"Enredos" nació oficialmente a finales de 2019 y murió en junio de 2023.
Pero la idea (o algo parecido) llevaba tiempo en la cabeza.
Mujeres que iban de consulta en consulta de salud mental, intentando que algún terapeuta se pusiera de su lado. Eran mujeres difíciles, diagnosticadas como trastornos de personalidad, y que les habían arrebatado la custodia de sus hijos. Sus maridos, con buenos trabajos y facilidad de palabra, eran bastante impresentables, y sin embargo habían ganado la batalla por los hijos ante equipos (judiciales) psicosociales y sus mandos, jueces y juezas que se dejaban llevar fácilmente por sus reacciones contratransferenciales. Las mujeres sufrían, los maridos presumían su victoria y las instituciones y los profesionales, orgullosos de poner orden. Era necesario denunciar estas decisiones injustas que tomaban profesionales e instituciones y que tenían consecuencias demoledoras para esas mujeres.
El paso de otro de nosotros por una Unidad de atención a personas transexuales añadió más leña al fuego. Los profesionales teníamos el poder de decidir quién obtenía tratamiento y quién no. Otra nueva aventura para la contratransferencia del profesional y el abuso de poder.
La idea empezó a tomar una forma concreta: se trataría de desenmascarar a los profesionales e instituciones que actuaban como “LOS DUEÑOS DE LA VIDA AJENA”. Y además, hacerlo desde dentro. Pero la idea no cuajó y quedó en el cajón como tantas otras fantasias de corte quijotesco que nos acompañan a lo largo de la vida.
Tiempo después pudimos vivir de cerca la violencia policial, la detención violenta por parte de la policía (y de nuevo también aparecieron los jueces) de jóvenes antifascistas que habían ocupado un edificio en el barrio de Tetuan de Madrid, con la intención de crear un espacio distinto en el barrio. Multas y peticiones de cárcel. De nuevo la vida en manos de otros.
Esta vez la idea cuajó y se creó el Grupo de Investigación sobre la Violencia (GIV) dentro de la Asociación Area3. Fue un trayecto difícil pues nos sacó de nuestras zonas de confort profesional (grupos terapéuticos y divanes psicoanalíticos incluidos). También fue difícil porque nos puso en contacto con nuestras violencias propias y a veces muy disfrazadas. Aprendimos algo sobre nosotros y también escribimos sobre ello (“Cerca de la violencia” Ricardo López; Revista Area3, nº 22; 2018).
Este grupo acabó pero la inquietud persistió. Nuestro interés por una psicología social activa, por una crítica de la vida cotidiana, no quedaba satisfecho con nuestros trabajos institucionales.
Vino un nuevo agrupamiento, aún más ambicioso y también más disperso. Se constituyó un grupo heterogéneo de profesiones (psiquiatras, psicólogos, educadores sociales, enfermeros, ingenieros y estudiantes de psicología y educación social) y de edades (desde los 25 a los 70 años). Lo comenzamos a llamar EL PROYECTON aunque muy pronto nos rebautizamos y pasamos a llamarnos ENREDOS DE PSICOLOGÍA SOCIAL.
Hicimos un interesante y original trabajo sobre el miedo, que es el que está expuesto en esta web. Después nos metimos con el tema del odio. Ahí empezamos a flaquear, el tema nos sobrepasaba. Decidimos cambiar de rumbo y estudiar autores buscando nuevas pistas: Albert Camus, Alain Badiou … Y según íbamos cambiando de tema, el grupo se iba reduciendo. Y al final, como escribe Amelia, decidimos dejar de reunirnos.
Ahora hemos pedido cobijo a Miscelanea Grupal porque sentimos que, en el fondo, lo que empezó con Enredos no ha acabado y necesitamos tenerlo presente. Y por si acaso.
Emilio
Diciembre 2023