Los padres del autor siempre habían querido adoptar un niño o niña que lo necesitase para formar una familia, y habían iniciado los trámites para ello. Al informarse de los plazos tan largos para optar a ello, decidieron intentar, al mismo tiempo, el método "tradicional" de tener niños y... voalá! Álvaro llegó tan rápido que ni habían terminado el curso pre adoptivo!
El proceso de adopción quedó en suspenso ante un embarazo biológico, y continuó cuando Álvaro cumplió un añito. Ya entonces siempre acompañaba a sus papás a todos los organismos y lugares necesarios para hacer las gestiones y conseguir los documentos. Así que él también lleva esperando la asignación de un hermanito o hermanita en adopción desde siempre...
¿QUÉ ES LA ADOPCIÓN INTERNACIONAL?
La adopción internacional es un recurso excepcional y permanente para los niños que, por diversas razones, no pueden ser cuidados por su familia definitivamente. No es la solución para todos los huérfanos, los niños pobres o para los niños cuyas familias tienen problemas para cuidarlos y educarlos adecuadamente, sino sólo para aquellos cuyo interés superior exige una solución permanente fuera de su familia, solución que no ha podido ofrecérsele en su entorno más cercano .
La adopción internacional es otra forma de formar una familia, y es una forma permanente. Los hijos van a tener los mismos derechos que un hijo biológico, y la adopción es irrevocable, es decir, es para siempre, como la paternidad y maternidad biológica.
En la adopción internacional lo más importante es EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. A pesar de la importancia de los padres, tanto el proceso, como la regulación y la intervención de los diversos agentes, está justificada para atender a los intereses del niño de forma primordial y a sus derechos fundamenta les. No se trata de "curar" con un niño adoptado los problemas de infertilidad de una familia, ni es la última opción de quien no puede tener hijos bilógicos. En la adopción, a diferencia de la filiación biológica, el niño ya existe y ha sufrido una separación de su familia biológica/entorno, y todo el proceso se justifica por su derecho a tener una familia, y no por las necesidades o expectativas legítimas de quienes lo adoptan. Es esencial que las familias que se ofrezcan para adoptar hagan suyo este principio y se esfuercen permanentemente en ponerse en el lugar del niño: el tiempo que lleva esperando, su vivencia de verse separado de su entorno biológico, un abandono..., la importancia de que se encuentren para él los padres adoptivos que mejor respondan a sus necesidades, el reto de adaptarse a su nueva familia, aprender a quererla, acostumbrarse a otro país, etc.