Antonio Murillo Luque además de ser un arquitecto notable fue también un escritor y músico prolífico, además de filántropo, ejerciendo su profesión activamente en beneficio de los que menos tienen. Gran parte de su obra fue publicada donde documenta con una notable precisión la historia de su padre, Antonio Murillo Arcos, quien fuera un sacerdote católico romano, emigrado de su España natal a la Argentina. Como músico tuvo una destacada actividad componiendo piezas musicales relevantes y proporcionando de fondos musicales de distintas obras de teatro y piezas literarias diversas. Como filántropo fue fundador de la organización no gubernamental "Microenergía" que hasta la fecha lleva adelante investigaciones y proyectos en el campo del hábitat y la microempresa procurando llevar desarrollo a barrios y regiones desfavorecidas, la pasión de su vida.
Si bien "La Sombra del Seminario" es su obra literaria más conocida, también escribió varios trabajos y artículos donde comparte su visión y posición respecto a cuestiones de ética y estética, enfatizando siempre su mirada profundamente espiritual de la vida y el accionar humano, comprometido que las acciones del presente resuenan en la eternidad.
Como bien se relata en promesas de eternidad, Murillo Luque habría sido un director de orqueste de no ser arquitecto. Desde muy pequeño encontro en la música la expresión del alma humana con un enorme paralelismo con las matematicas y su materialidad en la arquitectura. Dejó una prolífica obra de composición y ejecución musical que ha dejado un testimonio muy amplio en comunidades en Argentina.
Como presidente y fundador de Microenergía ha sido un activo miembro dedicado a proyectos de desarrollo, principalmente con la Misión Evangelica en Villa Real construyendo además de la Escuela Evangelica e Iglesia Transparente y cinco centros comunitarios, también muchas iglesias y obras filantrópicas vinculada a la recuperación de personas con adicciones, y programas de empleo y microempresa en distintas ciudades y provincias del país.