Capítulo 13

Cuando la luz de la habitación se encendió, me tapé los ojos inconscientemente. Pero entonces, de repente sentí que me levantaban, encontrando que esta acción era bastante brusca.

Sacudí la cabeza con fuerza al abrir los ojos. Levanté la mirada y vi a Rhine mirándome. La luz reflejada desde el fondo de su nariz formaba una profunda sombra debajo de sus cuencas oculares, lo que hacía que sus ojos lucieran extremadamente terroríficos. No hay duda de que sacaría su pistola en este instante y me dispararía con ella.

Sin embargo, en este momento, no sé qué hice para enfurecerlo. ¿Podría ser porque fui a ver al tritón con Davis?

Rememoré sus advertencias y su previo intento fallido de violarme, y no pude evitar sentirme asustado. Apreté mi agarre sobre la ropa de cama mientras mantenía mi expresión facial relajada y tranquila. —Oye amigo, ¿qué pasa con esa expresión tan amargada y estreñida en tu rostro? ¿Comiste algo que te revolvió el estómago?

Antes de que apenas pudiera terminar mis oraciones, agarró el cuello de mi camisa, jalándome hacia arriba y dejando mi cuerpo suspendido en el aire. Rhine me contempló ferozmente, una expresión de entusiasmo por tragarme en su estómago. Exhaló profundamente su aliento caliente en mi cara, del cual incluso pude oler una intensa represión de ira. El sueño desapareció de inmediato como humo en el aire. Le devolví la mirada a Rhine, fulminándolo y sintiendo dificultad para respirar con mi cuello siendo ahorcado en el aire, pero no estaba dispuesto a mostrar rastros de timidez y que se volviera a aprovechar de mí.

—¿Qué te volvió loco, bastardo? ¡Ni siquiera estaba completamente despierto todavía! —Lo regañé con enfado en tanto intentaba sacar sus dedos, liberar la restricción. Rhine no continuó ejerciendo su fuerza, lo que de repente me hizo aterrizar de nuevo sobre la cama, mis nalgas heridas aterrizando directamente sobre el duro tablón de la cama. El dolor me hizo acurrucarme inmediatamente en una posición parecida a un camarón, aullando sin cesar miserables chillidos.

Rhine capturó mi muñeca y me obligó a levantar la mirada. Su firme rostro estaba claramente lleno de remordimiento y negativa. —¡Te lo advertí, Desharow! Te advertí que no te acercaras a ese peligroso tritón... Nunca pensé que sucedería, Dios mío, ¡primero deberías calmarte!

—¿Calmarme? —La actitud de Rhine en este momento era como tratar con un paciente mental lo suficientemente inestable como para suicidarse en cualquier momento, lo que me hacía sentir extremadamente suspicaz y desconcertado.

Toqué mi trasero dolorido e hice una mueca de dolor. Le entorné los ojos y dije: —Por Dios, ¿qué quieres decir con "calmarme"? ¡Fuiste tú quien me hizo esto!

Rhine obviamente quedó impactado. Aproveché esta oportunidad para soltarme de su agarre y, con agonía, salí de la cama. Pero justo cuando mis pies tocaron el piso, el dolor de mi zona lumbar casi me hizo caer de rodillas. Rhine tiró mi espalda hacia arriba para inclinarme sobre la cama. Con mis dos piernas sintiéndose débiles e inútiles, solo pude auparme aferrándome de la barandilla de la cama, y ​​como un anciano, me apoyé sujetando mi propia espalda, —Maldita sea, cómo podría doler tanto...

—¿No sientes nada más que dolor? ¡Desharow, estás actuando inusualmente calmo!

La mano de Rhine me pellizcó cruelmente la mandíbula, y sus dedos ejercieron una fuerza brutal, como si trataran de dislocarla. Fui incapaz de evadir su duro agarre, haciendo que el borde de mis ojos se enrojeciera de dolor. Estaba extremadamente encolerizado hasta el punto en que no podía tranquilizarme. Pateé el tablón de la cama sin piedad, golpeándolo contra la pierna de Rhine mientras gritaba simultáneamente: —¡Loco! ¡Eres un demente! ¡Sal de aquí, y mantente lejos de mí!

Inesperadamente, Rhine no trató de esquivar en absoluto. Para él, el impacto del duro tablón de la cama solo se sintió como una esponja. Se quedó firmemente en el mismo lugar, sin siquiera moverse. Su palma de repente se estrelló en la cama, como si se diera cuenta de algo. Su expresión pronto se calmó y guardo silencio por un rato antes de abrir la boca, —Desharow, dime que no estás haciendo esto a propósito y que en realidad es solo amnesia... amnesia temporal, ¿verdad? 

