DÍAS 10-11

UN FINAL DE PELÍCULA (nada salió bien)

22/04/2024

Nuestro último día comienza temprano, aproximadamente a las 7:45 h, saliendo en dirección al autobús. Todo iba bien, ya que no teníamos la presura habitual, pero esto cambió al darnos cuenta de que el autobús que habíamos cogido acababa de cambiar su ruta y por lo tanto no iba en la dirección correcta. Por ello, tuvimos que bajarnos en una parada desconocida sin saber qué hacer. Se nos ocurrió llamar a un Bolt, pero solo había uno disponible, así que decidimos dividirnos, subiéndose Kevin, Marcos, José Luis y Juanlu en éste mientras que el resto se quedaban en la parada con la esperanza de reunirnos en el aeropuerto. Desafortunadamente, tras muchas llamadas a diferentes compañías de Uber y taxis y haber sido cancelado el único autobús que nos habría permitido llegar al aeropuerto a tiempo, asumimos que habíamos perdido finalmente el avión. 

Cuando ya no quedaba ninguna esperanza, llegó el único taxi que había contestado en una hora y media y nos salvó de la hipotermia. Llegamos al aeropuerto justo cuando estaba a punto de despegar nuestro vuelo. A pesar de nuestros intentos por pasar y de ver que el avión aún seguía en pista con veinte minutos de retraso, no conseguimos acceder a él. Mientras que Ana (profesora) se comunicaba con el equipo Erasmus, nosotras nos dimos cuenta de que estaba nevando y salimos a cantar bajo la nieve. Tras deambular por el aeropuerto durante tres horas, nuestro director y el equipo Erasmus consiguieron encontrar una solución y nos dieron la buena noticia de que cogeríamos un vuelo a las seis de la mañana y mientras tanto podíamos quedarnos en un hotel en el mismo aeropuerto. Pasamos por un supermercado para tener provisiones y descansamos una larga siesta de tres horas. Pasamos un buen rato charlando, cenando y preparando nuestro último día de esta aventura. Cuando nos dirigíamos a nuestras habitaciones, como no había sido suficientemente estresante el día, el ascensor al llegar a la quinta planta se bloqueó y dió un rebote muy fuerte. Apresuradamente, tocamos el timbre de emergencia y tras unos tensos segundos, el ascensor volvió a funcionar. Ahora mismo, nos encontramos en el vuelo de vuelta a Málaga, con el increíble récord de descansar dos horas al tener que levantarnos a las dos de la mañana. Hemos llegado bien a casa, y con muchas ganas de dormir.

Ahora hablando desde el punto de vista de los chicos (nosotros cuatro) como ya han mencionado, nos montamos en el Bolt que pidió Kevin. Tuvimos que hacer un tetris para que todos cupiésemos en el coche (llevábamos  4 maletas y un chelo). Después de haber estado media hora atrapados bajo el equipaje, llegamos al aeropuerto de Berlín (Brandenburgo). Rápidamente, nos dirigimos   a facturar las maletas hasta el check-in, al cual le faltaban menos de 20 min para cerrar. Nos quedamos esperando a que llegasen las chicas, pero cuando faltaban 2 minutos para que cerrasen, asumimos que no iban a llegar a tiempo y siguiendo las instrucciones recibidas por parte de la comisión Erasmus facturamos nuestras maletas. Justo después nos dirigimos al control de seguridad en el cual había mucha cola, por lo que cuando conseguimos pasarlo, faltaban tres minutos para que cerrasen la puerta de embarque. A partir de ahí, e impulsados por la adrenalina de estar a punto de perder el avión, nos pegamos un sprint hasta la puerta, que era de las más alejadas del aeropuerto. Asombrosamente, llegamos a tiempo y pudimos esperar a montarnos. En el momento en el que llegamos al avión, las chicas acababan de llegar en taxi al aeropuerto, pero ya no tenían ninguna posibilidad de coger el vuelo. 

El vuelo fue bastante tranquilo y teníamos los asientos vacíos de las chicas al lado nuestra, por lo que nos podíamos poner cómodos. Nos bajamos en el aeropuerto de Barcelona apaciguadamente y nos dispusimos a buscar un piano que ya no existía (una pena porque Kevin y yo queríamos animar a los que pasaban por allí con obras de Falla). Entre una cosa y otra y algún que otro bocadillo (eran las 15:00h), llegó la hora de la apertura de la puerta de embarque, a la que sí llegamos a tiempo esta vez.

El viaje de Barcelona a Málaga duró menos de dos horas y llegamos justo a la hora que indicaban nuestros billetes. Cuando pensábamos que ya habían ocurrido todas las penurias del Erasmus, llegó la hora de recoger las maletas facturadas en la cinta. Juanlu, Marcos y yo recogimos nuestras repectivas maletas, sin embargo, la de Kevin nunca llegó. Tras haber estado un rato esperando y haber mirado en otras cintas, Kevin y Juanlu se fueron a un mostrador a reclamar. Todo terminó en un susto y la maleta le llegó a su casa sana y salva en cuestión de dos días.

Este Erasmus ha sido muy especial por diversos motivos y hemos decidido ampliar este día en otro más. Como no tuvimos la despedida adecuada, hemos aprovechado nuestra participación en el concierto en la Sala María Cristina (el miércoles 24) para reencontrarnos y terminar esta experiencia Erasmus como se merece. Nuestra despedida será igual a nuestro primer encuentro en el que comenzamos a trabajar el repertorio que interpretaremos en esta sala tan especial de Málaga, como cierre de esta experiencia después de tres meses de mucho trabajo, buenos momentos y muchas risas. 

Agradecer a la Comisión Erasmus + , a Dora  y a nuestros profesores, Juanlu y Ana, por esta maravillosa oportunidad y experiencia que nos llevaremos con nosotros toda la vida.





¡¡Hemos llegado a Málaga!!

Esperando el bus que nos llevaría en la dirección opuesta

Dúo "PALOMO" en la sala María Cristina (Málaga)

Reacción al haber perdido el avión de vuelta bailando bajo la nieve

Los ánimos en el aeropuerto a las dos de la mañana ..(¡Marta invencible!)

Nuestra última cena Erasmus tras el reencuentro en el concierto de la sala María Cristina

Cuarteto "GURIDI" en la sala María Cristina (Málaga)

Concierto improvisado en el aeropuerto

Dúo "REVOLUCIÓN" en la sala María Cristina (Málaga)