Hola amigos, en esta ocasión hablaremos sobre la separación o divorcio y la familia. Dado qué es un tema complejo y muy recurrente en terapia, dividiremos en dos partes el artículo. De inicio, plantearemos cuestiones generales de la separación y las implicaciones por la pérdida; en la segunda parte, nos abocaremos a otro tema qué muchas veces resulta "velado u oculto" pero qué puede durar años, la mala separación y la triangulación hacia los hijos.

Parte 1 Entendiendo el divorcio o separación

¿Qué es el divorcio o separación?

El divorcio o separación es la ruptura de la unión física y emocional de la pareja conyugal, aunque se haya dado o no el divorcio legal (Macías, 1994). Cabe aclarar que aunque en la definición se menciona divorcio legal, incluimos a cualquier pareja qué haya vivido en unión libre; lo qué es importante tomar en cuenta es qué se haya presentado una ruptura emocional y física.

Para entender mejor este proceso, consideremos qué en la familia hay ciclos vitales, qué van desde el enamoramiento de la pareja, la unión de la pareja, cuando deciden vivir juntos, cuando llegan los hijos y después se van (nido vacío) y en una separación, se rompe este ciclo; lo que genera un desequilibrio en la familia, con cambios, aumentos y pérdidas. Posteriormente la familia se estabiliza y estos ciclos evolucionan hacia nuevas formas de convivencia.

Existen muchos factores qué se pueden considerar al momento de tomar la decisión de separarse y estos interactúan, no podemos verlos de manera aislada, pondremos ejemplos de algunos qué resultan comunes.

Factores físicos o biológicos: Se refiere a la etapa del ciclo vital en el que se encuentra la pareja al momento de la separación, así como el tiempo de matrimonio, la edad en la qué se unieron y los motivos. Si ocurre en etapas muy tempranas, no se dio una adecuada integración, no se plateó un proyecto de vida. En etapas tardías como el nido vacío, se habla de dificultades en el proceso de reencuentro, pues ya no había mucho en común, más que los hijos. Cabe mencionar qué las crisis que se producen en el paso de un ciclo a otro, son esperadas, más no la causa de la ruptura, pero si pueden agudizar conflictos ya existentes.

Factores relacionales: Existen diversas situaciones que pueden causar conflictos serios y llevar a la ruptura. Por mencionar algunos, se encuentran:

- Adulterio o infidelidad

- Violencia, maltrato

- Alcohol, drogas y otras adicciones

- Celos, desconfianza

- Presencia de terceros (como familia de origen –padres, hermanos, tíos- de algún miembro, interviniendo constantemente).

Factores sociales, culturales y espirituales: Las diferentes razas, religiones y culturas, tienen sus normas de vida, hábitos y costumbres. Cuando estas diferencias son muy grandes en la pareja y no pueden ser aceptadas o negociadas, se pueden agudizar las dificultades y más si existen hijos al momento de la crianza.

Factores económicos y ocupacionales: El dinero es fuente de poder y conflicto en las parejas. Por una parte, las dificultades económicas pueden ser un estresor constante qué deteriore la relación. Por otro lado, está la asimetría ocupacional (un cónyuge despega en su carrera u ocupación y el otro no). Finalmente consideremos el cambio de roles en la actualidad, en donde la mujer trabaja fuera de casa, pero también dentro, generando una doble jornada cuando no hay equidad en las tareas en casa con su pareja.

Muchas personas se enfocan a encontrar los motivos de su separación y se preguntan constantemente ¿por qué pasó? ¿qué hice mal?, quizá lleguen a esas respuestas o no, les puede servir o no; pero yo pasaría a la siguiente pregunta ¿para qué? o ¿qué sentido tiene esta experiencia en sus vidas? ¿cómo transformar un suceso doloroso en una oportunidad?

Me separo ¿Y ahora qué?

La pérdida de la pareja, puede tener un proceso parecido al duelo por muerte de un ser querido, pues hay un ciclo emocional de conmoción, ira, desorganización y reorganización gradual. Este proceso se produce a nivel individual, familiar y social. Nos enfocaremos en esta primera parte a lo individual y sobre todo a que podemos hacer para irlo superando.

Recuerda que cada persona es única y vivirá su duelo diferente a los demás, te plantearé algunos procesos que ayudan a resolver esta situación, más allá de etapas.

Reconocer la pérdida: La pérdida tiene un significado en la definición qué la persona tiene de sí misma, ya que deja de definirse como miembro de una pareja y ahora lo hace como una persona independiente, soltera(o) de nuevo). Se pierde el rol de esposo (a). ¿esto es malo? Más bien se abre la oportunidad de re-estructurar una nueva identidad, incluso con mayor autonomía e independencia, lo qué puede generar más autoconfianza.

Abrirse a las emociones: En ocasiones, las personas intentan distanciarse o evitar el dolor que la pérdida les produce, lo cual puede retrasar o perpetuar el duelo. Las personas necesitan identificar los matices de sus sentimientos para elaborarlos y poner orden en ellos, es decir tomar conciencia de sus emociones para trabajarlas.

Revisar el mundo de significados: La experiencia de la separación, suele afectar nuestras creencias, pensamientos, formas de afrontar la vida, por lo que incorporar esta vivencia a todo lo que pensábamos, puede ampliar nuestra perspectiva y enriquecer nuestras relaciones.

Cambiar nuestras expectativas y esperanzas: A veces podemos depositar en el cónyuge esperanzas, sueños, proyectos; la separación puede dar la oportunidad de cambiar esas expectativas hacia sí mismo y lograr metas qué no se creían posibles.

Reconstruir las relación con lo que se ha perdido: Las personas afectadas, pueden sentirse obligadas a “olvidar” a la persona que han perdido, partiendo de la idea que deben seguir adelante sin mirar atrás, esto muchas veces lejos de resolver, deja una situación latente que en cualquier momento puede presentarse y con más fuerza. Para ejemplificar este punto, te recomiendo ver la película “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”.

Reinventarse a sí mismo: A medida que se aprenden las lecciones de la pérdida, se afronta la vida con otras prioridades, con un criterio más claro sobre lo qué es importante y lo que no. De esta manera se abren posibilidades que antes parecían cerradas, se desarrollan habilidades e intereses que habían permanecido dormidos y se cultivan relaciones nuevas o se re-encuentran las olvidadas.

Por supuesto que llegar a esto, requiere tiempo y muchas veces apoyo profesional. Si te encuentras en un proceso de separación y necesitas orientación y apoyo, Contáctanos al correo psicoayudayvida@gmail.com o envíanos un dm por nuestro Instagram @psicoayuda._y_vida

Mtra. Lizette Hayde Rodríguez Chica

Referencias:

Macías R. (1994). El divorcio. En Pérez C. y Rubio E. (coord.)Antología de la Sexualidad Humana II. México: CONAPO y Porrúa.

Neimeyer R. (2002). Aprender de la pérdida: Una guía para afrontar el duelo. Buenos Aires: Paidós.

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