El pastoreo tradicional es una actividad milenaria, que ha tenido una enorme importancia en la subsistencia y desarrollo de los pueblos y sus gentes. 

Una actividad que ha ido modelando los territorios rurales, a lo largo de los años,  hasta transformarlos en los paisajes culturales que contemplamos hoy. 

En los pueblos del Valle Bajo del Lozoya, así como en muchos otros de la Sierra Norte de Madrid, ha supuesto una de las ocupaciones principales de la comarca,  junto con la agricultura.  

Todavía, en la zona, se conservan elementos patrimoniales asociados al pastoreo tradicional, como los Tinados o Tinaos, como se llaman coloquialmente en la zona. Se trata de antiguos corrales para guardar el ganado, que hoy  están prácticamente en desuso. 

Además de las dehesas, que conforman paisajes culturales de gran valor ecológico y cultural, en las que hoy en día el ganado es más escaso.

En muchos de estos pueblos,  eran sobre todo las niñas quienes se encargaban de carear los rebaños de ovejas o cabras (el ganado menudo, que llamaban) a diario, desde muy  temprana edad, e incluso dormir con ellas en el monte. 

Su trabajo, conectado con la tierra y sus ciclos, ha pasado desapercibido por mucho tiempo, ya que los trabajos de las mujeres en el ámbito rural han sido poco reconocidos y valorados.

Con este proyecto se pretende dar visibilidad al trabajo desarrollado por estas mujeres; recuperar y salvaguardar los saberes que atesoran y hacer partícipe a la comunidad, para que las generaciones presentes y futuras encuentren inspiración en sus vivencias y mantengamos este conocimiento y este patrimonio cultural tan valioso.

Desde el año 2021 venimos acompañándolas para darles voz en diferentes espacios de diálogo e intercambio con la comunidad.

Ellas mismas, a través de la transmisión oral directa, nos narran sus vivencias y conocimientos y son las protagonistas en las acciones que se realizan. Patrimonios profundamente ligados a las emociones, el trabajo colaborativo y unas formas de vida tradicionales que debemos salvaguardar, como identidad cultural propia.

Las actividades que se realizan  van encaminadas a devolverles el valor que tiene el trabajo que ejercieron, ofreciéndoles espacios para fomentar el intercambio generacional; trabajar con la población local el carácter identitario de sus legados; recuperar y  visibilizar los patrimonios femeninos rurales y servir de ejemplo y aprendizaje sobre un desarrollo sostenible y respetuoso con nuestro entorno. 

El pastoreo  extensivo es una actividad productiva que genera un gran número de beneficios en los lugares en los que se desarrolla. Contribuye a fomentar el empleo, la regeneración de ecosistemas, la prevención de incendios y  formas de vida sostenibles.

Por ello este proyecto pretende también poner en valor esta actividad en la actualidad, dando a conocer iniciativas del territorio que contribuyen a generar un modelo de desarrollo sostenible y que son muy necesarias para las zonas rurales, tras el abandono de las actividades ganaderas tradicionales.

El encuentro con pastoras actuales del territorio es uno de los objetivos fundamentales también de este proyecto para generar conocimientos comunes e intercambiar experiencias con las pastoras sabias. 

( Fotografía portada: Tinados de "La Garría" en el municipio de El Berrueco )