Segunda Semana

2º Domingo de Cuaresma. “La Transfiguración”

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados, y no sabía lo que decía.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Marcos 9,2-10

PENSAMOS. La experiencia del Monte Tabor les ha mostrado a los discípulos en quién tenían que fijarse y a quien tenían que escuchar: el Hijo amado de Dios. Ser discípulo de Jesús no consiste en acatar fríamente unas normas que un ser poderoso dicta desde una cátedra inaccesible. Se trata de identificarse cada día más con el Maestro que es presentado como Hijo amado del Padre, y queriendo establecer unas relaciones fraternales de familiaridad con todo lo creado.

ACTUAMOS: Evalúa tu casa, recursos y desperdicios.

Durante esta semana especialmente, date un espacio para evaluar tus hábitos de consumo y cómo están manejando los desperdicios en tu casa. Hay muchas iniciativas para reciclar. Lugares donde puedes llevar botellas de plástico, tapas, vidrio, cartones, papel…

Podremos quejarnos de que no nos da tiempo, pero la verdad es no cuesta mucho clasificar tus desperdicios. Basta que empieces tomando una sola medida para que veas cómo las demás van cayendo por su propio peso.

Cuidar la creación no es simplemente una iniciativa ecológica de moda, es un deber como cristianos. A nosotros nos fue entregada la creación para cuidarla y administrarla para nuestro propio bien. Entendiendo que «nuestro bien» nos significa «nuestro interés» o «nuestro beneficio económico». La creación es un regalo, gratuito, nacido de la bondad de Dios.

REZAMOS: Padre Nuestro y de la Creación

Padre nuestro que estás en el cielo y también junto a nosotros y en el interior de todo lo creado.

Santificado sea tu nombre por el soplo del aire y el rumor de las aguas, la fecundidad de la tierra, la belleza de los valles y los montes, la existencia de todos los vivientes, y la dignidad de los seres humanos.

Venga a nosotros tu Reino de verdad y de vida, de justicia, de amor y de paz.

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; tu voluntad de ver felices a todos tus hijos e hijas, de que toda manifestación de vida sea respetada.

Danos hoy nuestro pan de cada día para que partido y compartido todos lleguen a tener lo suficiente y puedan vivir su vida en plenitud.

Perdona nuestras ofensas, nuestra falta de amor a los demás, nuestro afán de acaparar sin compartir, nuestro individualismo egoísta, nuestra explotación de la naturaleza, nuestra falta de cuidado por otras especies y de solidaridad con las futuras generaciones.

Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden buscando la reconciliación por la justicia y la paz.

No nos dejes caer en tentación de volverte la espalda, de ignorar a los hermanos o hermanas, de olvidar o descartar a los pobres, de convertir el cuidado de la Creación en abuso y explotación.

Y líbranos del mal, el mal de destruir o maltratar la vida de cada ser, la armonía del Universo.