Si le han dicho a Ud. más de una vez que siempre llega tarde y que Ud. no es confiable, entonces no solo le falta puntualidad (1), sino que también le falta decencia, seriedad y desconoce lo que es el respeto, lo que sin duda es cierto por más justificaciones que te des o que ofrezcas. Karen Joy Fowler decía: llegar tarde es una forma de decir que tu propio tiempo es más valioso que el tiempo de la persona que te esperó.
La puntualidad es sinónimo de respeto. Si alguna vez llegas a atrasarte con algún horario o reunión lo mejor es pedir disculpas así los que nos rodean sentirán que existe respeto oportuno hacia ellos y a sus tiempos.
Pero si crees que tu impuntualidad es una cualidad y parte de tu personalidad, no vas a pedir disculpas por llegar tarde, sino que defenderás a toda costa esta cualidad que consideras muy tuya y por supuesto, te enojaras al ver que no entienden tus razonamientos o excusas por haberlo hecho y terminarás diciendo: "Pinches gueyes cuadrados"
La impuntualidad puede llegar a ser desesperante. Nada más molesto que hacer una cita con alguien a determinada hora y luego ver que pasan los minutos sin que esa persona aparezca. Algunos ni siquiera llegan en los minutos siguientes, sino que pueden tomarse horas incluso no llegar nunca. Lo peor es que casi siempre son reincidentes: nunca llegan a tiempo a ningún lado.
La educación y la cortesía son los indicados permitiéndote esperarlos y dar un tiempo más para que lleguen siendo que ya es la hora del encuentro, los llamas y te dicen: “voy en camino”. Los más atrevidos indican “Ya estoy saliendo”, cuando ya deberían haber llegado. Su impuntualidad es crónica. No hay poder humano que logre que actúen de otra manera, debido a que no quieren cambiar. y así mejorar su vida.
Algunos impuntuales crónicos y su tardanza crónica implica, a veces, que detrás de ella hay una personalidad excesivamente narcisista, utilizan su impuntualidad como un mecanismo de poder, aunque ni siquiera se den cuenta de ello, ya que son impuntuales pero además irrespetuosos inconscientes y mal educados.
De la misma manera, hay quienes utilizan la impuntualidad para expresar una rebeldía no encausada, son rebeldes sin causa (jajaja). Su manera de hacer visible su personalidad rebelde visible es ese rechazo a la puntualidad, pero al mismo tiempo una forma de plantear un desafío que ni siquiera saben que lo hacen.
Detrás de la falta de puntualidad crónica siempre hay un mensaje oculto que se debe desentrañar. No es el tráfico congestionado, ni que la pareja les pidió hacer algo de último momento, ni que una horda de protestantes en una marcha bloqueo su camino o el simple descuido lo que da lugar a esta desconsiderada costumbre.
Atesorar la costumbre de no llegar a la hora acordada es en muchos casos una forma disimulada y molesta de trasmitir un mensaje, aunque no se den cuenta que lo están haciendo. Un mensaje que todos a su alrededor se percatan.
Hij@ de maguey, mecate
Si quieres enseñar a tus hij@s puntualidad, comienza a ser puntual tú mismo, de otra forma ell@s serán tan impuntuales como tú y queriendo tú que no sufran en el futuro, sufrirán por este defecto tuyo el resto de sus vidas.
(1) La puntualidad es un valor y es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza y heredar a nuestros hij@s este valor que les asegurará el éxito en sus actividades de adolescentes y adultos.
jolaygo compañado del movimiento de resistencia invisible :: primavera XX::XXI