¿Qué es la formación básica?
Una de las actividades fundamentales de la RCCES es la formación básica o cursos de crecimiento. En este momento el renovado ha decidido seguir a Cristo, imitarlo y servirlo será su tarea específica de ahora en adelante; por ello es necesario que profundice en el conocimiento de las verdades básicas de nuestra fe a través de la formación en los cursos que ofrece el movimiento en su comunidad.
La experiencia perenne de ser lleno del Espíritu Santo lo mantendrá en el camino a la santidad, reflejándose en el compromiso de vida sacramental, de oración personal y comunitaria, familiar, social, y de servicio a la comunidad, sea dentro de la RCCES o en algún apostolado parroquial.
Objetivo de la formación
La formación básica tiene como objetivo que los participantes del movimiento logren descubrir su propia vocación mediante un recto entendimiento de las verdades básicas de la fe católica para asumir hábitos de vida cristiana, los cuales se reflejan en una profunda vida sacramental, vida de oración personal y comunitaria, la meditación y profundización de la Sagrada Escritura y el servicio en la caridad a los más necesitados.
El programa de crecimiento y formación básica está orientado a favorecer en el creyente los primeros pasos en la maduración progresiva de la fe, en un contexto de vivencia comunitaria y mediante el recto entendimiento de las verdades fundamentales y el desarrollo de los hábitos de la vida cristiana (estatutos nacionales RCCES México, 1997).
Después de un tiempo razonable de perseverancia en sus cursos de formación, se le invita al renovado a participar en un retiro para nuevos servidores, donde se le explicará ampliamente lo que es la renovación, para invitarlo a integrarse a alguno de los equipos de servicio o apostolados parroquiales.
El ministerio del formador
En las comunidades es deseable integrar un equipo de hermanos bien preparados, bien formados, que a su vez ayudarán a formar a otros para ayudarles en su crecimiento.
Visualizamos el Perfil del Formador con las siguientes características deseables:
❖ El Formador es como el Maestro (vive, actúa y habla como Jesús).
❖ El Formador está con el Maestro (invierte el tiempo acompañando a Jesús).
❖ El Formador primero es discípulo y luego forma a otros (toma las lecciones de Jesús).
❖ El formador ama y descubre el rostro de Jesús en los hermanos.
❖ El formador busca la sabiduría de Dios.
❖ El formador es hombre de Fe y vida Sacramental.
❖ El formador anhela ser como Jesús y aprende a utilizar la metodología de Él para enseñar.
❖ El formador se hace amigo de los hermanos para formarlos en la convivencia con ellos.
❖ El formador hace que los hermanos se hagan amigos entre sí: los interrelaciona.
❖ Los formadores comparten la enseñanza en grupo y en comunidad: serán la célula principal de la Iglesia.
❖ El formador parte de la realidad concreta en la vida de los hermanos, la diócesis, la sociedad, etc.
❖ El formador respeta el ritmo de aprender de cada uno de los hermanos.
❖ El formador conoce el mundo que ellos entienden y se sirve de él para explicarles lo que les quiere comunicar.
❖ El formador no aparta a los hermanos de la vida diaria, sino que, en ella los va haciendo profundizar.
❖ El formador enseña los hermanos a ser audaces y aceptar las consecuencias de lo que hacen.
❖ El formador no es paternalista, sino que promueve las posibilidades de cada uno (aún en los milagros, exige a cada uno lo que puede hacer: sacar el agua, ir a lavarse, los panes y los peces en la multiplicación).
❖ El formador responsabiliza plenamente a sus hermanos confiando en ellos (les confía la misión).
❖ El formador hace que los hermanos se hagan “continuadores”, no sucesores, pues no viene a fundar una dinastía, les enseña a vivir como nuestro Señor Jesús para vivir en el Amor y en plenitud.
❖ El formador muestra a los hermanos a vivir en libertad, es decir, les muestra a vivir a no estar apegados a sus limitaciones.
❖ El formador les muestra a sus hermanos a recuperar la confianza después de haber caído (la Resurrección).
❖ El formador les muestra a los hermanos a vivir una autoridad que es fruto de la amistad, como Jesús lo hizo con sus discípulos.
❖ El formador muestra a los hermanos a través de la enseñanza de los contenidos de los Cursos/Talleres, y que por medio de la formación todos somos llamados, capacitados y enviados para ser Constructores del Reino.
Para conocer más...
Si deseas conocer con mayor profundidad cada uno de los puntos expuestos y conocer otros aspectos solicita para tu comunidad al equipo diocesano el curso-taller sobre la el ministerio de formación, o bien, si quieres algún curso de crecimiento particular para toda tu comunidad, también puedes solicitarlo al equipo diocesano.
En nuestra página de facebook puedes encontrar las publicaciones de los cursos de crecimiento que ofrecemos con regularidad en la rectoría sede de la RCCES Yucatán.