En 1893 se acomete la reforma y modernización del ministerio de Hacienda, con el objeto de mejorar la inspección de la Contribución Territorial, siendo en 1906 el nacimiento del Catastro español moderno con la Ley del Catastro topográfico y parcelario, que requeriría un personal técnico y cualificado.
Aunque el Catastro de riqueza urbana ya contaba en plantilla con algunos aparejadores, es la instrucción provisional para la realización de trabajos de Catastro de septiembre de 1917 la que vendrá a reconocer la necesidad de crear 112 plazas del nuevo cuerpo funcionarial denominado “Aparejadores con destino al servicio del Catastro de riqueza urbana”, convocándose el primer concurso para el ingreso el 20 de septiembre de 1917.
Desde su creación, se ha producido una evolución del cuerpo incorporando diversos nombres, según los cambios que se iban produciendo en las enseñanzas regladas de las titulaciones vigentes y en la denominación profesional. Todo ello sin olvidar los avances en el reconocimiento de competencias y atribuciones profesionales desde la creación de la Dirección General de Patrimonio en 1957 hacia la orden de regulación de competencias de arquitectos técnicos de Hacienda de 1978.
Para opositar a este Cuerpo es necesario estar en posesión o en condiciones de obtener el título de Arquitecto Técnico o el título que habilite para el ejercicio de esta profesión regulada, según establecen las Directivas Comunitarias, al finalizar el plazo de presentación de instancias. Los aspirantes con titulaciones obtenidas en el extranjero deben acreditar que están en posesión de la correspondiente credencial de homologación o en su caso del correspondiente certificado de equivalencia. Este requisito no será de aplicación a los aspirantes que hubieran obtenido el reconocimiento de su cualificación profesional, en el ámbito de las profesiones reguladas.
Las labores que realizan los Arquitectos Técnicos de Hacienda tienen un marcado carácter fiscal, desarrollando su actividad, por tanto, en organismos tales como la Dirección General de Catastro o la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, concretamente en la valoración de inmuebles, además de en los más variados ámbitos el sector público, con especial dedicación en las áreas de rehabilitación y mantenimiento de los inmuebles adscritos a los distintos Ministerios y Organismos de la Administración del Estado. El cuerpo cuenta con más de 200 profesionales repartidos por toda la geografía española.
El destino inicial suele ser normalmente el de Técnico de Inspección en las Gerencias del Catastro (nivel 20). No obstante, la actual configuración de la carrera administrativa permite la movilidad en el seno de la Administración estatal e incluso trabajar en la Administración autonómica. El Arquitecto Técnico de Hacienda, por tanto, es hoy un técnico que puede asistir a la Administración en todos los ámbitos relacionados con su profesión.
Para más información, puedes consultar la web de la Asociación.