España se llamaba “apelación al Banco de España” y era una partida que figuraba como tal anualmente en los Presupuestos del Estado.

Realmente la inflación es una forma de financiar parcialmente la Deuda Pública puesto que la devolución del principal a su vencimiento supone para el Tesoro una cantidad, en términos reales, menor que la recibida en su momento debido precisamente al efecto de la inflación...

4. Buscar un endeudamiento a través de la emisión de Deuda Pública, que es una forma de financiarse a través de los mercados. Esta es la opción que mayoritariamente se elige para la financiación del déficit público en momentos de recesión.

5.- ¿Qué efectos económicos tiene la deuda pública y su financiación?

1. Es un diferimiento del problema en el tiempo y, a veces, un agravamiento porque hay que pagar en los próximos años unos intereses que a su vez habrá que financiar.

2. Supone una penalización hacia los gobiernos futuros e incluso hacia las generaciones futuras a las que se obliga, de forma coactiva (pues no tienen ninguna capacidad de decisión) a financiar (con mayores impuestos y/o con menores prestaciones sociales) a la generación actual.

3. Significa un aumento de la carga fiscal para los futuros presupuestos nacionales por el efecto que tendrá el pago de intereses de la deuda que hemos mencionado.

4. Al acudir a los mercados la emisión de la Deuda tiene varios otros efectos:

    • El conocido efecto “crowding out” ó “efecto expulsión” ya que en la captación de financiación en los mercados el Sector Público compite deslealmente con el sector privado productivo, que es quien realmente genera actividad, crecimiento y empleo pero que se ve imposibilitado para mantenerse en igualdad de condiciones frente a la solvencia y liquidez de las emisiones de deuda soberana por parte, por ejemplo, de un Estado desarrollado, al que por principio se considera “inquebrable”. Este es probablemente el efecto más importante.

    • Efecto sobre los tipos de interés del mercado

    • Como estamos viendo recientemente, también hay un efecto sobre las expectativas de solvencia del país y, por tanto, sobre el conjunto de la economía y sobre sus empresas que se ven perjudicadas en sus costes de financiación. En este sentido, un volumen de Deuda excesivo puede afectar a la consideración de la solvencia del país.

Esta fue precisamente la situación que se vivió en Europa con ocasión del problema de la deuda griega. En estos momentos, la decidida intervención del BCE facilitando financiación ilimitada ha roto el maleficio de la confianza de los mercados y ha asegurado una solvencia momentánea de los Estados europeos como muestran los bajos niveles de la prima de riesgo de los países miembros, acordes con tipos de interés en mínimos.

6.- ¿Cómo se financia la deuda?

Instrumentos de financiación en el caso español:

7.- ¿Cómo se puede medir la solvencia de un país?

Hay varios enfoques, sin tener que limitarse a recurrir al fácil y simplista método de mirar sólo las calificaciones de las agencias de rating (CONSULTAR las de las principales agencias, Moody´s, Fitch y S&P). (Para no perderse en la nomenclatura de estas calificaciones véase nuestra tabla)

1. Lo más inmediato es considerar los ratios de su endeudamiento (Déficit público anual y stock de la Deuda pública existente).

Pero ¿cuál es el nivel adecuado?

El propio PEC (Pacto de Estabilidad y Crecimiento) establece, continuando con los criterios ya marcados en el Tratado de Maastricht, unos topes máximos tolerables en relación con el PIB: un 3% para el déficit y un 60% para la Deuda (aunque en su formulación inicial el PEC no recalcaba el ratio de Deuda, lo cual resulta poco entendible…). Ambos límites son aplicables en “situaciones normales” pero el mismo PEC contempla sobrepasar esos límites en casos de recesión para poder utilizar así las ventajas de las políticas anticíclicas. Esto sí, cuando no se cumplen los límites, se abre un expediente llamado “procedimiento de déficit excesivo” que supone una estrecha vigilancia sobre el país.

