La pérdida de la pareja, puede tener un proceso parecido al duelo por muerte de un ser querido, pues hay un ciclo emocional de conmoción, ira, desorganización y reorganización gradual. Este proceso se produce a nivel individual, familiar y social. Nos enfocaremos en esta primera parte a lo individual y sobre todo a que podemos hacer para irlo superando.
Recuerda que cada persona es única y vivirá su duelo diferente a los demás, te plantearé algunos procesos que ayudan a resolver esta situación, más allá de etapas.
Reconocer la pérdida: La pérdida tiene un significado en la definición qué la persona tiene de sí misma, ya que deja de definirse como miembro de una pareja y ahora lo hace como una persona independiente, soltera(o) de nuevo). Se pierde el rol de esposo (a). ¿esto es malo? Más bien se abre la oportunidad de re-estructurar una nueva identidad, incluso con mayor autonomía e independencia, lo qué puede generar más autoconfianza.
Abrirse a las emociones: En ocasiones, las personas intentan distanciarse o evitar el dolor que la pérdida les produce, lo cual puede retrasar o perpetuar el duelo. Las personas necesitan identificar los matices de sus sentimientos para elaborarlos y poner orden en ellos, es decir tomar conciencia de sus emociones para trabajarlas.
Revisar el mundo de significados: La experiencia de la separación, suele afectar nuestras creencias, pensamientos, formas de afrontar la vida, por lo que incorporar esta vivencia a todo lo que pensábamos, puede ampliar nuestra perspectiva y enriquecer nuestras relaciones.
Cambiar nuestras expectativas y esperanzas: A veces podemos depositar en el cónyuge esperanzas, sueños, proyectos; la separación puede dar la oportunidad de cambiar esas expectativas hacia sí mismo y lograr metas qué no se creían posibles.
Reconstruir las relación con lo que se ha perdido: Las personas afectadas, pueden sentirse obligadas a “olvidar” a la persona que han perdido, partiendo de la idea que deben seguir adelante sin mirar atrás, esto muchas veces lejos de resolver, deja una situación latente que en cualquier momento puede presentarse y con más fuerza. Para ejemplificar este punto, te recomiendo ver la película “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”.
Reinventarse a sí mismo: A medida que se aprenden las lecciones de la pérdida, se afronta la vida con otras prioridades, con un criterio más claro sobre lo qué es importante y lo que no. De esta manera se abren posibilidades que antes parecían cerradas, se desarrollan habilidades e intereses que habían permanecido dormidos y se cultivan relaciones nuevas o se re-encuentran las olvidadas.
Por supuesto que llegar a esto, requiere tiempo y muchas veces apoyo profesional. Si te encuentras en un proceso de separación y necesitas orientación y apoyo, Contáctanos al correo psicoayudayvida@gmail.com o envíanos un dm por nuestro Instagram @psicoayuda._y_vida