¿Amnesia temporal?

Esas palabras me tranquilizaron de inmediato. Así es, mis recuerdos ciertamente han estado un poco defectuosos últimamente. Quizás Rhine sabía lo que sucedió durante ese período de tiempo perdido.

Asentí. —Creo que sí. Rhine, sabes lo que he olvidado, ¿no? También obtuve mis heridas en ese momento, ¿cierto?

Rhine no me respondió. Su mano al parecer se enroscó con más fuerza sobre el tablón de la cama, haciendo que la sábana encima formara profundos pliegues. Su rostro retorciéndose en expresiones monstruosas y extrañas, como si recordara algo que lo enfurecía. Apretó la mandíbula con fuerza, una porción de rojo se extendió desde la raíz de sus orejas hasta sus pómulos. Su respiración era inconteniblemente errática, al parecer sintiendo una ira extrema, mas al mismo tiempo era como si estuviera abrumado por una indescriptible lujuria.

Me contempló detenidamente, sus ojos se deslizaron por mi cuello y se quedaron merodeando sobre mi cuerpo. La manzana de Adán que subía y bajaba en su garganta indicaba la deglución de saliva. La piel de gallina apareció en todo mi cuerpo, estiré la mano rápidamente para agarrar mi cuello un poco abierto y grité mientras fruncía el ceño, —¡Rhine!

—No, no lo sé. —Rhine tardó mucho en responder, su voz sonando inusualmente ronca.

El tipo de reacción que mostró fue como algo que venía tras ver una película porno. No pude evitar sentir náuseas, queriendo de vomitar por ser observado atentamente por él. A pesar de saber que Rhine debe haber sabido algo, no me atreví a seguir preguntando porque intuitivamente sentí que el estado de ánimo actual de Rhine estaba muy inestable, que podría hacer algunas cosas extremas en cualquier momento, y que la víctima al final solo sería yo.

Si eres inteligente, si sabes lo que es bueno para ti, cállate obedientemente. Inevitablemente, en el futuro habrá una manera de comprender por ti mismo la totalidad de todo.

—Pero la cámara de seguridad lo sabe. Lo que sucedió anoche, lo puedes ver en esto. —Rhine dijo de repente mientras sacaba un disco duro negro del bolsillo de su pantalón. Lo lanzó sobre la cama, y exprimió reaciamente unas cuantas palabras—. Velo por ti mismo. La computadora está allí sobre la mesa.

Lo recogí en mi mano mientras me maravillaba. Mi corazón acelerando levemente, las palpitaciones se elevaron inexplicablemente como si tuviera la sensación de que estaba a punto de ver algo horrible e inefable. Había una voz en mi cabeza que gritaba desesperadamente: ¡Tíralo, tíralo, no mires Desharow, o te arrepentirás!

Pero cuanto más fuerte se volvía la voz, más curiosidad desarrollaba. En la lucha entre estos sentimientos en conflicto, me obligué a encender la computadora y conectar el disco duro.

La escena en la grabación de video saltó lentamente unas cuantas veces, solo diversos puntos siendo reproducidos hasta que, poco a poco, todo se aclaró. Vi las sombras de dos personas en la esquina inferior derecha de la pantalla: éramos Davis y yo. Estábamos hablando frente a la puerta de cristal transparente. Recordé a Davis discutiendo conmigo su hipótesis de que el tritón estaba en celo.

Unos minutos después, como lo había recordado, vi al tritón detrás de la puerta de cristal y a mí mirándolo directamente. En ese momento, nuestros cinco dedos estaban presionados entre sí con el cristal entre nosotros.

Escuché que la respiración de Rhine se intensificaba a mi lado. Dio zancadas hasta la ventana, y le dio un fuerte golpe. Mi corazón latía violentamente, observando con los nervios apretados la escena de mí y el tritón.

Toc, toc, toc.

La puerta de repente fue golpeada.

De hecho, me sentí bastante aliviado y dejé escapar un suspiro. Rhine se acercó rápidamente y sacó el disco duro, como si tratara de proteger esto contra la persona que estaba entrando. Después de eso, fue a la puerta y la abrió.

Detrás de la puerta apareció una mujer joven desconocida y de aspecto competente, vestida con la bata blanca de una investigadora y con una insignia de oficial de plata fijada a su pecho. Detrás de ella había hombres altos vestidos como soldados. Verlos me dejó aturdido por tanta disposición de tropas y arsenal. Rhine también parecía estar sorprendido mientras preguntaba, —¡Coronel Sakarol! Por qué está...