2. Adicionalmente, hay que sopesar otros aspectos que inciden en esos ratios, como:

    • las orientaciones generales de la política económica,

    • la evolución de las variables macroeconómicas como el crecimiento y sus desequilibrios internos y externos

    • y algo que nosotros consideramos crucial como es la propia credibilidad de la economía a través de la credibilidad de los agentes económicos en su conjunto.

¡Ojo! No sólo nos referimos al gobierno pues el gobierno no es quien genera directamente la producción y la renta sino todos los agentes económicos (empresas, trabajadores, consumidores, inversionistas…) y el conjunto del marco institucional que es quien en definitiva configura la capacidad competitiva de la economía: las organizaciones políticas, con la oposición a la cabeza, en la medida en que son “policy makers” de la economía, y el resto de instituciones, sin excluir una institución tan esencial como el sustrato cultural de los ciudadanos alineado proactivamente con el correcto funcionamiento de la economía y su desarrollo

3. Hacer un seguimiento de la solvencia a través de los tipos de interés del mercado de deuda pública. La razón es sencilla: se asume que un tipo más alto correlaciona con más riesgo y, por tanto, con menos solvencia de la deuda del país en cuestión.

Como los valores de los tipos son una medición absoluta que va perdiendo significación (aunque se evalúe en términos reales) en medio de los mercados turbulentos actuales, se utiliza mejor una medición relativa, esto es, referenciando los tipos de la deuda de un país a los tipos de la deuda alemana, en particular al bono alemán, que se considera el más estable y asume así la función de patrón de medida. Por ello se ha extendido el uso del concepto de “spread (diferencial) respecto al bund alemán” (generalmente el de 10 años) que pasa así a ser una medida de la solvencia de la deuda por parte de los mercados, considerándola así como la prima de riesgo en la que se incurre.

4. Relacionada con esta medición de la solvencia a través de los tipos de mercado de la deuda, se ha extendido también el seguimiento de los CDS (Credit Default Swaps, que el Banco de España traduce como "permuta de riesgo de crédito"), hoy sin la importancia de hace pocos años.

¿Por qué? Se ha pensado que, al ser básicamente unos seguros contra el impago de deudas en general, en este caso como cobertura de riesgos por el impago de un bono público, resultarían ser un excelente indicador del propio riesgo de la deuda pública ante su insolvencia.

No es este el sitio para extendernos en este instrumento que fue en su día uno de los más saludados como exponente de la innovación financiera en derivados de estos últimos años, pero que ha suscitado luego una gran polémica por sus características técnicas y el peligro de ser utilizado como instrumento especulativo de ataque de deuda de algunos países (no es lejano el caso de su uso contra Grecia y otros países europeos).

Hay que recordar que son productos negociados OTC (Over The Counter), con lo que no son objeto de negociación en un mercado oficial organizado. Se les hace también responsables de la caída en 2008 de AIG.

8.- ¿Cuáles son las perspectivas de la deuda?

El futuro de la deuda está muy ligado al funcionamiento del resto de la economía, que a su vez se ve condicionada a la evolución de la propia deuda. Pero la deuda se gestiona mediante el manejo del déficit (política fiscal) y éste depende de sus 2 componentes principales:

1.- La parte inducida por la propia política fiscal de ingresos y gastos: los gobiernos tienen aquí un margen de maniobra bastante más reducido del que se proclama, dadas las restricciones a las que están sometidos

2.- La parte autónoma pero más importante para la reducción del déficit: la propia evolución de la economía cuyo crecimiento es el factor más importante de disminución del déficit.

Por ello resulta muy difícil la recuperación de la deuda si no se logra en los próximos años un importante crecimiento de la economía para que actúen a pleno rendimiento los estabilizadores automáticos pero ahora en sentido inverso (mayores ingresos y menores gastos). Como sabemos, sin embargo, la anomalía que representa la actual crisis de la pandemia, tanto por su intensidad como por las incertidumbres sanitarias que plantea (fuera del ámbito estrictamente económico) añade escepticismo a la problemática disminución del déficit y con él de la deuda.