QUIJOTE EN CLAVE DE COMEDIA DEL ARTE
La historia de don Quijote es harto conocida. Alonso Quijano, embelesado por los libros de caballería, adopta el nombre “don Quijote de la Mancha” y sale al mundo en busca de aventuras, en una época en la que los caballeros andantes no son más que una leyenda antigua. Una serie de personajes muy pintorescos se le opone una y otra vez, obligándolo a volver a su casa.
El Quijote es un texto editado a comienzo del 1600, cuando por toda Europa los Comediantes del Arte recorrían pueblos y ciudades llevando sus tramas (a menudo derivadas de cuentos o poemas muy populares), pero sobre todo sus “tipos”. El capitán fanfarrón, el siervo bobo o astuto, el docto socarrón, la joven enamorada, la sierva patrona, junto con personajes alegóricos como representantes del clero, del poder temporal y hasta la misma muerte, calcaban las tablas y entrelazaban sucesos.
En esta puesta tal clima cultural es bien tenido en cuenta: de ahí la inspiración en los “tipos” de la Comedia del Arte y la idea de relanzar las máscaras, en sus aspectos grotescos y satíricos, como “detonadores teatrales”.
Que el mismo Cervantes respirara esta cultura teatral lo testimonia su propia novela, con la aparición repentina de carretas de cómicos, titiriteros, pero también con sus personajes. Los aspectos satíricos de cada uno de ellos remiten sin duda a un cierto tipo de comedia, la “comedia humana”, donde abundan inconmovibles motivaciones, profundas contradicciones, altisonantes disonancias. Hacer hincapié en esta lectura del Quijote significa poner en evidencia la comedia sin fin de la humanidad en su tejido social y relacional: mi razón, la tuya, la de los demás; ¿de quién es la locura? ¿Y la verdad?
Nahuél Cuadrelli Lozano (Quijote)
Fernando Bender (Sancho)
Hermes d'Henares (Bachiller)
Checho Castrillón (Prelado)
Lucía Sempértegui (Ama)
PH Carolina Jaramillo