El pretest permitió evidenciar que los estudiantes tenían conocimientos iniciales limitados y en algunos casos incorrectos sobre las aves locales, sus características y su importancia ecológica. Este diagnóstico confirmó la necesidad de implementar un material educativo contextualizado que respondiera a los vacíos conceptuales y actitudinales detectados.
La implementación del Capítulo Azul demostró que 7 de las 12 actividades desarrolladas promovieron la observación, la indagación y la participación activa. Las rúbricas evidenciaron que las actividades contextualizadas y vivenciales fueron las más significativas, validando el material como una herramienta pedagógica útil para la enseñanza de la biodiversidad en contextos rurales. Sin embargo, fue necesario modificar y adaptar 5 de las actividades para que se ajustaran a las características del contexto y respondieran mejor a los aprendizajes de los estudiantes
El postest mostró avances notables en el reconocimiento de aves locales, sus hábitats y las acciones de conservación. Los estudiantes lograron mayor precisión en la identificación de especies y expresaron actitudes más responsables hacia el entorno, evidenciando un impacto positivo del material educativo en el fortalecimiento del aprendizaje ambiental.