Victoria Jardin

SECRETO


Mi hermosa casa está construida bajo los huesos de mis antepasados. ¿Como lo sé? Porque asesiné a su asesino. Recuperé mis tierras como quien recupera su sombra. Rescate sus cráneos y huesos envueltos en las mismas ropas de las viejas fotografías que conservo y atesoro en lágrimas.

Él, me confesó donde puso cada cuerpo con la gracia del asesino a sangre fría. Su sonrisa amarilla al relatar cada muerte mientras masticaba un gran trozo de carne y bebía vino fue oír los gritos y las suplicas de los muertos de esta casona. Disimule mi furia en una mueca sonrisa incomoda. Esa misma noche sepulté su cuerpo en la lejanía. Volví a mis tierras con el cansancio de la venganza. Cabe y cabe cada tumba sin nombre. Reuní cada hueso de cada muerto. Mis ojos de tierra, cansancio y sollozos me acurrucaron junto a los esqueletos de mi familia. Dormí. A la mañana siguiente, bajo del árbol más frondoso del terreno, cabe cinco nuevas tumbas para ellos. Algunas prendas aun conservaban dentro de sus bolsillos mis valiosas herencias. Del delantal de mi amada abuela, una pequeña cruz de madera petrificada se posó sobre mis hombros y caí sobre su esqueleto con los brazos abiertos. Siete monedas de oro escondidas en los zapatos de mi abuelo fueron el pago a mi venganza. Una carta estropeada y casi molida que nunca leeré yacía oculta en el calcetín de mi madre.  Un cortapluma de madera roja e intacta detenida en el tiempo ocultó mi joven hermano en la pretina; basta de su pantalón de barro. De los huesos carcomidos de mi pequeña hermana, solo me quedo su zapato deteriorado y la bella luz de un pendiente que alguna vez brilló en su pequeña oreja. Cada tumba hoy tiene nombre. He plantado a su alrededor el jardín que me alimenta y me conserva de pie en esta tierra lejana en donde he librado el fantasma atormentado de mis muertos. De mis vivos. Pinté toda la madera antigua y afligida de blanco y un suave amarillo que refleja la luz del sol en la madera que huele a café. Estornuda el techo, se refresca en la espuma de la tina trizada del cuarto de baño. Mandé a reparar los establos. Acá los ángeles negros acarician el cabello de caballos salvajes que se han dejado domesticar por la mano del indio que invoca la curación de este recóndito lugar en la montaña más alta. El viejo invernadero de mi casa de vidrio de plantas y flores exóticas volvió a la vida con mi llegada. Plante más árboles frutales, engendrando la tierra de vida y respiro. El parrón volvió a dar uvas rojas para chicha fresca.

Conservé solo la humanidad y la humildad que quedaba en esta casa; la de mi familia asesinada. Cada dormitorio lo decoré con el amor de sus antiguos ocupantes. La entrada floreció y la pequeña y antigua pileta seca volvió a tener vida y peces en flores de loto. Cada año regreso a la tumba del culpable. Ahí está su cadáver, su tumba sin nombre, aplastada por piedras gigantes que no dejaran escapar su tenebrosa energía. Este secreto mío, es amparado por el Bosque.

Victoria Morrison, Chile 1977, Trabajadora social, escritora de poesía y cuento y relato. Miembro actual y activa de SECH (Sociedad de escritores de Chile) P.E.N Chile (Poetas, ensayistas y novelistas)

Su poema Ñamku fue premiado con el segundo lugar del “Concurso poesía Indígena”, realizado por el “Museo de la memoria y los derechos humanos” en Chile el año 2020.

Libros publicados: Una habitación en el infierno (2016) Ediciones La Horca

Poemas desahuciados (2017) Editorial Ovejas Negras

Pupilas de loco (2020) Rumbos  Editores.

Sus escritos se identifican con temáticas psicológicas. Amante de la naturaleza, la autora explica que en cada palabra existe sanación; si asimilamos esa palabra a las raíces de cada planta pues, así como existen semillas imperfectas, también hay humanos imperfectos; no son acaso los bienes llamados “árboles torcidos” los que, sin agua, sombra, ni tierra fértil continúan respirando en la tierra.

(Si la frágil planta resiste el frio, la intemperie, la carne humana cobijada en lana y bufanda debería agradecer y callar, oír en silencio, el congelado y valiente canto de la hora escarchada).

Ig. @victoria_morrison_