Luis Carlos Martín Jiménez

Filósofo español nacido en Nava del Barco (Avila) en 1967, investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno, profesor en el I.E.S. Cañada Real, y doctor en filosofía con la tesis defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, titulada El valor de la Axiología. Crítica a la Idea de Valor y a las doctrinas y concepciones de los valores desde el materialismo filosófico, realizada bajo la dirección de Gustavo Bueno Sánchez. Ha escrito una Filosofía de la técnica y de la tecnología, (Pentalfa, Oviedo 2018). El mito del capitalismo. Filosofía de la moneda y del comercio, (Pentalfa, Oviedo 2020) y La esencia del Derecho. Filosofía materialista de las categorías jurídicas, (Pentalfa, Oviedo 2021). Participa asiduamente en las actividades promovidas por la Fundación Gustavo Bueno, y forma parte del Consejo Asesor de la segunda edición (2017-) del Diccionario filosófico de Pelayo García Sierra.


Luis Carlos Martín Jiménez en El Catoblepas

Luis Carlos Martín JIménez en filosofia.org

Luis Carlos Martín Jiménez en el presente curso:

Jueves, 21 de julio 2022

9.00 a 11.00 h Núcleo y límites del materialismo filosófico


Con los Ensayos Materialistas se inicia de modo riguroso un enérgico sistema filosófico. Las tesis básicas de su ontología definen su posición frente al resto de sistemas filosóficos, por lo que cualquier debilidad en su nervio dialéctico lo condenan a ser neutralizado por alguno de ellos, y por tanto, a la indefinición y al fracaso.

Esto es lo que hace que sea la “práctica dialéctica actualista”, su mismo ejercicio crítico, el que mantenga activo su curso histórico como institución reconocible respecto del resto de instituciones filosóficas.

La evaluación de esta práctica institucional es la que nos interesa a “50 años” vista de su origen. Principalmente porque tal ejercicio “pragmático” es indisociable de sus posiciones semánticas y cualquier distorsión o intromisión de ideas opuestas al mismo lo condenan a su crisis y desaparición.

Si nos interesa medir el momento tecnológico de la institución, es decir, su ejercicio crítico frente al resto de sistemas contra los que se construye, es porque pensamos, frente a sus críticos, que el momento nematológico sobre los fundamentos de la institución, nos parece que está asegurado, como demuestra el enlace entre dos textos a cincuenta años vista:

“3. Clases de fundamentos desde la ontología del materialismo filosófico: Los fundamentalismos quedan desde luego, en este sistema, descartados del ámbito M de la Ontología general. Cabría achacar a la filosofía alemana, desde Schelling hasta Heidegger, la “confusión” entre la ontología general y la ontología especial en el momento de tratar del fundamento (Grund). Porque en este ámbito M no se reconoce morfología alguna. Por ejemplo, M no puede contener un fundamento primero, como pudiera serlo el Uno de Plotino, que reabsorbiese a todos los demás. Sin embargo, cuando M lo consideramos, no en sí mismo, sino en sus correspondencias en Mi , tendría algún sentido hablar de fundamento, tanto en la perspectiva del regressus (de Mi a M) como en la perspectiva del progressus (de M a Mi ), si bien estos fundamentos habrían de entenderse en su estado límite, propios de la clase vacía, y por tanto como puras ideas lógicas establecidas a través de E. En el regressus, en la medida en que se producen, por la negación de toda proyección en M, de morfologías tomadas de Mi (en M no cabe hablar de vacío, ni de agujero negro, ni de espíritus angélicos). En el progressus cabe utilizar la idea de M como límite revertido para reinterpretar determinadas morfologías hipotéticas de Mi (del tipo “aleta continua”, de Balfour; remitimos a Ensayos Materialistas, pág. 290), o bien morfologías cosmológicas, en el apeiron de Anaximandro o en la idea de una nebulosa o plasma originario (de Kant o de Spencer).” (Ensayo sobre el fundamentalismo y fundamentalismos. El basilisco, nº 44)