—Llámame doctora aquí, mi querido Rhine. —La mujer sonrió y me tendió la mano, sus ojos llenos con el brillo de la resolución rigurosa—. Este debería ser el pequeño Wallace de San Petersburgo. Hola, soy Sakarol, la decana del Instituto de Investigación Biológica Mística en San Petersburgo, y también la séptima coronel de la Armada de Rusia. Es un placer conocerte.

¡Qué mujer tan extraordinaria! La admiro absolutamente desde el fondo de mi corazón.

—Hola... —tomé la mano de Sakarol, respondiendo a su introducción muy disuasiva con una vacilante y murmurante respuesta—. Hola, soy Desharow Wallace, un estudiante de biología de último año en la Academia Marítima de San Petersburgo. Dra. Sakarol, ¿cómo le va?

Sakarol asintió, un poco ansiosa, pero su tono no sonaba sorprendido. —Sr. Desharow, quiero entender algo de ti. Anoche nuestro grupo de investigadores fue terriblemente atacado por ese tritón cuando intentaron acercarse a él, dejando a Davis en un estado de inconsciencia. No sabemos de nadie aquí que pueda acercarse al tritón —sacó una pequeña caja negra de su bolsillo—. Antes de que Davis entrara en un estado de comatoso, había declarado que el tritón probablemente estaba en celo y que solo tú puedes comunicarte con él. ¿Es verdad lo que dijo? Si es así, realmente esperamos que puedas asistirnos a aparear al tritón.

Los nervios en mi cerebro de repente saltaron con un pulso, e inmediatamente adiviné, —¿Aparear? ¿Podría ser que atraparon a una sirena?

Sakarol negó con la cabeza. —Es una especie clonada. Este instituto de investigación una vez logró obtener una. Sin embargo, la vitalidad de la sirena hembra era muy débil y frágil. Sobrevivió solo durante unos días antes de morir. También se espera que esta especie clonada sobreviva en el período de solo un año. A partir de hoy, solo le queda una semana más de vida.

—¡Lo haré! —respondí sin pensar, ocultando la emoción en mi corazón. Ver con mis propios ojos y asistir el proceso reproductivo de una sirena es algo que vale la pena. Además, esta es una oportunidad para corregir la tendencia de Agares a elegir el compañero de apareamiento equivocado, y así desviar su atención de mi cuerpo humano masculino...

Cuando esta idea pasó por mi mente, una indescriptible fluctuación fisiológica surgió repentinamente desde la parte inferior de mi cuerpo. Sentí que los músculos de mis nalgas se tensaban, mis mejillas hirviendo con pequeñas gotas de sudor rezumando de mi frente. La fuerte sensación de vergüenza que llegó de la nada me oprimió los nervios, haciéndome sentir avergonzado e incapaz de mostrar mi rostro. Inesperadamente, nació la urgencia de escapar.

¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy así?

Me sentí mareado. En el infundado núcleo de lo desconocido, siento a algo mojado y resbaladizo tocándome el espacio entre las piernas, ambas debilitándose justo después.

A... ga... re... s...

—¡Desharow, Desharow!

Mi cuerpo tembló al despertar de este estado mental embrujado, y me encontré inclinado contra Rhine.

—Sr. Desharow, ¿qué te pasa? Tu cara está bastante roja. ¿Tienes fiebre?

Sakarol midió la temperatura de mi frente con preocupación. Rhine me agarró el brazo con fuerza, y dijo en un tono bajo y serio, —Coronel Sakarol, como su mentor, me opongo firmemente a que Desharow, en su condición actual, ayude a asistir el apareamiento del tritón. Sugiero esperar a que Davis se despierte.

Aparté mi cuerpo de sus brazos con dureza. —No, no me quiero perder esta oportunidad.

—¡De ninguna manera! —Rhine levantó la voz decididamente en negativa, sus puños estaban apretados con restricción, exponiendo sus anchos músculos y los tendones en sus brazos. Sabía que, si no hubiera nadie aquí en este momento, ya me habría oprimido usando su fuerza militarmente entrenada.

Desafortunadamente, Sakarol, esta oficial de alto rango, parecía ser su superiora directa y no podía desobedecer sus órdenes.

Me escondí detrás de Sakarol, levanté provocativamente mi dedo corazón hacia Rhine, y articulé en silencio: "Púdrete". Fui a buscar mi chaqueta cortavientos junto a la cama y me la puse. —Dra. Sakarol, me gustaría asistir al tritón en el apareamiento.