El trastorno relacionados con el consumo de alcohol se relaciona hasta cierto punto con aspectos hereditarios. Los familiares directos de los alcohólicos son más propensos a padecer trastorno asociado al consumo de alcohol que la población general y dicho trastorno se desarrolla con mayor probabilidad en los hijos biológicos de los alcohólicos que en los adoptados.
Algunas investigaciones sugieren que las personas con riesgo de trastorno por consumo de alcohol se intoxican con menos facilidad que las no alcohólicas. Es decir, su cerebro es menos sensible a los efectos del alcohol. Los familiares directos de los alcohólicos pueden tener esta característica.
Ciertos entornos y rasgos de la personalidad pueden predisponer a una persona a padecer un trastorno por consumo de alcohol. Los alcohólicos suelen provenir de familias desestructuradas, y con frecuencia las relaciones con sus progenitores están alteradas. Los alcohólicos tienden a sentirse aislados, solos, tímidos, depresivos u hostiles. Pueden exhibir comportamientos autodestructivos y ser sexualmente inmaduros. No se sabe con certeza si tales rasgos son la causa del trastorno por consumo de alcohol o su consecuencia.